¿Se puede predecir la gravedad de la alergia alimentaria de nuestros hijos?

La alergia alimentaria en niños es un tema preocupante para muchos progenitores debido a que, en casos extremos, la reacción alérgica a un alimento puede ocasionar la temida anafilaxia, una reacción alérgica generalizada y rápida, que puede ser grave y, en algunos casos, incluso mortal. No en vano, el choque anafiláctico provoca afectación cardiovascular con caída de la presión arterial y se trata de una emergencia médica.

Hasta la fecha, no existe ningún biomarcador clínico confiable o fácilmente disponible que permita identificar con precisión a los pacientes con alergias alimentarias que corren el riesgo de sufrir reacciones graves que pongan en peligro su vida.

Pero ahora, investigadores del Hospital Infantil Ann & Robert H. Lurie, en Chicago, liderados por la Dra. Abigail Lang, médico en la División de Alergia e Inmunología del Departamento de Pediatría de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern, han descubierto que la presencia de una isoforma (una de las distintas formas de la misma proteína) enzimática llamada α-triptasa, codificada por el gen TPSAB1, se correlaciona con una mayor prevalencia de anafilaxia o reacción grave a los alimentos en comparación con sujetos sin α-triptasa. Los hallazgos de este estudio se han publicado en el Journal of Allergy and Clinical Immunology.

Las reacciones alérgicas alimentarias graves están asociadas con la α-triptasa

El descubrimiento tiene importantes repercusiones clínicas ya que, según los autores de la investigación, la α-triptasa posibilita la detección clínica de las personas alérgicas susceptibles de tener reacciones graves.

 

 

“En la práctica clínica se puede determinar fácilmente si un paciente con alergias alimentarias tiene α-triptasa utilizando una prueba disponible comercialmente para realizar la secuenciación genética a partir de hisopos de mejillas“, explica la autora principal del estudio, la Dra. Lang, investigadora de Lurie Children’s y profesora asistente de pediatría en la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern en Evanston, Illinois.

La triptasa se encuentra principalmente en los mastocitos (glóbulos blancos que forman parte del sistema inmunológico). Estos se activan durante las reacciones alérgicas. El aumento del número de copias de TPSAB1 conduce a un aumento de la α-triptasa y está asociado con reacciones graves en personas adultas con alergia al veneno de himenópteros (o anafilaxia después de una picadura de abeja).

Detectar si un niño tiene mayor riesgo de sufrir anafilaxia

El estudio de la Dra. Lang incluyó a 119 participantes que se sometieron a genotipado de TPSAB1, 82 de una cohorte observacional de alergias alimentarias en el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID) y 37 de una cohorte de niños que reaccionaron a la provocación alimentaria oral con cacahuete en Lurie Children’s.

“Si se detecta el biomarcador, esto puede ayudarnos a comprender que el niño tiene un mayor riesgo de sufrir una reacción grave o anafilaxia debido a su alergia alimentaria y debe usar su autoinyector de epinefrina si se expone al alérgeno”, explica la experta.

 

 

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Tratamiento de bloqueo de la α-triptasa

Además, estos hallazgos abren la puerta a nuevos tratamientos, específicos y más eficaces, para las alergias alimentarias:

“Nuestros hallazgos también abren la puerta para desarrollar una estrategia de tratamiento completamente nueva para las alergias alimentarias que se centre en la α-triptasa o la bloquee. Este es un primer paso emocionante y se necesita más investigación”, incide Lang.

“Necesitamos validar nuestros hallazgos preliminares en un estudio mucho más amplio, pero estos resultados iniciales son prometedores”, afirma Lang. “También necesitamos una mejor comprensión de por qué y cómo la α-triptasa hace que las reacciones alérgicas a los alimentos sean más graves para poder seguir esta vía de tratamiento potencial“.

 

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