Hoy vengo a hablaros de algo que me apasiona y que descubrí con mi hija mayor cuando tenía alrededor de un año: la baby signs language. La verdad es que todo fue casi por casualidad,…
Este post se publicó originalmente el 22/02/2022 y ha sido actualizado en fecha 03/10/2024
En algunas ocasiones hemos hablado de los beneficios de utilizar signos con nuestros bebés. Ya sabemos que es un recurso más de los que podemos utilizar para comunicarnos con ellos de manera temprana. Hoy, damos un paso más y vemos qué ocurre si los utilizamos también como apoyo al aprendizaje de la lectoescritura. Hablamos de leer y signar al mismo tiempo.
Combinar la lectura con los signos para bebés
Es frecuente encontrar en internet entradas que hablan de los beneficios de los signos en el aprendizaje de la lectura y la escritura. Pero, ¿de qué signos estamos hablando?
Vamos, en este punto, a diferenciar entre los signos que utilizamos en los sistemas de signos para bebés, los signos de la dactilología y los signos de apoyo a los fonemas. Los signos que se utilizan con los bebés están extraídos del vocabulario de la lengua de signos, es decir, son gestos que suelen hacer referencia al contenido léxico de la palabra, a su significado. Así, tenemos, por ejemplo, el signo para beber que se realiza con el puño cerrado excepto el pulgar que queda extendido y se aproxima a la boca como si fuéramos a beber.
Sin embargo, en la dactilología lo que se utiliza es un alfabeto que se realiza con la mano, es decir, es un sistema de representación de las letras de los alfabetos orales-escritos por medio de las manos. De esta manera, se establece una correspondencia entre el gesto de la mano y la letra (que a su vez se corresponde con un determinado fonema). Tendríamos, entonces, algo así como una triple entrada: una de tipo visual-kinestésico (gesto), otra de tipo visual (letra escrita) y otra oral (el fonema que le corresponde a la letra).
Algunos de los gestos que realizamos con la mano para cada letra se asemejan al dibujo de la letra escrita. Por ejemplo, la c se realiza formando un arco entre el pulgar y los demás dedos colocados en bloque. Pero añadimos a la ecuación algún sistema más: la palabra complementada o cued speech y los gestos de apoyo a los fonemas.
La palabra complementada es un sistema utilizado en población sorda que complementa a la lectura labial. Este sistema facilita la lectura labial a través de la visualización de los fonemas no visibles (por ejemplo, es difícil enseñar a un niño sordo cómo se articula la k porque la lengua no se ve). Este sistema es algo complejo, pero ha dado buenos resultados a la hora de enseñar a leer a niños sordos.
En la misma línea, tendríamos los sistemas de gestos de apoyo a los fonemas en los que se hace un gesto por cada sonido. A diferencia de la dactilología, estos gestos no hacen referencia al dibujo de la letra sino a dónde o cómo se articula el sonido. Por ejemplo, el gesto para el fonema n es colocar el índice en el ala nasal para hacer referencia a que es un sonido nasal.
Vamos ahora con algún dato sobre el aprendizaje de la lectoescritura para después poder encajar todas las piezas del puzle. Cuando aprendemos a leer, recibimos instrucción en las reglas de conversión grafema-fonema, es decir, nos enseñan qué letra se corresponde con cada sonido para después irlas uniendo y formar sílabas y palabras. Así, conseguimos unir la p con la a y la l con la a para poder leer pala. Posteriormente, la práctica nos lleva a leer las palabras de manera global de forma que vemos “pala” y no necesitamos fragmentarla para ser capaces de leerla y acceder al significado.
Con todos estos datos, parece fácil asociar los sistemas que hacen referencia a las letras/sonidos aislados con las letras al inicio de la lectura puesto que necesitamos ir haciendo esa conversión gesto/grafema (letra)/fonema(sonido) mientras que los gestos de la lengua de signos que están más vinculados con el significado se asociarían a esa forma de leer más global.
Y ahora volvemos a la pregunta inicial, ¿qué gestos utilizar?
La respuesta es: depende.
Combinar la lectura con los signos al mismo tiempo
Si hemos utilizado un sistema de signos para bebés, podemos utilizar esos gestos que hacen referencia al significado para contarles cuentos, ya sean leídos o a través de la narración oral puesto que, al ser bebés, el objetivo es más la comprensión del vocabulario o de la historia que aprender las letras.
Sin embargo, con niños más mayores con los que se quiere iniciar la lectoescritura, los sistemas dactilológicos o de gestos que apoyan los fonemas sí son una herramienta más para fomentar el aprendizaje de la lectura y la escritura puesto que favorecen este aprendizaje desde un punto de vista multisensorial: gestual, visual y auditivo.
Por tanto, si nos basamos en aquellos sistemas que dan resultados en la enseñanza de la lectura en niños sordos y los extrapolamos a los niños oyentes, los sistemas basados en gestos que apoyan la producción de fonemas y la dactilología serían los más indicados para apoyar el aprendizaje de la lectoescritura.
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