Y sin darnos cuenta, ¡vuelve a ser Navidad! Y volvemos a encontrarnos rodeados de catálogos de juguetes, anuncios en la tele, de familiares y amigos que nos preguntan qué queremos que le regalen a nuestro…
Artículo publicado el 4 Ene 2024 - Este artículo ha sido revisado y actualizado con fecha 26 enero, 2024
¿Cómo afecta al medio ambiente la fabricación de juguetes? Una investigadora del Centro Nacional de Empresas Familiares de la Universidad de la Ciudad de Dublín, advierte en un artículo que, paradójicamente, “los juguetes pueden contribuir al desarrollo de un niño y al mismo tiempo amenazar su salud y bienestar con la contaminación” que generan.
Juguetes y medioambiente: El 80% de todos los juguetes termina en vertederos, incineradoras o en el océano
Es normal que en Navidad las niñas y los niños escriban una larguísima lista de juguetes para Papá Noel y/o los Reyes Magos. No en vano, los juguetes son compañeros inseparables de la infancia y ayudan a los peques a aprender y a desarrollarse, a divertirse, a poner en marcha su imaginación y a socializar con los demás. Pero ¿cómo afecta al medio ambiente la fabricación de juguetes?
“Desafortunadamente, el 80% de todos los juguetes termina en vertederos, incineradoras o en el océano. La industria del juguete utiliza 40 toneladas de plástico por cada millón de dólares que genera en ingresos y tiene una huella de carbono excesiva“, advierte la psicóloga e investigadora Michelle Cowley.
Pero a pesar de ello, hasta la fecha no existe ningún método adoptado universalmente para publicitar y comparar los impactos ambientales cuantificables de los juguetes infantiles. Los materiales, el transporte y el uso de juguetes contribuyen al impacto medioambiental. Por ello, las investigaciones se centran en informar y concienciar a los consumidores cuando consideran la compra de juguetes.
No en vano, hay muchas acciones que como consumidores las familias pueden llevar a cabo para minimizar la huella medioambiental de los juguetes como comprar juguetes sostenibles, darles una vida útil más larga con la compra de segunda mano, la elección de juguetes duraderos o el reciclaje.
La primera infancia no es demasiado pronto para comenzar a educar a nuestros hijos e hijas en la importancia de cuidar el medioambiente.
“La investigación psicológica sugiere que la capacidad de desarrollo de un niño para comprender la crisis climática y sus consecuencias podría proporcionar un antídoto“, incide Cowley.
Además, de esta forma, estaríamos protegiéndoles también contra los efectos nocivos de la publicidad de juguetes infantiles.
“Al dar a los niños espacio para participar plenamente en decisiones que son potencialmente dañinas para el medio ambiente, los padres pueden contrarrestar la susceptibilidad del niño a la publicidad agresiva“, señala la especialista.
La industria de juguetes utiliza marketing emocional para llegar a los niños
“Los juguetes pueden contribuir al desarrollo de un niño y al mismo tiempo amenazar su salud y bienestar con la contaminación. Los anunciantes perpetúan esta paradoja y los niños son vulnerables a sus tácticas persuasivas.
Los anunciantes saben que los niños son una parte inevitable del ciclo de toma de decisiones del consumidor y los instan a molestar a sus padres para que se deshagan del dinero que tanto les costó ganar.
Crear un vínculo emocional con los juguetes en la mente de los niños es clave: los vínculos con la comida, la diversión, la ropa y la música crean una espiral de deseo asociado a la marca“, señala la especialista.
La autora señala como ejemplo la moda de las pulseras no reciclables. Esta moda infantil mundial se enfoca en conmover a los niños, que a menudo la utilizan para señalar solidaridad con una causa, ha provocado que millones de pulseras de plástico o silicona que no se descomponen de forma natural y llegan a los vertederos y al océano cada año, pongan en riesgo a los animales y a la vida marina.
Según Cowley, aparte del marketing emocional (que funciona tanto en menores como en adultos), los estudios han demostrado que “los niños muy pequeños a menudo no pueden saber si están viendo un programa de televisión o un anuncio” publicitario.
El poder de las marcas, la presión del grupo y el “poder de molestar”
Sólo entre los 9 y los 11 años los niños comienzan a tomar conciencia de las marcas y de la “moneda social” que presenta el poder de las marcas.
Según la psicóloga de la Universidad de la Ciudad de Dublín, si bien es posible que comprendan cada vez más la intención detrás de la marca, también se encuentran en una edad en la que son susceptibles a la presión de sus pares.
Como consecuencia, Cowley explica que los menores comienzan a utilizar lo que los psicólogos llaman su “poder de molestar“ (una batalla de voluntades entre los niños y sus padres). “Los niños son claramente vulnerables a estas tácticas y el resultado es un flujo creciente de plástico al medio ambiente“, incide la investigadora.
6 Recomendaciones para que nuestra compra de juguetes no perjudique al medioambiente
La Sociedad de Psicología de Irlanda respondió recientemente a las recomendaciones de las Naciones Unidas para mejorar las leyes sobre derechos del niño.
“Recientemente, la ONU dejó especificó que los anunciantes tienen la responsabilidad legal de garantizar que el marketing no engañe a los niños y ha otorgado un gran valor a la participación de los niños en estos asuntos, produciendo una versión adaptada a los niños (y un vídeo adjunto) de su posición sobre los derechos del niño y el medio ambiente“.
“Al liderar la presentación, el equipo y yo abordamos los problemas de salud mental causados a los niños por el daño ambiental“, señala Cowley.
“Elaine Rogers, Alexis Carey y yo publicamos un artículo de revisión basado en la investigación psicológica y la consulta global de la ONU con 16.000 niños.
Esta consulta encontró que los niños de diferentes edades no solo demuestran su comprensión de la amenaza que plantea el cambio climático, sino que también proponen soluciones fácilmente.
Cuando se les da la oportunidad, los niños y adolescentes expresan empatía y angustia ante la situación, pudiendo incluso estar predispuestos a la ansiedad. La ansiedad climática que experimentan los niños puede ser por ellos mismos y su propia familia, por las generaciones futuras o por el medio ambiente y otras especies”.
Estos hallazgos, según Cowley, sugieren que “la capacidad de los niños para comprender la crisis climática podría contrarrestar su susceptibilidad a la publicidad que la inflama“.
Basándose en su análisis de cómo la participación de los niños puede generar soluciones a los problemas ambientales, Cowley ha elaborado recomendaciones útiles para las familias en esta época navideña.
1. Concienciar sobre el medioambiente
Cuantificar el impacto del producto es una forma de dejar claro a los consumidores las consecuencias ambientales de nuestras compras.
Por ello, la experta aconseja hablar con nuestros/as hijos/as sobre cómo un juguete puede ser bueno o malo para el medio ambiente. Por ejemplo, algunas marcas conocidas han pasado a utilizar plástico elaborado a partir de etanol extraído de la caña de azúcar.
“También haga preguntas sobre el mérito educativo de la elección de un juguete y ayude a su hijo a sopesar los pros y los contras. Intente equilibrar estas compras con otras más comerciales”, señala Cowley. “Tal vez descubra cómo sus hijos podrían involucrarse en debates nacionales e internacionales sobre el cambio climático”.
2. Elegir juguetes respetuosos con el medio ambiente
El siguiente paso es elegir juguetes respetuosos con el medioambiente. Afortunadamente, cada vez hay más jugueterías con líneas de juguetes ecológicos para bebé o juguetes naturales para niños (de madera, caucho, tela, materiales reciclados o reciclables, etc.) en sus estanterías o tiendas online.
Pero ¿qué juguetes son amigables con el medio ambiente? Para averiguarlo, Cowley recomienda buscar etiquetas ecológicas y descubrir qué proveedores venden marcas de juguetes ecológicos (como Greentoys, Grimm’s, Grapat o Plantoys, entre otros muchos).
3. Bancos de juguetes
Busque puntos de recogida de juguetes usados. Si no existe ninguno cerca, los bancos de juguetes de segunda mano pueden comenzar con familiares, amigos y vecinos. “Anime a sus hijos a reunir una selección de juguetes usados para enviarlos a tiendas benéficas locales en el período previo a la Navidad”, anima la psicóloga.
4. Fomentar la longevidad de los juguetes
Cuando los juguetes tienen una historia personal, es más probable que los niños quieran jugar con ellos durante más tiempo, especialmente si se trata de juguetes de sus personajes favoritos.
Así, hay juguetes hacia los que los peques se sienten más unidos emocionalmente que a otros. “Por ejemplo, unas ‘vacaciones’ o una ‘estancia en el hospital’ con una muñeca y un osito de peluche podrían reavivar el interés de su hijo/a por ese juguete”, explica Cowley.
5. Espacios seguros para concienciar sobre el marketing y la publicidad
Crear espacios seguros para el debate sin conflictos en casa, en la escuela o en la comunidad puede ayudar a nuestros/as hijos/as “a pensar críticamente sobre cómo el marketing de productos o mercancías podría convertirlos en cómplices del daño al medio ambiente”, señala la investigadora.
“Recuerde que los niños son los guardianes del poder adquisitivo, con la capacidad de persuadir a los padres, cuidadores e incluso a Papá Noel para que les traigan los juguetes que elijan.
Capacitar a sus hijos para que tomen decisiones responsables sobre los juguetes que les gustaría tener o conservar ayudará a reducir el impacto negativo de la publicidad en su bienestar“.
6. Observar a nuestros hijos para elegir bien sus juguetes
Esta última recomendación os la ofrecemos desde Criar con Sentido Común. En este artículo ya hablábamos sobre la importancia de observar jugar a nuestros/as hijos/as para elegir bien sus regalos y conseguir que los juguetes no sean desechados a la primera de cambio.
Muchas veces escogemos los regalos que nos gustan a nosotros, no a ellos. Regalar a los peques otros tres juegos de mesa para conseguir que se aficione a algo que nos gusta a nosotros no va a conseguir que le gusten más los juegos de mesa que en las primeras dos ocasiones en las que se los regalamos y no prestó la menor atención a sus regalos.
La observación del juego de nuestros peques nos da pistas de sus necesidades, así como de las capacidades y preferencias personales de cada peque. La observación de nuestros hijos e hijas es la mayor consejera a la hora de elegir los regalos de Navidad para los niños. Por ejemplo: si detectamos dificultad con las matemáticas en nuestro hijo, podemos buscar un juego que le ayude a entenderlas de una forma más manipulativa, lúdica y visual. Asimismo, si nuestra hija se pasa las tardes dibujando, seguro que saca buen partido a un maletín de pintura. ¡Incluso en los más pequeñitos es posible detectar si disfrutan más encajando que golpeando o haciendo rodar!
Para maximizar la posibilidad de acierto en la elección de los juguetes y escoger los más adecuados para el desarrollo de los peques, según su etapa madurativa y sus necesidades específicas, en la Tribu CSC puedes consultar online a nuestro equipo de expertos/as en salud materno-infantil y crianza respetuosa.
Entre ellos/as se encuentran la terapeuta ocupacional pediátrica experta en desarrollo infantil Jessica Romero y la docente, logopeda y psicóloga infantil Elena Mesonero.
Podéis descargar gratis la app de Criar con Sentido Común tanto para plataformas Apple como para plataformas Android, y tenéis una semana gratis para probar todas las ventajas de la membresía a la Tribu, y consultar a nuestros/as especialistas.
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