Mi peque no quiere hablar en público, ¿qué hago?

Si tu peque es tímido necesita respeto, acompañamiento y un modelo a imitar

Artículo publicado el 11 Jun 2021 - Este artículo ha sido revisado y actualizado con fecha 13 febrero, 2024

Sales a dar un paseo con tu peque. De repente te encuentras con algún conocido, quizá un vecino, un amigo de tus padres, alguien del trabajo, etc. Esa persona, de manera simpática y dicharachera saluda a tu peque que, inmediatamente, se refugia detrás de tus piernas en un intento de desaparecer con cara de “no te he pedido que me hables”. Porque no quiere hablar en público.

Para terminar de empeorar la situación, el conocido, por supuesto fruto del desconocimiento, dice algo así como “vaya, ¿este niño no sabe hablar?, ¿se le ha comido la lengua el gato?, ¡uy, se ha puesto colorado!”. ¿Te suena la situación? Si tu respuesta es que sí, que te sucede con frecuencia, es posible que tengas un hijo tímido. Solo debemos saber cómo acompañarlo así que, ¡vamos allá!

Las habilidades sociales: somos su gran referente

Seguramente te hayas sentido mal por el incómodo rato que pasa tu peque y hayas tenido la tentación de decir a la otra persona que el niño hablará cuando quiera hablar y que le dejen tranquilo. Puede hasta que lo hayas dicho.

Pero también piensas que vivimos en sociedad, que te gustaría que tu peque fuera educado y al menos saludara y diera las gracias sin pasarlo mal y que te encantaría poder ayudarle en eso.

La buena noticia es que somos las personas más indicadas para ello porque formamos parte de su entorno de seguridad y, además, los pequeños gestos diarios que podemos hacer para favorecer su desarrollo social, son muy sencillos.

 

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Abro aquí un paréntesis para puntualizar que estoy hablando de peques que no presentan ninguna otra dificultad a nivel de lenguaje y comunicación puesto que, si así fuera, habría que buscar apoyo de profesionales para solventar esas dificultades.

Continuamos.

Le cuesta hablar en público: respeto y acompañamiento

El primer paso es tener claro que todos los procesos requieren su tiempoEsto implica asumir el punto de partida que nos dice que el niño tímido lo pasa mal en las interacciones sociales que no le resultan cómodas. Habitualmente va a preferir pasar desapercibido y seguramente, le cueste expresar sus preferencias en determinadas situaciones. Se siente inseguro, tiene miedo al ridículo y cree que se le va a juzgar por lo que haga.

Incluso en los casos en los que sabe con anterioridad que va a tener que hablar en público es posible que somatice el miedo o la ansiedad que le produce. Vamos con ejemplos prácticos.

 

 

Estás en una tienda para comprarle unos zapatos y quieres que dé su opinión sobre qué modelo escoger. De hecho, necesitas su opinión para poder comprar los que le resulten cómodos. Le preguntas si quiere unos concretos y, en presencia del dependiente, solo acierta a asentir con la cabeza. Al salir de la tienda te dice “me aprietan mucho”.

Tenéis una celebración familiar a la que van a acudir personas que no forman parte de su entorno más directo y, antes de salir de casa, te dice “me duele mucho la barriga”.

¿Qué podemos hacer si nuestro peque no quiere hablar en público? 

Una vez que conocemos sus características y el porqué de su forma de actuar y una vez que sabemos que necesita tiempo, respeto y acompañamiento, el siguiente paso es graduar su exposición a estas situaciones. No se trata de que no pida en las tiendas, ni de eliminar las reuniones sino de ir graduando su participación en ellas y acompañar en el proceso.

Vamos a pensar en este proceso como una línea continua. En un extremo tenemos al peque detrás de nuestras piernas y, en el otro, tu peque entrando solo en la panadería para pedir una barra de pan. En el medio, un camino por recorrer. Vamos a graduarlo.

 

 

Un primer paso consiste en elegir situaciones de corta duración en las que podamos servir de intermediarios. Tomemos como ejemplo la panadería.

Primero entrenaremos en casa mediante juego de roles, es decir, vamos a jugar a las compras para que pueda automatizar la secuencia: saludamos, pedimos, pagamos, damos las gracias y nos despedimos. La visualización de situaciones y su entrenamiento harán que nuestro peque pueda aumentar su nivel de seguridad, confianza y autoeficacia en una tarea concreta.

Ensayar situaciones jugando en casa y graduar después su participación en la vida real

Con este trabajo hecho, nos encaminamos a la panadería recordando que vamos a comprar una barra de pan como parte de un trabajo en equipo, es decir, sin comentar que es su misión pedir el pan.

 

 

Conviene buscar un momento en el que no haya demasiados clientes en la panadería. Al llegar, es importante servir de modelo y saludar. Si quieres fomentar su participación puedes decir “buenos…” para que termine el saludo diciendo “días”.

Cuando nos pregunten por lo que queremos puedes preguntarle al peque “¿qué era lo que veníamos a comprar?” como si necesitáramos su ayuda para recordarlo. Quizá no diga nada.

En ese caso, facilitamos de nuevo diciendo “¿era una barra de pan?”. Si sale mal, no pasa nada. Le transmitiremos la idea de que todos nos equivocamos, incluso podemos contarle con detalle situaciones en las que nosotros mismos metimos la pata al hablar en público.

Como ves, se trata de graduar el nivel de dificultad para favorecer que comience a participar. Poco a poco podrá ir cogiendo confianza sobre todo si frecuentas siempre los mismos comercios.

 

 

En las reuniones familiares puedes ir preparándole también, explicando quiénes van a estar e incidiendo en los invitados con los que pueda tener mayor confianza. Es importante permitir unos minutos al comienzo para que pueda sentirse cómodo, es decir, llegar de una manera discreta, saludando primero a las personas más conocidas, etc.

En estos casos también es útil que, con antelación, podamos explicarle que hay diferentes formas de saludar. Puedes decir hola, puedes saludar con la mano o incluso con una sonrisa o un pequeño movimiento de cabeza. Todas son válidas y debemos permitir que escojan la que les resulte más cómoda.

Lo que no debemos hacer

Quizá, como tímida que da charlas y madre de tres tímidos que ahora ya son capaces hasta de exponer en público, sí hay algo que no recomendaría jamás:

  • Intentar justificar al niño verbalizando frases como “es que es muy tímido”.
  • Minimizar la importancia de la emoción diciendo “saluda que no te van a comer”.
  • Evidenciar o ridiculizar: “¡qué roja te has puesto!”.

Estos comentarios son muy frecuentes y no ayudan a que el peque adquiera confianza y seguridad por lo que es importante transmitírselo también a otras personas que puedan estar a cargo de nuestros peques como abuelos o cuidadores.

 

 

Por último, es también fundamental que, en el momento en que consiga, por ejemplo pedir en una tienda, a la salida le felicitemos por lo bien que lo ha hecho. Adecúa tu forma de felicitarle puesto que a los niños tímidos a veces no les gustan las celebraciones eufóricas y agradecen más un sencillo “qué bien lo has hecho, estoy orgullosa de ti”. Así, podremos hacerle consciente de sus logros y hacer que mejore su autoconcepto y, con ello, su autoestima, y pueda atreverse a dar un paso más.

Así que, si tu peque es tímido, solo necesita de ti respeto, acompañamiento y un modelo a imitar. ¡A por ello!

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4 comentarios en "Mi peque no quiere hablar en público, ¿qué hago?"

  1. Buenos días. Me ha parecido muy interesante este artículo. Tengo una duda, muchas veces a las personas que le insisten en que hable, les digo delante de mi hija, es que ella necesita su tiempo, se corta mucho, pero he leído que no se debe hacer, que es justificarlo. ¿De qué otra manera podría decir, mira déjala ya, que ya te dirá algo si quiere? Muchas gracias.
    Saludos.

    • Hola Iris,
      Decir que necesita su tiempo me parece bien. Lo que me gusta menos es el “es que es muy tímida”. Fíjate en el matiz: cuando dices que necesita tiempo, estás expresando una necesitad de la niña que el otro debería cubrir. Sin embargo, si decimos “es que es tímida” la estamos etiquetando y eso puede hacer que se vuelva en su contra y llegué a pensar “como soy tímida, no hago tal cosa”.
      Si las personas son de confianza, también puedes decírselo cuando ella no esté presente.
      Si, por el contrario, son personas con las que apenas tienes trato,basta con darle el modelo: sonríes, saludas y ya está (no hay porqué justificar algo que forma parte del desarrollo). Mientras, en casa, puedes decirle que,si no quiere saludar, es suficiente con sonreír amablemente.
      Espero haberte ayudado. Un abrazo.

  2. Hola. Tengo la misma duda que el comentario anterior. Cuando entras en un comercio y saludan a mi hija y ella se esconde ¿cómo podemos actuar sin justificar que es tímida? Gracias

    • Hola Davinia,
      Pues igual no tienes ni que justificarlo. Tú peque irá aprendiendo las convenciones sociales de los adultos. Mientras tanto puedes probar el saludo “a medias” (tú dices buenos y tu hija días).
      Si quieres justificarla siempre es mejor un ” necesita tiempo” o “es normal porque no te conoce” que un “es que es muy tímida”. Y, mientras tanto, puedes practicar con ella en casa o decirle que saludé con la mano o sonriendo.
      Espero haberte ayudado. Un abrazo.

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