¿Debo tomar yodo si estoy dando el pecho?

El yodo es un oligoelemento necesario para muchas funciones vitales del ser humano. Durante el embarazo se recomienda la suplementación con yodo porque interviene en la síntesis de las hormonas tiroideas y el desarrollo neurológico del bebé. Pero la recomendación no se limita al embarazo. También se extiende a la lactancia materna.

Nada de suplementos vitamínicos, salvo excepciones, pero sí suplementos de yodo

En términos generales no es necesario que las mujeres que están dando el pecho tenga que tomar suplementos vitamínicos. Solo en casos concretos y de manera individual puede ser necesario porque se detecte cierto déficit de algún micronutriente. Los dos únicos suplementos que se recomiendan en España son el yodo y la vitamina B12 (esta última si la mamá es vegana), que sí se recomienda de manera generalizada si la mujer no recibe el suficiente yodo de manera natural.

“Si la madre toma sal yodada desde siempre y al menos tres raciones de lácteos no ecológicos al día, no es necesaria esa suplementación con yodo”, explica nuestra asesora de lactancia materna, Inma Mellado, que también es especialista en Nutrición Pediátrica, presidenta de la Asociación Española de Consultoras Certificadas en Lactancia Materna y Monitora de La Liga de la Leche. Podéis consultarla online en la Tribu CSC.

¿Por qué es importante el yodo?

El yodo es un mineral necesario para el ser humano porque permite un metabolismo adecuado de las células (conversión de alimentos en energía). La población general la necesita para que la tiroides funcione adecuadamente y para la producción de hormonas tiroideas, que juegan un papel clave en el crecimiento y el desarrollo de todos los órganos, entre ellos el cerebro.

 

 

Durante el embarazo, según la última revisión sobre este asunto de la Cochrane, “la función tiroidea aumenta ya que las hormonas tiroideas producidas por la madre (y por el feto según progresa) son fundamentales para el crecimiento y el desarrollo del feto y para regular el desarrollo del cerebro y del sistema nervioso“.

Esta función clave también es importante durante la lactancia materna. El bebé necesita un aporte adecuado de yodo porque así podrá fabricar correctamente sus hormonas tiroideas, que son esenciales en el desarrollo cerebral.

¿Qué pasa si no tomo yodo durante la lactancia?

El texto de la Cochrane es claro: si la mujer durante el embarazo no tiene yodo suficiente, ni el bebé lactante tampoco, “el daño puede ser irreversible”.

“Los estudios de investigación han indicado que la deficiencia grave de yodo puede impedir el crecimiento físico normal del niño, así como dañar el desarrollo mental normal, lo que da lugar a cocientes de inteligencia inferiores. Se sabe menos acerca de las consecuencias de la deficiencia leve o moderada. Demasiado yodo también puede provocar daño y tener efectos negativos sobre las madres y los recién nacidos, por ejemplo al causar que la tiroides se torne demasiado activa”.

 

 

¿Contiene yodo la leche materna?

Según e-lactancia, el yodo es un “componente natural” de la leche materna, pero esta ha de tener un concentración mayor de 100 microgramos por litro para colmar las necesidades diarias del bebé. Esta web especializada recoge que:

“En muchas regiones del mundo, incluidas zonas de alto nivel de desarrollo, hay deficiencia de yodo en los humanos y en especial en embarazadas y madres lactantes. La adición de yodo a la sal es el método más eficiente para evitar la deficiencia de yodo en la población, pero según qué países y zonas puede ser necesario administrar suplementos de yodo en embarazadas y madres lactantes”.

Cualquier persona necesita de 100 a 150 microgramos diarios, pero en el embarazo y durante la lactancia esas necesidades suben a 250-300 microgramos.

Tal y como explica Inma Mellado, en aquellos países donde se promovió una yodación universal, es decir, que toda la sal en hogares e industrias alimentarias tenga yodo, “se acabó el problema”. Sin embargo, eso no ha pasado en España ni en otros países de Europa. Es decir, solo la sal que en su etiquetado pone “yodada” incluye el yodo necesario.

 

 

Como decía nuestra experta al principio, para que una mujer no necesite suplementación de yodo en la lactancia tiene que haber tomado sal yodada toda su vida y al menos tres lácteos no ecológicos al día. Esa “ración de lácteo” puede ser:

• 200 mililitros de leche o yogur.
• Entre 60 y 100 gramos de queso fresco.
• Entre 30 y 40 gramos de queso semicurado.

Controversia sobre la suplementación de yodo en la lactancia

Existe cierta controversia con respecto a la suplementación de yodo durante la lactancia. La ultima revisión de 2017 de la Cochrane (citada antes) indica que la evidencia es débil, pero aun así se suele recomendar la suplementación en España. En nuestro país se considera que hay un déficit de yodo en la población. Y los beneficios superan los posibles riesgos que podrían aparecer si se supera el consumo de 500 microgramos de yodo al día, según e-lactancia.

Otros organismos como Previnfad (grupo de trabajo para la prevención de enfermedades en la infancia perteneciente a la AEP), consideran que al ser la evidencia débil no es adecuada una suplementación sistemática. Pero los expertos de la Sociedad Española de Endocrinología recomiendan esta suplementación de yodo desde 2014.

 

 

Nuestra experta piensa que es una controversia “infundada” porque la realidad es que las mujeres españolas, por lo general, no consumen suficiente yodo. Durante el periodo de lactancia los requerimientos de yodo en la mujer aumentan, ya que este mineral es muy importante para el desarrollo de la glándula tiroides del bebé y su desarrollo cerebral. Si no se toma en cantidades suficientes, aumenta el riesgo en la madre de desarrollar hipotiroidismo postparto.

¿Cuánto tiempo hay que tomar yodo en la lactancia?

Principales fuentes de yodo durante el embarazo, la lactancia materna y otros momentos de la vida