Síndrome postvacacional en niños: Cómo ayudar a nuestros hijos/as a volver a la rutina

¿Qué podemos hacer desde casa para ayudar a superar el síndrome postvacacional en niños?

Lo aconsejable es prevenir el síndrome postvacacional en niños ayudándoles a hacer la transición sin mucha dificultad. Para ello podemos llevar a cabo las siguientes acciones:

Retomar los horarios con anterioridad y de forma progresiva

Hemos de evitar que los peques se enfrenten a cambios bruscos que puedan afectar a sus ritmos y horarios, y repercutir en su descanso, salud y bienestar. Para ello, podemos hacer que retomen poco a poco los horarios del colegio con algunos días de anticipación. De esa forma, no tendrán problema en levantarse temprano desde el primer día del nuevo curso.

Empieza unos días antes a reajustar los horarios en casa adelantando cada día unos 15 minutos la hora de las comidas (si es que en verano coméis más tarde) y, lo más importante, los horarios de sueño.

Hacer un repaso académico

Más allá del debate ¿deberes para el verano sí o no? que hemos tratado en posts anteriores, lo ideal es que un par de semanas antes de volver a la escuela les ayudemos a repasar, de forma general, algunos de los contenidos académicos del año pasado. Así comenzarán las clases sintiéndose más confiados.

Prepararlo todo con tiempo

No dejes los preparativos para el último momento. Preparad la ropa del cole (o los uniformes, si es que son necesarios), libros y útiles escolares con anticipación para evitar una mayor carga de estrés. Si se gestiona adecuadamente, estrenar cosas nuevas cada curso puede convertirse en una motivación adicional.

Aunque pasar de Infantil a Primaria o de Primaria a Secundaria es un gran hito para nuestros hijos e hijas. En el caso de los más chiquitines, que se separan de la familia y comienzan el cole por primera vez, es especialmente necesario realizar la adaptación de forma respetuosa.

Preparad juntos la vuelta al cole

Los niños y niñas encuentran atractivos los preparativos de la vuelta al cole. ¡Hay muchas cosas nuevas y bonitas que estrenar! Podéis ir a comprar juntos el material escolar para que ellos mismos puedan elegir su mochila, estuche, ropa, lápices o rotuladores de colores… Les encantará prepararlo todo y etiquetarlo con bonitas pegatinas con su nombre.

Reencuentro con los compañeros

Si el niño o la niña se encuentra con sus compañeros de clase favoritos todo será más fácil y les ayudará a comenzar con mayor entusiasmo el nuevo curso escolar. El fin de semana anterior podéis recurrir al WhatsApp de los padres y madres del colegio para acordar un encuentro en el parque, por ejemplo.

Háblales de lo positivo de la vuelta a las rutinas

Tras varios meses de vacaciones, es normal que los más peques no quieran volver a los estudios, los exámenes y los deberes. ¡Tampoco a las personas adultas nos entusiasma volver al trabajo! Pero recuérdales lo más positivo: vuelven a ver a sus amigos, a sus profes favoritos, podrán volver a jugar con ellos, e incluso podrán practicar nuevas actividades y conocer nuevos amigos.

Asimismo, háblales de lo positivo de volver a casa, de reencontrarse con su habitación, sus juguetes, los abuelos o sus amigos del barrio.

Haz que la vuelta a la rutina sea divertida

Es probable que durante las vacaciones hayáis pasado más tiempo en familia y al llegar a casa la vorágine de nuestro ritmo de vida y los horarios laborales ya no nos permitan hacerlo tanto. Además, los peques han estado jugando muchas más horas al día, disfrutando del sol, el pueblo, el campo, la playa o la piscina…

Pero volver a las rutinas no debe ser sinónimo de despedida. En vuestros primeros días de retorno, buscad actividades para hacer en familia. Por ejemplo, podéis ir al cine o al parque, cenar en su restaurante favorito, visitar a familiares o amigos, jugar en casa a juegos de mesa o de cartas, ver películas, cocinar juntos, dar paseos… De esta forma, la transición a la vida cotidiana será mucho más amable para ellos, ya que no tendrán la sensación de pérdida de disfrute.

Anímale a expresar sus emociones

Los niños y niñas pueden sentirse tristes, apáticos y no saber muy bien por qué ni saber manifestarlo, especialmente si son pequeñitos. Por eso es importante que nosotros les ayudemos a identificar sus sentimientos y a gestionarlos, transmitiéndoles la idea de que son perfectamente normales, transitorios y que a las personas adultas también nos pasa.