Cuando vemos ronchas, panes (inflamaciones) o habones (placas elevadas de la piel, que hacen relieve, de diferentes tamaños, rojas, parecidas a las picaduras de mosquito, y que generalmente pican mucho), típicos de una urticaria, todos…

La urticaria acuagénica, conocida popularmente como alergia al agua, es una enfermedad rara que afecta a menos de un centenar de personas en todo el mundo. Provoca una hipersensibilidad del cuerpo cuando la piel contacta con el agua. Suele aparecer en la pubertad (aunque también antes) y afecta en mayor medida a mujeres.
Quien la padece siente una especie de quemazón (algunos pacientes explican de que parece que se sumergen en ácido) que les hace imposible soportar mucho tiempo el contacto con el agua. Se trata de una patología incapacitante y que limita enormemente la vida de una persona. El agua forma parte de nuestra vida diaria.
¿Qué provoca la urticaria acuagénica?
El primer caso documentado de urticaria acuagénica se remonta a 1964. Según el Instituto Nacional de Salud norteamericano (NIH, por sus siglas en inglés), se desconoce la causa exacta que provoca la alergia al agua, aunque existen dos teorías:
- Estaría provocada por una sustancia en el agua que penetra en la piel desencadenando una respuesta inmune. Es decir, que las ronchas no estarían provocadas por el agua sino por un alérgeno.
- La segunda teoría apunta a una interacción entre el agua y una sustancia que se encuentra en la piel o sobre la piel y que generaría un material tóxico que provoca la urticaria.
La Academia de Española de la Dermatología y Venereología la incluye dentro de las urticarias crónicas, entre las que también se encuentran el dermografismo sintomático, la urticaria por el frío y la solar, la provocada por el calor, el angiodema vibratorio o la urticaria de contacto. Sobre ellas ha elaborado una guía para ayudar a los pacientes a conocer estas patologías y su tratamiento.
¿Cuales son los síntomas de la alergia al agua?
Para que se considere urticaria crónica debe provocar la aparición de ronchas o habones, angioedema o ambos durante más de 6 semanas, según la guía de la Academia Española de Dermatología. La urticaria acuagénica se define como la «producida por el contacto con el agua, independientemente de la temperatura de esta, es extremadamente rara. Si bien el agua es el principal inductor, podría provocarse también con otros disolventes«.
Los síntomas de la alergia al agua se desarrollan rápidamente una vez que la piel entra en contacto con el agua a cualquier temperatura y da igual si es agua salada o dulce (aunque hay casos que les afecta más el agua del mar y viceversa). Hay personas que incluso son alérgicas a su propio sudor, saliva o lágrimas.
En cuanto a los síntomas, suele aparecer ronchas pequeñas (1-3 mm), rojizas o de color de la piel (pápulas), con bordes definidos. Se localizan principalmente en el cuello, la parte superior del tronco y los brazos, aunque pueden manifestarse en cualquier parte del cuerpo (menos en las manos y en las plantas de los pies).
En algunos casos, producen picazón. Las manchas suelen aparecer a los pocos minutos del contacto con el agua y van desapareciendo antes de una hora. Aunque se seque la piel inmediatamente, las ronchas no desaparecen.
¿Cómo se vive con una urticaria acuagénica?
Lo cierto es que resulta muy difícil de imaginar cómo puede desarrollar una vida normal una persona que tenga esta patología que, afortunadamente es muy rara (según la literatura científica, apenas se superan los 50 casos en todo el mundo).
En los medios de comunicación han aparecido algunos casos llamativos, como el de Tessa Hansen-Smith, una joven de 25 años de California, a la que la urticaria acuagénica le provoca también fiebre y migraña y tiene alergia hasta de su saliva. Hace tres años también salió en los medios el caso de una niña de 18 meses cuya madre inició una recaudación de fondo a través de internet para el tratamiento.
En el artículo sobre Tessa Hansen-Smith, esta explica que siente mucha fatiga y náuseas y que incluso comer alimentos con mucha agua (como frutas y verduras) le afecta. Beber agua, explica, puede causarle «cortes en la lengua». La madre de Ivy, por su parte, describe que la pequeña grita en cuanto tiene contacto con el agua y que corretea por la casa gritando y llorando porque le escuece.

¿Qué hacer si se sospecha que el agua provoca alergia?
En el caso de que se sospeche de urticaria acuagénica hay que acudir al médico para que este derive al especialista. En Criar con Sentido Común puedes consultar a nuestro equipo de expertos, que os puede asesorar y responder a cualquier duda sobre la piel. Solo hay que apuntarse a la Tribu CSC.
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Para confirmar el diagnóstico se puede hacer una prueba de «provocación por agua». Esta consiste en aplicar una compresa de agua a 35ºC en la parte superior del cuerpo durante 30 minutos. Si se confirma, el especialista determinará el tratamiento.
Según el NIH, se pueden utilizar antihistamínicos H1, propanolol, fototerapia o cremas que sirven de barrera entre el agua y la piel. También se puede optar por el estanozolol, que es un esteroide anabólico; o una dosis baja de un inhibidor de recaptación de serotonina combinado con ciproheptadina y metescopolamina.
En la guía de la Sociedad Española de Dermatología, se especifica que para los niños se recomienda ajustar la dosis al peso y edad. En el caso de los antihistamínicos H1 existen determinados tipos (como la cetirizina o la desloratadina) cuya «eficacia y seguridad» están comprobadas en la población pediátrica. No obstante, hay antihistamínicos que no son recomendables para ellos, como los que se usan para dormir. También recoge especificaciones para las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia:
«No se deben usar medicamentos contraindicados en el embarazo y, en general, se debe evitar el uso de cualquier tratamiento sistémico en mujeres embarazadas especialmente en el primer trimestre. Todos los antihistamínicos H1 se excretan en la leche materna en bajas concentraciones».
Las urticarias crónicas, como la urticaria acuagénica, sí tienen cura, según la Sociedad Española de Dermatología. Sin embargo, no se puede predecir cuándo ni cuánto tiempo se necesita medicación. El objetivo del tratamiento es que la persona que sufre esta patología pueda desarrollar una vida normal, teniendo en cuenta que bañarse en el mar o en la piscina, asearse en casa o simplemente mojarse por la lluvia puede ser todo un calvario para alguien con alergia al agua.
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