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Este post se publicó originalmente el 26/08/2022 y ha sido actualizado en fecha 20/09/2024
Según un estudio de Child Lures Prevention, enseñar a los niños desde pequeños a llamar a los genitales por su nombre es una medida tan sencilla como eficaz para prevenir el abuso sexual infantil.
Pero, ¿por qué puede ayudar a evitar abusos que los niños aprendan los nombres reales desde el principio? Por dos razones: porque llamar a las cosas por su nombre disuade al abusador y porque utilizar eufemismos puede confundir a los padres o cuidadores cuando se confiesa un abuso.
Llamar a las cosas por su nombre previene el abuso sexual infantil
Aprovechando el Día Mundial para Prevenir la Explotación, los Abusos y la Violencia Sexuales contra los Niños y Promover la Sanación, es importante recordar que 9 de cada 10 niños no cuentan que han sufrido abusos sexuales, según se expone en este estudio de Child Lures Prevention. Las razones para ello son muy diversas: puede que sea un miembro de la familia, puede que sienta miedo, vergüenza, o, incluso, culpa por lo que sucede, se pueden sentir responsables, pueden haber sido amenazados, etc. Pero también puede darse el caso de que lo confiesen de alguna manera y no nos demos cuenta. ¿Por qué? Porque desde pequeños les enseñamos eufemismos para referirse a sus partes íntimas.
El profesor y perito judicial informático P. Duchement cita el caso de una profesora de infantil que llevaba varios días escuchando de una de sus alumnas que “estaba triste porque su tío le tocaba la galleta”. Cuando lo comentó con sus padres, semanas después, descubrió que “galleta” es como llamaban a sus genitales en casa. De haber llamado a la vulva o vagina como tal, se podrían haber evitado semanas de abusos sexuales. Un gesto tan sencillo, pero tan efectivo.
He oído de todo y siempre bueno.
El más aplastante de los argumentos siempre fue que, si un niño confesaba haber sido víctima de abuso sexual, cualquier adulto que lo oyese debía poder entenderlo sin ambigüedades.
Durante mis primeros estudios sobre educación… consideré aquello— P. Duchement🍏 (@PDuchement) August 25, 2022
Para evitar casos así, una de las recomendaciones que hacen Child Lures Prevention en su estudio para proteger a nuestros hijos e hijas es que se les enseñe a nombrar las partes del cuerpo por su nombre desde que nacen. Es decir, evitar los eufemismos como “pilila”, “pesetita”, “colita” o “huchita”. Que los niños y niñas llamen desde pequeños a las cosas por su nombre: pene, vagina, vulva, culo, ano, senos o pecho. Y enseñarles que estas partes son privadas y solo ellos deciden si alguien les puede tocar.
«Dame un niño que no sepa nada sobre sexo, y me habrás dado a mi próxima víctima»
Es la escalofriante cita de un delincuente sexual, recogida en el estudio de Child Lures Prevention. Los propios abusadores admiten que es menos probable que abusen de menores que llaman a sus partes privadas con su nombre real. Ver a un menor diciendo «pene» o «tetas» provoca un estado disuasorio en el abusador.
Los abusadores se aprovechan de la ignorancia sexual, la inocencia y la curiosidad de los peques. Por eso, para prevenir el abuso sexual infantil, Child Lures Prevention subraya en las conclusiones de su estudio:
«Desde el nacimiento, enseñe a los niños los términos médicos para las partes íntimas del cuerpo. (Pecho, senos, glúteos, ano, vulva, vagina, pene y escroto). Enséñeles a los niños que las partes privadas son solo eso: privadas. Asegure a los niños sus propios derechos, que ellos son los dueños de su propio cuerpo y que pueden elegir si alguien puede abrazarlos, besarlos o tocarlos o no. Respete la privacidad y el espacio personal de los niños, y enséñeles a respetar la privacidad y el espacio personal de los demás.«
Para concienciar a los progenitores y cuidadores de la importancia de instruir bien a los peques desde la primera infancia, Child Lures Prevention publica la Guía para padres Think First & Stay Safe™.

Perfiles de las víctimas y de los delincuentes
Esta inocencia e ignorancia viene marcada por el perfil mayoritario de los niños y niñas que son víctimas de abusos. En este sentido, aproximadamente el 20% son menores de 5 años y el 50% tienen de 5 a 12 años, pero también es cierto que se busca la vulnerabilidad.
Los abusadores persiguen que los niños y niñas confíen en ellos y son expertos en conseguirlo. De hecho, intentan formar parte de su vida, preocuparse por sus amigos, familia, escuela, etc. Y suelen ofrecerse para cuidar a los peques mostrándose encantadores y amables, para transmitir confianza.
También se advierte en el estudio de que muchos de los delincuentes sexuales son líderes conocidos en los ámbitos familiares o escolares. Suelen relacionarse con organizaciones lúdicas y deportivas, así como en lugares de culto y demás comunidades e instituciones. Muchos tienen poder y dinero, algo que a veces suele chocar, ya que se suele atribuir a un abusador una imagen de persona desaliñada, sucia y pobre. Y lo peligroso de este estereotipo es que en realidad sucede justo lo contrario, y la mayoría de las veces es alguien cercano y aparentemente confiable.
Cómo proteger a los menores del abuso sexual infantil
Además de enseñar a las niñas y niños desde pequeños a llamar a las cosas por su nombre, es vital que aprendan que es ilegal, no solo que le toquen o besen sin su consentimiento, sino que tampoco pueden mirar, ni hacer fotos o vídeos a su cuerpo u obligarles a ellos a tocar a otra persona o visionar este tipo de contenidos. Asimismo, es importante que nuestros hijos e hijas comprendan que no deben guardar secretos:
«Enséñele a su hijo que es ilegal que cualquier persona mire, tome fotos/vídeo o toque las partes privadas de un niño con cualquier parte de su cuerpo. También es contra la ley decirle a un niño que mire, tome fotos/vídeo o toque las partes privadas de otra persona con cualquier parte de su cuerpo. Cualquiera que lo intente está infringiendo la ley. Dígales a sus hijos que todos los secretos se pueden contar, especialmente los secretos que les han dicho que guarden o que han estado guardando durante mucho tiempo. Ayude a su hijo a elegir dos adultos de confianza, uno en casa y otro en la escuela, a quienes pueda contarles cualquier cosa.», añaden desde Child Lures Prevention.
Momentos de inestabilidad como un divorcio, una enfermedad en la familia, o un momento de precariedad económica familiar pueden ser factores para que los abusadores aprovechen para acceder al menor e intentar abusar sexualmente de él. Por ello, es especialmente importante cuidar de estos momentos y vigilarlos más que nunca.
También es importante ser consciente de los ámbitos en los que se mueven nuestros hijos e hijas y conocer con quiénes están en todo momento, así como transmitirles confianza para que nos cuente sus cosas, vigilar sus conexiones a internet y a sus redes sociales.
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1 responses on "Llamar a los genitales por su nombre y no con eufemismos puede evitar abusos sexuales"