Progenitores divorciados con hijos: Cómo planificar las primeras vacaciones separados

Probablemente las vacaciones son el periodo del año más esperado por las familias. Sin embargo, este año pueden ser diferentes si es el primer año que estáis separados o divorciados. Hoy os damos consejos para progenitores divorciados con hijos para que vuestras primeras vacaciones tras la reestructuración familiar sea todo un éxito.

Primer verano separados

Organizar las primeras vacaciones tras la separación puede ser una fuente de estrés para los progenitores. Sin embargo, con un poco de mano izquierda, pensando siempre en el bienestar de los niños, y aparcando las posibles disputas entre los progenitores, los niños y niñas pueden vivir esas primeras vacaciones diferentes de forma satisfactoria.

En primer lugar, es fundamental pactar el periodo que van a pasar los niños con cada uno de los dos. Este periodo se puede acordar, cuando la relación entre ambos progenitores es buena, o se puede asignar de forma automática según convenio. Existen diferentes opciones. Las más comunes son por meses, por quincenas o por semanas (normalmente se suele tener en cuenta la edad de los/as hijos/as y las necesidades laborales de los progenitores para establecer los periodos en el convenio).

 

 

Planificar las primeras vacaciones divorciados con hijos

Algunos padres y madres que optan durante el curso por el reparto por semanas continúan haciéndolo así durante el periodo vacacional ya que es una forma de que los niños y niñas no cambien demasiado sus rutinas ni pasen demasiado tiempo sin ver a uno de los progenitores, sobre todo cuando son muy pequeños.

Uno de los repartos más frecuentes es el quincenal ya que da margen para hacer algún viaje un poco más largo y disfrutar de más días fuera del lugar de residencia habitual.

Finalmente, el reparto tradicional por meses puede no ser recomendable si los niños son muy pequeños, ya que supone estar demasiados días sin ver a uno de los progenitores. Además, también es mejor para nosotros pasar menos días fuera de casa y no muy lejos cuando se trata del primer verano que asumimos sin la colaboración del otro progenitor el cuidado de los peques y toda la planificación de las vacaciones.

En realidad, el mejor reparto será aquel que mejor se adecue a las características y necesidades de cada familia según las vacaciones que puedan disfrutar cada uno de los progenitores en el trabajo, la edad de los niños, el destino elegido, etc.

 

 

Si tenéis alguna duda sobre los aspectos legales de vuestro convenio o los derechos laborales que tenéis como progenitores, respecto a corresponsabilidad familiar, vacaciones y cuidado de menores, podéis contactar online con nuestra abogada laboralista y experta en familia, Ana Pacheco, en la Tribu CSC.

Facilitar el contacto y establecer un reparto de tiempo equitativo

Antes de que comiencen las vacaciones y, además de pactar el reparto, es importante acordar algunas indicaciones básicas en cuanto a rutinas, comidas, horarios, etc. para que los niños y niñas no noten mucha diferencia entre las vacaciones con cada uno y se sientan más seguros. También es necesario facilitar el contacto con el progenitor del que el peque se separa, para mantener el vínculo (necesario para el bienestar y desarrollo del menor) y evitar que lo eche en falta.

Asimismo, debemos animar a nuestros hijos e hijas a que vayan con el otro progenitor por lo que tenemos que hacerles llegar el mensaje de la suerte que tienen por ir con papá o mamá a la playa y lo bien que lo van a pasar. Como siempre, se trata de hacer un ejercicio de madurez en el que se aparquen las diferencias entre los adultos en favor del bienestar de los niños.

Si los niños son pequeños, se puede acordar algún día de visita entre semana para que no echen de menos al otro progenitor. Lo ideal sería que la relación entre progenitores fuera lo suficientemente fluida, en lo que a los/as hijos/as respecta, como para poder atender y satisfacer la necesidad del niño si solicita ver a su padre o a su madre.

 

 

En este sentido, quizá en esas primeras vacaciones separados, es recomendable que el destino vacacional no sea excesivamente lejano para que el otro progenitor pueda realizar una visita si es necesario. Si son más mayores y uno de los dos quiere hacer un viaje a otro país, es importante recordar que se necesita la autorización de ambos para realizar el viaje.

Tener en cuenta cómo llevan el divorcio los niños a la hora de hacer planes

Los niños llevan el divorcio como lo lleven los progenitores. Ni más ni menos. Si evitamos verter nuestro propio malestar emocional sobre ellos, es solo cuestión de tiempo que terminen por normalizar la situación e integrar la nueva dinámica familiar en sus rutinas diarias.

Es posible que los hijos e hijas no se hayan acostumbrado aún a dormir sin uno de los progenitores cerca. Si este hecho lo unimos a que, en vacaciones, puede haber cambio de casa (del domicilio habitual a un apartamento, por ejemplo) y a que se realizan cambios en las rutinas, debemos estar preparados para tener paciencia con ellos/as si duermen peor o se muestran irritables.

 

 

Para facilitar el bienestar de los niños y niñas durante esos días (sobre todo en nuestras primeras vacaciones como progenitores divorciados con hijos), conviene también que se favorezca la comunicación con el otro progenitor. De esta manera, acordar una hora concreta para hacer una llamada o videollamada, puede ser buena idea, aunque debemos tener en cuenta también que algunos peques se quedan tristes después de la llamada. Si eso ocurriera, es importante acompañarlos en esa emoción para que sepan que estamos con ellos de forma incondicional.

El momento del intercambio

El momento en que los peques pasan de estar con un progenitor a estar con otro, puede ser delicado. Es conveniente haberles explicado desde el principio que va a pasar un tiempo con cada progenitor y recordárselo unos días antes del día del intercambio. Además, debemos anticiparles cómo, dónde y cuándo tendrá lugar y lo bien que se lo pasará también con el otro progenitor, para evitar que la despedida sea dramática, y dejarles tiempo suficiente llegado el momento para que el intercambio se realice a su ritmo. Así la despedida no debe ser brusca ni repentina para evitar que haga sentir mal al peque.

Cuando hables con ellos/as, no intentes sonsacar información. Solo pregúntales qué tal se lo han pasado, si jugaron a algo, si hicieron algo especial, etc. Es decir, pregunta solo las cosas que les atañen a ellos como niños.

 

 

En resumen, se trata de hacer un ejercicio de sentido común en el que el objetivo principal sea el bienestar de los niños, por encima de los problemas y dificultades que puedan existir como expareja puesto que, como es fácil de comprender, el hecho de que los progenitores tengan una relación cordial, madura y equilibrada va a contribuir de manera favorable a que los niños gocen de una mejor salud psicológica. Y eso es justo lo que no debemos olvidar en ningún caso.

 

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