El estado de la salud mental en la infancia puede afectar a toda la vida adulta

Los niños con problemas de salud mental tienen más probabilidades de tener una salud física y mental deficiente al final de la adolescencia y al comienzo de los 20 años, y corren un mayor riesgo de aislamiento social, bajo nivel educativo, dificultades financieras y consumo excesivo de sustancias.

Son las conclusiones de una nueva investigación dirigida por la Universidad de Medicina y Ciencias de la Salud RCSI, que examinó una amplia gama de datos de más de 5.000 niños y adultos jóvenes en Irlanda.

Los hallazgos de la investigación, centrada en resultados funcionales entre jóvenes con trayectorias de psicopatología infantil persistente, han sido publicados en JAMA Network Open, y se extraen del estudio “Growing up in Ireland”, en el que investigadores de Irlanda, Reino Unido y Australia siguieron las tendencias de la salud mental durante la infancia (de 9 a 13 años) de 5.141 menores.

El 27’5% de menores padece algún tipo de problema de salud mental o de comportamiento

 

 

La gran mayoría (72,5%) de los niños cuyos datos se analizaron no informaron dificultades significativas de salud mental, pero cerca de un 28% de menores (más de 1.400 niños) parecían tener algún tipo de problema de salud mental o de comportamiento durante la niñez.

“Los síntomas de salud mental a menudo aparecen y desaparecen durante la niñez y la adolescencia, por lo que no queremos confiar demasiado en los niveles de síntomas en un momento dado.

Decidimos investigar a los niños que tenían informes persistentes de síntomas de salud mental, independientemente de si cumplían los criterios para un diagnóstico oficial”, afirmó la autora principal del estudio, la Dra. Niamh Dooley, del Departamento de Psiquiatría del RCSI.

El estudio analizó cómo estos patrones de salud mental infantil afectaron una variedad de resultados al final de la adolescencia y principios de los 20 años. El estudio adoptó un enfoque amplio de los resultados de la vida, examinando aspectos como los resultados académicos (medidos en el Leaving Certificate, el examen final del sistema de educación secundaria irlandés y el examen de matriculación universitaria en Irlanda), el aislamiento social y la frecuencia con la que utilizaban los servicios de salud cuando eran adultos jóvenes, los problemas de salud física (obesidad, dificultades para dormir, etc.), el uso excesivo de sustancias (alcohol, tabaquismo), y/o la sensación general de bienestar del joven.

Diferentes síntomas de niños, diferentes trastornos de adultos

 

 

Los investigadores tuvieron en cuenta diferentes tipos de síntomas infantiles, como si un niño tendía a internalizar sus síntomas (como en la depresión y la ansiedad) o a exteriorizarlos (como en la hiperactividad y los problemas de conducta), o ambos.

La investigación encontró que los niños con síntomas de externalización tienen un mayor riesgo de consumir sustancias intensamente cuando son adultos jóvenes. Los niños con síntomas internalizantes corren mayor riesgo de tener mala salud física al final de la adolescencia y principios de los 20 años.

“Nuestro análisis muestra que los problemas de salud mental en la infancia están relacionados con una amplia gama de problemas funcionales en la edad adulta, más allá del ámbito de la salud mental. Y algunos grupos tenían un riesgo particular de sufrir resultados específicos. Por ejemplo, las mujeres con síntomas persistentes durante la niñez, particularmente síntomas internalizantes, tenían tasas muy altas de mala salud física en la edad adulta”, manifiesta Dooley.

La mala salud mental en la infancia también es indicativo de dificultades económicas en la edad adulta

 

 

¿Por qué es importante la salud mental en los niños? Los datos también mostraron que aquellos que tuvieron problemas de salud mental en la infancia tenían las probabilidades tanto de encontrar dificultades educativas/económicas en la edad adulta como de enfrentar más problemas de salud mental.

“Más del 50% de los niños con problemas de salud mental tuvieron al menos una dificultad educativa o económica en la edad adulta, en comparación con alrededor del 30% de aquellos sin problemas de salud mental en la niñez”, añade la experta.

Es por ello que los autores señalan la necesidad de identificar los síntomas de cualquier posible problema de salud mental en la infancia y tratarlo a tiempo. Pero, ¿cómo cuidar la salud mental en la infancia? ¿Cuáles son los trastornos más comunes en la infancia?

Si tienes alguna duda, quieres más información sobre los problemas mentales en la infancia más habituales o necesitas asesoramiento profesional sobre salud mental en la primera infancia o trastornos psicológicos en niños de 6 a 12 años e incluso en adelante, en la Tribu CSC puedes consultar online a nuestro equipo de expertos/as en salud materno-infantil, educación positiva y crianza respetuosa. Entre ellos/as se encuentran la pediatra Gloria Colli y la docente, logopeda y psicóloga infantil Elena Mesonero.

 

 

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La sombra duradera de la salud mental infantil en la vida adulta

Los hallazgos apuntan a la necesidad de una mejor detección y tratamiento de los problemas de salud mental en la infancia y la adolescencia, lo que puede prevenir problemas más adelante en la vida, según la coautora del estudio, Mary Cannon, profesora de epidemiología psiquiátrica y salud mental juvenil del RCSI. “Nuestro estudio muestra que los síntomas de salud mental en la infancia pueden proyectar una sombra duradera en la vida adulta“.

“Si entendemos mejor qué niños de la población general tienen mayor riesgo de tener malos resultados, ayudará a informar y mejorar la detección temprana y los enfoques para apoyar a esos niños“, señala Cannon.

La psiquiatra irlandesa e investigadora científica María Cannon es conocida sobre todo por su estudio de los factores de riesgo de enfermedad mental en jóvenes. Ha recibido el premio de doctores de psiquiatría de la Real Academia de Medicina de Irlanda y está entre los científicos más citados del mundo.

Asimismo, es miembro de un grupo de trabajo encargado de implementar las recomendaciones de políticas de salud mental “Sharing the Vision”, con un enfoque centrado en mejorar la transición de los jóvenes de los servicios de salud mental para niños a los de adultos.

 

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