Rubens Barn, las muñecas amorosas para desarrollar habilidades sociales

Las muñecas y los muñecos son unos de esos juguetes que nunca deben faltar en casa. Sus beneficios son múltiples, pero debemos intentar elegir los más adecuados, para no caer en estereotipos que no aportan nada bueno al desarrollo de los niños y las niñas. Por eso, hoy os mostramos todas las posibilidades que ofrecen las muñecas de Rubens Barn, una de las marcas favoritas entre las familias de la Tribu CSC.

Hemos testado varios muñecos del catálogo de Rubens Barn, que nos ha cedido la distribuidora TopToys, y nos han encantado. Cabe destacar que después de jugar un poco con ellos los devolvemos, ya que nuestra única finalidad es poder aportar ideas sobre juguetes afines a la crianza respetuosa y con valores educativos a través del blog de Criar con Sentido Común. 

Un juego de imitación e imaginación

En el aprendizaje infantil influye la maduración y adquisición de hitos conforme van creciendo, y en todo ese proceso la imitación tiene un papel fundamental. De hecho, en una de las áreas del método Montessori, la Vida Práctica, apela a la mente absorbente de los peques en sus primeros años de vida para que aprendan a través de la imitación.

Y es que las niñas y los niños tienen una sensibilidad especial para observar y absorber, gracias a la neuroplasticidad de su cerebro en esta etapa. Los adultos mostramos cómo se hace, y ellos lo captan con relativa facilidad (por supuesto, también con sus errores).

Así que prestarán atención a cómo nos relacionamos gracias a las habilidades sociales, tanto con las personas de nuestro entorno como con ellos mismos. Y ¿qué mejor manera para ponerlo en práctica que en casa a través del juego?

Pero las muñecas no solamente se prestan a la imitación, también favorece el ejercicio imaginativo de creación de historias que pueden ir adaptando según se les ocurra. Ya lo dice la Asociación Española de Pediatría: “el juego imaginativo facilita el desarrollo del lenguaje, la autorregulación, el pensamiento simbólico y el desarrollo social y emocional“.

Y lo corrobora Jéssica Romero, Terapeuta Ocupacional Pediátrica en la Tribu CSC:

“El juego simbólico o imaginativo, como juego que es, no tiene otro fin que el juego en sí mismo, el placer del niño por realizarlo, sin dirección ni estructura, más allá de las que el niño ponga. Además, a través de la inventiva del niño, recrea escenarios ficticios en los que suceden acciones de cualquier tipo: una caja se convertirá en una casa; el niño se convertirá en mamá, papá o el peluquero; el salón en un bosque lleno de obstáculos; etc… Es tan importante en el desarrollo infantil que, en caso de haber alguna dificultad, si este no aparece, se ayuda al pequeño a que surja dándole diferentes claves y estímulos”.

El juego está íntimamente relacionado con el desarrollo motor del bebé, sus habilidades manuales, su capacidad de aprendizaje e incluso con la comunicación y el lenguaje. Aprende a proporcionarle el espacio y los objetos o juguetes más adecuados con el Seminario Online “Desarrollo, juego y estimulación (6-12 meses)”

Desarrollan la empatía jugando con muñecas

La empatía, aunque es una habilidad innata, también necesita aprendizaje. Y gracias al juego simbólico con muñecos pueden practicar diversas situaciones, ¡tantas como se les ocurran! Si observáis cómo juegan con muñecas veréis que se basa en una continua identificación de emociones: “¿Te encuentras mal?, ¿Qué te pasa?, ¿Te gusta dónde vamos?, ¿Te ha molestado?”.

Le ponen nombres a las emociones, reconociéndolas en los muñecos, y ellos mismos son capaces de aportar estrategias para gestionarlas. En “el mundo real” y cuando son ellos los protagonistas, les resulta más complicado, pero a través del juego van practicando. Les es más fácil expresarse, ¡lo que es realmente útil para ellos! 

Cuando juegan adquieren el rol de papá o mamá, pudiendo llegar a entender en cierta medida cómo se sienten sus propios padres y madres en el día a día. Les invita a actuar como líderes, desarrollando la confianza en su capacidad para resolver problemas. Sería fantástico poder escucharles atentamente. Así ellos, sin casi darse cuenta, nos darán soluciones a los retos que se nos plantean en la vida diaria. 

Para todo esto, las muñecas y los muñecos de Rubens Barn son geniales, ya que facilitan a los peques el sentirse identificados. Hay una diversidad importante de atuendos, rasgos y características, huyendo de desproporciones irreales. Las hay más grandes (tanto que se asemejan al peso de un bebé real), y más pequeñas. Con el pelo de diferente forma, diversos rasgos faciales y colores de piel. Además incluyen accesorios y bonitos detalles.

Modelos diferentes y abrazables

Los Bebés Rubens miden 45 centímetros y pesan 700 gramos, por eso no son aptos para los más pequeños. Pero son perfectos para identificar la anatomía de un bebé ya que tienen pezones, ombligo, trasero y genitales. Las Rubens Kids son un poco más pequeñitas (miden 36 centímetros y pesan 350 gramos) por lo que resultan más manejables. ¡Y todas son igualmente adorables!

Las Rubens Cutie Classic miden y pesan algo menos (32cm y 155g), pero este tamaño tiene la peculiaridad de que puedes hacerle su propia ropa gracias a los vídeos y los patrones que ofrece Rubens Barn en su web. Están pensados para hacerse en equipo junto a los adultos, y desarrollar todavía más su creatividad y aficiones (así como reforzar el trabajo en equipo y el vínculo familiar).

Los Mini EcoBuds son realmente preciosos. Miden 23 centímetros y pesan 50 gramos, por lo que son aptos para los bebés más pequeñitos, incluso pueden usarse para colgar del carro o como móvil visual. Están hechos con algodón orgánico y poliéster reciclado. Y además, ¡a los MiniEcoBuds les acompaña una sorpresa fantástica! Por cada “adopción” se plantan dos árboles y vienen con un “certificado de árbol” que puedes regalar. 

Hay otras colecciones, como por ejemplo la de Rubens Ark: bebés vestidos con disfraces hechos a mano. Un leopardo, una vaca, un cocodrilo, un elefante… 

Una buena elección para el aprendizaje emocional y social

A la hora de elegir los juguetes debemos tener varios aspectos en cuenta. Por ejemplo, el material y que sean seguros para los y las peques. En este caso los muñecos de Rubens Barn, dependiendo del modelo podemos encontrarnos limitaciones de edad a partir de tres años, pero otros son aptos para todas las edades.

Están hechos a mano y los ojos son bordados. La ropita debe lavarse a mano, pero todas las muñecas pueden lavarse en la lavadora, ya que están hechas de algodón orgánico certificado, y el interior va relleno 100% de poliéster. 

Las niñas y niños pueden usarlas en cuanto su motricidad se lo permita, y poco a poco irán reproduciendo con las muñecas aquello que ven y viven. Podrán alimentar al bebé, vestirle, llevarlo en brazos, cambiarle el pañal… Esto les llevará a practicar sus habilidades de secuenciación. Saber el orden en el que se realizan determinadas actividades, les ayuda a superar cualquier miedo que pudieran tener y a integrar las rutinas.

Gracias a estas muñecas podemos, por ejemplo, prepararles para la llegada de un hermanito o hermanita. Utilizando a los bebés de trapo como modelo, aprenderán cómo deben tratar al bebé de verdad (con delicadeza), verán cómo papá o mamá le dedican cariños y mimos, y seguro que surgen emociones, preguntas y temas sobre los que hablar con más facilidad.

Y es que, tal y como dice Jéssica Romero: “El juego imaginativo permite desarrollar la creatividad, expresar emociones y sentimientos, estimula las habilidades sociales, comunica miedos e incertidumbres y fomenta el desarrollo del lenguaje“.

Las muñecas, amigas inseparables

Debido a la restricción de los contactos sociales por culpa de la pandemia, algunos peques han podido ver disminuidas sus relaciones sociales. Pero las muñecas y los muñecos son un recurso perfecto para practicar estas habilidades, adquiriendo confianza y estrategias que posteriormente podrán usar en la vida real.

Además, el aspecto dulce y natural de las muñecas de Rubens Barn, lejos de estereotipos erróneos nada educativos, favorece que se sientan identificados con estos bebés. 

Al ser blanditas y con un tacto muy gustoso, provocan una gran ternura y pueden convertirse en el objeto de apego de tu hijo o tu hija. Para dormir, para abrazarlas, para que los acompañen en sus juegos… Sintiéndose más seguros-as y ganando confianza para el día a día. 

En definitiva, las muñecas y los muñecos son juguetes afectivos que deberían acompañar a los peques desde sus primeros meses de vida, ya que favorecen varios aspectos del desarrollo. Y las de Rubens Barn son una buena opción, por el aspecto sencillo e identificable con los bebés de verdad, por su textura, diseño y calidad de sus materiales.

Si tenéis dudas sobre qué juguetes y juegos ofrecer a los peques para desarrollar determinadas habilidades, en la Tribu CSC podéis contar con varias expertas que os aconsejarán. ¡Y una gran tribu virtual de familias que también tienen mucho que aportar!