¿Qué son las resistencias bacterianas?

Las resistencias bacterianas suponen un grave problema de salud a nivel mundial. Se produce cuando las bacterias que causan infecciones mutan y se vuelven resistentes a los antibióticos. Se calcula que las bacterias multirresistentes causan 33.000 muertes al año en Europa.

Tal y como explica Gloria Colli, la pediatra del equipo Criar Con Sentido Común que puede atender vuestras consultas online en la Tribu CSC, las resistencias bacterianas se producen por distintos motivos, pero “la causa principal es porque se hace un uso excesivo e inadecuado de estos medicamentos, que tantas vidas han salvado desde que se empezaron a utilizar a mediados del siglo pasado”. 

¿Qué es la resistencia bacteriana?

Aunque la mayoría de los microorganismos son inofensivos y muchos son útiles para el ser humano, hay algunas bacterias y hongos que sí pueden provocar infecciones.

 

 

Los antibióticos son clave para prevenir y tratar las infecciones causadas por bacterias específicas en personas, animales e incluso cultivos. Sin embargo, estos microrganismos van cambiando y mutando para evitar el efecto de los antibióticos.

La resistencia bacteriana ocurre cuando los microbios ya no responden a los antibióticos creados para eliminarlos. Es decir, resisten y continúan multiplicándose. Cuando esto ocurre, la enfermedad que provoca es difícil de tratar. Algunas veces, imposible.

¿Por qué preocupa tanto este problema?

Preocupa porque tiene un impacto importantísimo en la salud (y también económico, social, etc.). Las resistencias bacterianas pueden provocar que persista una enfermedad que antes se podía controlar con antibióticos. El paciente puede acabar en el hospital, necesitando un tratamiento alternativo que puede ser más complicado o incluso imposible.

Su impacto es tal que tanto la Organización Mundial de la Salud como otros organismos internacionales alertan sobre este problema y han puesto en marcha diversas iniciativas para tratar de solventar las resistencias bacterianas. En España existe incluso un Plan Nacional de Resistencia a los Antibióticos.

 

 

Y es que la tuberculosis, la gonorrea, la malaria y las otitis infantiles son infecciones que están empezando a ser difíciles de tratar por la resistencia de las bacterias que las provocan. Según la web del Plan Nacional:

“Como consecuencia del uso incorrecto, los antibióticos están perdiendo eficacia a un ritmo que era impensable hace tan sólo cinco años. Si seguimos consumiendo antibióticos al ritmo actual, Europa podría sufrir un retroceso a la era anterior a los antibióticos, cuando una infección bacteriana corriente, como una neumonía, podía suponer una sentencia de muerte.”

Pero no solo afecta a enfermedades. También se ponen en riesgo tratamientos como el trasplante de órganos, la quimioterapia o cualquier cirugía. Actualmente se producen 33.000 muertes en Europa por las resistencias bacterianas. En 2050 los expertos prevén llegar a las 40.000 por infecciones “que antes eran fácilmente curables”.

Tipo de resistencias bacterianas

Con el término de resistencia bacteriana nos referimos en general a la capacidad de ciertas bacterias de soportar los efectos de antibióticos o biocidas que buscan eliminarlas o controlarlas.

 

 

Pero existen diversos tipos de resistencias bacterianas:

• Resistencia múltiple o multirresistencia. Hace referencia a cuando una cepa bacteriana es resistente a varios antimicrobianos.
• Resistencia cruzada. Son aquellas que han desarrollado métodos de supervivencia eficaces frente a distintos tipos de moléculas antimicrobianas con uno o varios mecanismos de acción similares.
• Corresistencia. Se produce cuando las bacterias transmiten parte de su material genético resistente a otras bacterias.

¿Cómo evitar la resistencia bacteriana?

La ciudadanía, los profesionales sanitarios, los gobiernos… Todos podemos poner nuestro granito de arena. La OMS hace distintas recomendaciones:

Población general

• Huir de la automedicación y tomar antibióticos únicamente bajo prescripción médica.
• No exigir antibióticos si los profesionales sanitarios dicen que no son necesarios.
• Seguir siempre las instrucciones de los profesionales sanitarios en cuanto a dosis y duración del tratamiento.
• No utilizar los antibióticos que le hayan sobrado a otros.

 

 

• Prevenir infecciones: 
  • Con lavado de manos frecuente.
  • Preparando los alimentos en condiciones higiénicas.
  • Evitando el contacto cercano con enfermos.
  • Con medidas de protección en las relaciones sexuales.
  • Respetando el calendario de vacunación.
• Extremar la higiene en la preparación de los alimentos (limpieza; separación de alimentos crudos y cocinados; cocinado completo de alimentos, preservación de alimentos a temperatura segura; y uso de agua y materias primas no contaminadas).

Profesionales sanitarios

Además de velar por la limpieza de manos, instrumental y el entorno, la OMS recomienda:

• Prescribir y dispensar antibióticos solo cuando sean necesarios.
• Notificar las infecciones resistentes a los antibióticos a los equipos de vigilancia.
• Informar a los pacientes sobre cómo tomar los antibióticos correctamente. Y explicarles qué es la resistencia bacteriana y el peligro del uso indebido de los fármacos.
• Procurar información a los pacientes sobre la prevención de infecciones de todo tipo.

 

 

Recomendaciones a otros sectores

La OMS también lanza una serie de consejos a otros ámbitos. Por ejemplo, a los gobiernos les reclama planes nacionales de acción para hacer frente a la resistencia a los antibióticos. Mejorar la vigilancia de las infecciones resistentes, reforzar políticas, programas y la aplicación de medidas de prevención e informar sobre el impacto de las resistencias bacterianas.

A la ciencia le pide más investigación y desarrollo de nuevos antiantibióticos y vacunas. Y al sector agrícola le recomienda el uso de antibióticos solo bajo supervisión veterinaria. No usarlos apara estimular el crecimiento de animales o prevenir enfermedades en animales sanos, y promover la vacunación de aquellos. Y fomentar la seguridad biológica en granjas para prevenir enfermedades, entre otras medidas. 

 

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