Las resistencias bacterianas suponen un grave problema de salud a nivel mundial. Se produce cuando las bacterias que causan infecciones mutan y se vuelven resistentes a los antibióticos. Se calcula que las bacterias multirresistentes causan…
La resistencia antibiótica es un problema de salud mundial que ahora golpea a los bebés. El resistoma intestinal infantil se asocia con E. coli, exposiciones ambientales, madurez del microbioma intestinal y composición bacteriana asociada con el asma.
Cientos de genes implicados en la aparición de la resistencia antibiótica se esconden en las bacterias intestinales de los bebés
Es la conclusión a la que ha llegado un estudio reciente publicado por la revista “Cell Host and Microbe”, en el que se resalta que el consumo de antibióticos durante la última etapa del embarazo modifica su expresión.
El intestino humano alberga billones de bacterias y muchas de ellas expresan genes que las ayudan a contrarrestar la acción de los antibióticos. Con el objeto de investigar el modo en que estos microbios desarrollan resistencia antibiótica, un equipo de investigación de la Universidad de Copenhague analizó muestras de heces de 662 niños de un año de edad residentes en Dinamarca.
El equipo halló 409 tipos de genes que otorgan resistencia frente a 34 clases de antibióticos. Y una curiosidad: 167 de estos genes proporcionaron resistencia a más de un fármaco, incluidos algunos medicamentos esenciales para la práctica clínica, que los bebés no habían tomado nunca.
“La resistencia a los antimicrobianos (AMR) es una amenaza global acelerada” y en concreto el resistoma intestinal infantil se asocia con E. coli
“La resistencia a los antimicrobianos (AMR) es una amenaza global acelerada, sin embargo, la naturaleza de la AMR en el microbioma intestinal y cómo se adquiere la AMR durante los primeros años de vida siguen siendo en gran parte desconocido“, publican los autores de la investigación.
“Nuestro estudio revela una clara distribución bimodal de la riqueza de ARG impulsada por la composición del microbioma intestinal, especialmente E. coli.”, subrayan los investigadores.
Diversos factores ambientales influencian el resistoma de los microorganismos que habitan en el intestino de los bebés
Los investigadores también evaluaron el impacto de diversas exposiciones ambientales en la carga de ARG y encontraron que factores ambientales, como crecer en un área rural o urbana, así como el consumo de antibióticos durante los 40 días anteriores, influyeron en los niveles de expresión del conjunto de genes del resistoma. “Los perfiles ARG se vieron significativamente afectados por varios factores ambientales. Entre estos factores, la importancia de los antibióticos disminuyó con el tiempo desde el tratamiento“, aseguran.
Mayor riesgo de asma
Finalmente, la carga de ARG y los grupos de ARG también se asociaron con la madurez del microbioma intestinal y una composición bacteriana asociada con un mayor riesgo de asma.
“Estos hallazgos amplían nuestra comprensión de la resistencia a los antimicrobianos en los primeros años de vida y tienen implicaciones críticas para los esfuerzos por mitigar su propagación”, declaran los autores.
Por último, los investigadores observaron que los genes con mayor expresión se asociaban con una mezcla particular de microbios intestinales. Con anterioridad, el equipo relacionó dichas bacterias con un riesgo elevado de desarrollar asma durante la edad adulta.
¿Qué consecuencia tiene la resistencia a los antibióticos?
La resistencia a los antibióticos ocurre cuando los microbios ya no responden a los antibióticos creados para eliminarlos. Eso significa que los microbios no se eliminan y continúan multiplicándose. Las bacterias y los hongos encuentran constantemente nuevas formas de evitar los efectos de los antibióticos que utilizamos para tratar las infecciones que ocasionan.
Las infecciones causadas por microbios resistentes a los antibióticos son difíciles y, algunas veces, imposibles de tratar. En muchos casos, requieren ingresos hospitalarios de larga duración, consultas de seguimiento con el médico y alternativas a los tratamientos que pueden llegar a ser muy costosas e incluso tóxicas.
La resistencia a los antibióticos puede afectar a cualquier persona de cualquier edad, aunque las personas que padecen una enfermedad o las que tienen el sistema inmunitario debilitado son las que suelen estar en mayor riesgo de contraer una infección.
Por todo ello, es importante administrar antibióticos solo cuando estos son realmente necesarios y están prescritos por un médico (pediatra, en el caso de nuestros hijos). Si quieres más información o necesitas asesoramiento profesional, en la Tribu CSC puedes consultar online a nuestro equipo de expertos/as en salud materno-infantil y crianza respetuosa. Entre ellos/as se encuentra la pediatra Gloria Colli y el enfermero de pediatría Armando Bastida.
¿Qué se debe hacer para evitar el desarrollo de resistencia a antibióticos?
- Las vacunas.
- Las medidas higiénicas y sanitarias.
- La aplicación en el hospital de las normas de control de las infecciones nosocomiales.
Desde casa, podemos proteger a nuestra familia de la resistencia a los antibióticos con unos sencillos consejos:
- Hacer todo lo posible para mantener un estilo de vida saludable y una buena alimentación.
- Lavarnos las manos con agua y jabón frecuentemente, sobre todo antes de cada comida.
- Cubrirnos con el codo la nariz y la boca al toser o estornudar.
- Evitar el contacto con personas enfermas.
- Quedarnos en casa si estamos enfermos y evitar el contacto con otras personas.
- Ponernos y administrar a nuestros hijos las vacunas recomendadas, como la vacuna contra la gripe.
Tomar antibióticos solo cuando se necesitan
Tomar antibióticos solo cuando son realmente necesarios es una de las mejores formas de protegernos y proteger a nuestra familia de la resistencia a los antibióticos. Debemos consultar a nuestro médico sobre el mejor tratamiento si estamos enfermos, no automedicarnos por nuestra cuenta y no tratar de presionar al médico o exagerar nuestros síntomas para que nos recete un antibiótico.
Los antibióticos no nos ayudarán ni ayudarán a nuestros peques si no los necesitan y en cambio los efectos secundarios podrían hacerles daño. En su lugar, sí podemos consultar a nuestro médico o al farmacéutico sobre las medidas que podemos tomar para sentirnos mejor cuando no necesitamos antibióticos.
Mejorar el uso de los antibióticos
Tomar los antibióticos de forma correcta también es importante. Si el médico decide que un antibiótico es el mejor tratamiento para nuestro peque:
- Debemos administrar el antibiótico exactamente como el médico indica.
- No se deben compartir los antibióticos con otras personas.
- Está desaconsejado guardarlos para usarlos en el futuro. Consulta en tu farmacia habitual la mejor manera de desechar de forma segura los medicamentos que sobren.
- No debemos administrar ni tomar antibióticos que hayan sido recetados a otra persona. Esto podría demorar el tratamiento realmente idóneo, enfermarlo más o provocar efectos secundarios.
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