Aprovechar el verano para mudarnos: Tips para que los peques lo lleven bien

Mudarse puede ser una experiencia muy estresante. Y para nuestros hijos, más. Hacerlo en vacaciones puede ser una buena opción para rebajar el grado de estrés. Hoy os damos algunos consejos para realizar la mudanza en verano con niños sin morir en el intento.

¿Cómo afecta una mudanza a un niño?

Si para los adultos ya resulta estresante la idea de recogerlo todo y cambiar de vivienda, una mudanza para los niños puede serlo más aún. Los hijos adolescentes pueden cuestionar el traslado continuamente sobre todo si les aleja de sus amigos (en la adolescencia la amistad es fundamental).

Los más pequeños pueden no comprender por qué vamos a sacarlos de su espacio. De hecho, los niños y niñas no son capaces de imaginarse dónde van o cómo va a ser su nuevo barrio o colegio. Y eso puede provocarles cierta desorientación y angustia.

 

 

Hay que tener en cuenta que por mucha ilusión que nos haga a nosotros iniciar nuestra vida en un nuevo hogar, para ellos puede ser menos comprensible. Y por eso es importante hablarles de esta nueva etapa y hacerlo destacando todo lo positivo que tendrá para la familia.

Hacer planes con antelación sobre su nueva habitación puede contagiarles el entusiasmo y evitar el rechazo a la mudanza.

¿Por qué hacer la mudanza en verano con hijos?

Muchas familias aprovechan las vacaciones para mudarse. La razón es sencilla: disponemos de tiempo libre para la mudanza y esta resulta mucho menos agotadora y estresante.

El proceso será más pausado y el estado anímico de la familia es otro. En verano, por lo general, solemos estar más relajados, más contentos y podemos centrarnos mejor en la mudanza. Además, es más fácil repartir el tiempo si sois dos. Mientras uno organiza y lleva cosas a la nueva casa, el otro puede pasar tiempo jugando con el niño/a/s.

 

 

Otra de las ventajas de la mudanza en verano con niños es que es una época donde las rutinas son más flexibles. Como no hay cole, los horarios y las actividades varían enormemente. Además, si solemos viajar, no resultará extraño hacer las maletas y cambiar de espacio. Eso ayudará al peque a acostumbrarse a su nuevo hogar.

¿Cómo afrontar un cambio de hogar con niños?

La psicóloga infantil y logopeda de Criar Con Sentido Común, Elena Mesonero, nos ofrece algunas recomendaciones para que la mudanza en verano con niños no se convierta en una pesadilla.

Lo primero, aunque parezca “muy obvio” es la paciencia: “Los cambios nos cuestan a todos. La diferencia con los adultos es que los niños aún no han completado su desarrollo neuropsicológigo y, por tanto, no disponen de las herramientas para gestionarlos adecuadamente“.

 

Por eso, la recomendación de Elena  Mesonero es “acompañarles desde fuera”. ¿Cómo? Por un lado, anticipando los cambios. Si es posible, podemos visitar la nueva casa, el nuevo colegio, etc. para “ayudar a una mejor adaptación”.

Para nuestra experta es “interesante” hacer la mudanza en verano con hijos para así “poder hacerlo con calma”: “Si a las prisas diarias y el estrés del trabajo añadimos una mudanza, es más fácil que algo salga mal”.

Otra recomendación de nuestra psicóloga infantil, con la que podéis contactar a través de la Tribu CSC, es hablar en positivo del cambio pero sin olvidar “acompañar a nuestros hijos si se muestran tristes o enfadados y validar esas emociones“. Sean cuales sean, tienen derecho a sentirlas.

¿Cómo hacer que un niño se adapte a una nueva casa?

Otra de las recomendaciones de Elena Mesonero, en cuanto a preparar las cajas y demás, es permitir a nuestros hijos, si estos son lo suficientemente mayores, que nos ayuden a recoger y embalar: “En este caso, debemos tener en cuenta que se puede retrasar nuestro trabajo porque se van a distraer con algunos objetos, empaquetarán a su manera…”. Pero, aún así, es positivo para ellos porque les haremos sentirse útiles y partícipes del cambio.

También es buena idea, a la hora de empaquetar las cosas, especificar en las cajas qué contienen exactamente. Es decir, no poner solo “cocina” o “dormitorio”, sino especificar un poco más. ¿Qué tal si les invitamos a hacer algún dibujo o especificar lo que llevan las cajas de su cuarto?

 

 

Una vez en el nuevo domicilio, lo ideal es comenzar desempaquetando en la habitación de los niños/as. De esta forma, les ayudaremos a hacer este espacio, “su espacio”. Además, si desembalan los juguetes, podrán entretenerse un rato mientras seguimos con otras tareas.

Si somos más de un adulto, podemos empezar a visitar las zonas comunes y los alrededores con los peques, mientras la otra persona continua con el trabajo.

Otras recomendaciones para preparar a los niños ante una mudanza

Hagamos la mudanza en verano con niños o aprovechemos otro momento del año, hay que tener en cuenta que las mudanzas son caóticas y estresantes. Si no queremos contagiar con ese estrés a nuestros hijos, debemos tomarnos las cosas con calma.

Además de visitar la nueva casa con antelación, es positivo pasear por el nuevo barrio, localizar los parques y zonas infantiles para que se vayan familiarizando.

Si además hay un cambio de colegio, y la mudanza es en verano, el arranque del curso les pillará ya instalados, con lo cual es posible que el inicio de las clases lo hagan con menos estrés y más adaptados al nuevo hogar.

 

 

Aún así, recuperar las rutinas cuanto antes después de la mudanza también les ayudará a ordenar su día a día y a adaptarse mejor.

Por último, hay que asumir que cada niño/a es un mundo y puede que esa adaptación les cueste a unos más que a otros. Debemos acompañarles a nivel emocional y comprender que iniciar un nuevo ciclo en la infancia puede no ser fácil. Es lógico tener sentimientos encontrados. ¡Paciencia, amor e ilusión ayudará a todos a adaptarse mejor tras la mudanza!

 

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