Relacionan la exposición al humo de segunda mano con la miopía en los niños

La exposición al humo de segunda mano se asocia con una mayor refracción miope, una longitud axial más larga y mayores probabilidades de desarrollar miopía moderada y alta, según un estudio publicado en ‘JAMA Network Open’.

El especialista Youjuan Zhang, del Departamento de Oftalmología y Ciencias Visuales de la Universidad China de Hong Kong, y sus colegas, examinaron la asociación entre la exposición al humo de segunda mano y la miopía infantil utilizando datos transversales de un estudio poblacional en el que participaron 12.630 niños de 6 a 8 años.

¿Qué es el humo de segunda y tercera mano?

Existe evidencia científica de que los fumadores pasivos están tan en riesgo de contraer enfermedades y afecciones por causa del humo y los químicos que desprende el tabaco como quien fuma. Estos padecen los efectos del humo de segunda y de tercera mano.

¿Qué puede pasar por el humo de segunda mano? El humo de segunda mano es el humo que los fumadores exhalan o el que viene del extremo ardiente de un cigarrillo, cigarro o pipa. Incluso este humo contiene sustancias que irritan el revestimiento de los pulmones y otros tejidos (como los ojos y la garganta). Estas sustancias químicas provocan cambios que interfieren con las células que se están desarrollando en el organismo, y estos cambios en las células aumentan el riesgo de algunos tipos de cáncer y otras afecciones que pueden afectar a nuestra salud y a la salud de quienes nos rodean, incluidos los más pequeños de la casa.

 

 

En cambio, el humo de tercera mano es el “polvo de tabaco” o sustancia química que queda impregnado en el medio ambiente y permanece allí incluso, después de haber apagado el cigarrillo. El humo de tercera mano también es nocivo, contiene más de 250 productos químicos.

“Sabemos que los niños que están expuestos al humo de tercera mano están en riesgo, debido a que se exponen a los niveles más altos de cotinine (subproducto de la nicotina) en la orina y en la sangre. Estos nocivos productos químicos permanecen en la ropa, el pelo, alfombras, cortinas, juguetes, y en todas las superficies de su casa y automóvil. Los bebés y los niños pueden ser perjudicados, porque ellos respiran y comen las toxinas cuando gatean en el piso, en los asientos del coche, o en brazos de adultos donde las toxinas se han acumulado con el tiempo. Los animales de compañía también están en riesgo debido a que las toxinas quedan impregnadas en su piel o plumas”, manifiesta la American Thoracic Society.

Los especialistas sostienen (y varios estudios han demostrado) que una persona que respira humo de segunda mano está expuesta a las mismas sustancias nocivas (mismo alquitrán, nicotina, cianuro, formaldehído, arsénico, amoníaco, metano, monóxido de carbono y otros productos químicos) que causan cáncer, como la persona que está fumando el cigarrillo.

 

 

De hecho, “el humo que proviene del extremo quemado del cigarrillo contiene más toxinas que el humo inhalado por el fumador”.

“Han aumentado considerablemente los ingresos hospitalarios de niños que están expuestos al humo de segunda mano por enfermedades como el asma, infecciones respiratorias graves, problemas de oído, y corren un mayor riego del síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL) que los niños que no están expuestos. Cuando los bebés, los niños, y los adultos no fumadores inhalan, ingieren o tocan sustancias impregnadas de humo de tercera mano, estas personas aumentan el riesgo de contraer enfermedades relacionadas con el tabaco”, según alerta a la American Thoracic Society.

Ahora, el reciente estudio relaciona también el humo del tabaco con un mayor riesgo de problemas visuales en los niños.

Niños expuestos al humo de segunda mano: Mayor riesgo de miopía infantil

Los investigadores encontraron que el 32,4% de los niños tenían exposición a este humo. La exposición al humo de segunda mano se asoció con una mayor refracción miope y una longitud axial más larga (después de ajustar por edad, sexo, miopía de los padres, índice de masa corporal, tiempo cerca del trabajo, tiempo al aire libre e ingresos familiares). Asimismo, también aumentó la probabilidad de desarrollar una miopía moderada y alta aumentó en los niños expuestos.

En los niños más pequeños se magnificó la asociación de la exposición a este humo con la equivalencia esférica y la longitud axial: su exposición se asoció con una disminución mayor en la equivalencia esférica y un aumento mayor en la longitud axial por cada año menor de exposición de un niño al humo de segunda mano.

 

 

La exposición al humo de segunda mano también se asoció con una edad media más temprana de aparición de la miopía (72,8 frente a 74,6 meses). Cada aumento de 10 cigarrillos por día en la exposición al humo de segunda mano se asoció con una mayor refracción miópica, longitud axial y probabilidades de desarrollar miopía moderada y alta, así como un inicio más temprano de la miopía.

Por todo ello, “es importante eliminar la exposición al humo de segunda mano para el cuidado de los ojos entre los niños, particularmente en familias con niños pequeños “, escriben los autores.

¿Cómo puedo proteger a mis hijos del humo de segunda y de tercera mano?

Si fumas, sería considerable considerar dejarlo por tu propia salud y la de quienes te rodean, hijos incluidos. Para ello, puedes recibir asesoramiento y tratamiento médico. En cualquier caso, para proteger a los menores del humo de segunda y de tercera mano:

• Evita que se fume en interiores con niños. Abrir las ventanas mientras se fuma en un interior no es suficiente protección contra el humo de segunda mano y de tercera mano. Si alguien va a fumar en un interior con niños, es necesario que salga afuera y cierre puertas y ventanas.
• Evita que se fume cerca de los niños en exteriores. Si se trata de un exterior, debe hacerlo lejos de donde los niños juegan, así evitarás que les afecte el humo que se esparce en el ambiente.
• Escoja áreas infantiles y familiares libres de humo de tabaco (incluso aunque se trate de terrazas al aire libre). Visite lugares donde sea prohibido fumar.
• No permita que se fume en su casa ni en el coche, aunque los niños no estén presentes (las sustancias químicas convertidas en “polvo” que constituyen el humo de tercera mano también son nocivas y los niños entran en contacto con ellas al tocar los objetos y superficies de la casa).

 

 

Si quieres más información sobre cómo perjudica el humo de segunda e incluso de tercera mano a los bebés y niños, o necesitas asesoramiento profesional sobre cualquier cuestión relacionada con la salud de tu familia, en la Tribu CSC puedes consultar online a nuestro equipo de expertos/as en salud materno-infantil y crianza respetuosa. Entre ellos/as se encuentra la pediatra Gloria Colli.