Esguinces de tobillo en niños

El esguince de tobillo es la patología más común de las que afectan a las piernas de los niños. Se produce cuando la articulación del tobillo gira demasiado en una dirección concreta. Eso hace que los ligamentos se estiren demasiado, se desgarren y se rompan. Hoy os explicamos cómo actuar frente a los esguinces de tobillo en niños.

El esguince: ¿Qué es y por qué se produce?

Los ligamentos son tejidos fuertes y fibrosos que conectan los huesos con otros huesos. Tenemos ligamentos en todo el cuerpo. Mucho de ellos se concentran en el tobillo. Ayudan a mantener los huesos en la posición correcta y estabilizan la articulación. La estabilidad de las articulaciones es muy importante. Gracias a ella podemos estar de pie, caminar y correr.

El esguince es una lesión muy común entre las personas que practican deporte. Se puede producir en el tobillo, la rodilla, la muñeca… En el caso de la infancia, el esguince de tobillo en niños se puede producir por cualquier movimiento poco coordinado o mientras nuestros hijos corren, saltan o simplemente se mueven.

 

 

Según la Academia Estadounidense de Cirujanos Ortopédicos, las causas del esguince (en general) son varias:

• Caminar o hacer ejercicio en una superficie irregular.
• Caerse.
• Tropezar.
• Participar en deportes que requieren acciones de corte o salto (fútbol, tenis, baloncesto, etc.).

Grados de esguince de tobillo en niños

La Asociación Española de Pediatría recoge que existen distintos grados de esguince de tobillo en niños:

• Grado I: Se produce cuando los ligamentos del tobillo de un niño sufren una distensión o un estiramiento conservando su estructura.
• Grado II: Cuando hay desgarros parciales en los ligamentos.
• Grado III: Desgarros completos o rotura.

 

 

Los esguinces de tobillo suelen producirse en niños mayores y adolescentes. Los más pequeños tienen los ligamentos más fuertes que las líneas de crecimiento de los huesos que es la zona que favorece las fracturas, conocidas como epifisiolisis. Por su parte, durante la pubertad aumenta la elasticidad y hay un incremento de actividades de riesgo y deportivas. De ahí esa mayor incidencia. Según los pediatras, el factor de riesgo que más favorece un esguince de tobillo en niños es haber tenido uno previamente.

¿Cómo saber si un niño tiene un esguince de tobillo?

El dolor es la principal señal que puede hacernos sospechar de la existencia de un esguince de tobillo. A él se suma inestabilidad en la articulación. El niño o la niña también tendrá dificultades para soportar su peso con el tobillo lesionado.

“En general, cuando un niño o una niña tiene un esguince de tobillo suele quejarse de manera instantánea cuando pisa mal, se tuerce el tobillo y cae”, indica Marta Saeta, la fisioterapeuta de la Tribu CSC.

En ocasiones puede aparecer una inflamación con forma de huevo que no indica que el esguince de tobillo es más grave. También puede aparecer un hematoma. De hecho, si este es inmediato y es grande o llamativo, es necesario consultar con el pediatra porque puede ser señal de que la lesión es más grave (grado II o III).

 

 

Por lo general, el menor puede mover el tobillo, aunque puede tener dificultades en hacerlo hacia ciertas direcciones por la inflamación y el dolor.

Cómo actuar frente a un esguince de tobillo en niños

Marta Saeta subraya que frente a un esguince de tobillo en un niños hemos de entender que se producirá “un proceso inflamatorio” para que se recuperen los tejidos.

¿Hay que aplicar hielo? Pues, aunque es lo más habitual, Marta Saeta explica que “los últimos estudios demuestran que el hielo bloquea la respuesta regenerativa y entorpece la recuperación”. Así que, según nuestra experta, solo hay que aplicar hielo si la inflamación es “muy exagerada”.

 

 

Sobre la inmovilización del pie o no, lo primero se suele indicar en los esguinces de Grado II y III (durante unas tres semanas, según la Asociación Española de Pediatría). Si está “muy inflamado”, añade Marta Saeta, “puede venir bien colocar el pie un rato a la altura de la rodilla cuando se está tumbado o sentado. Pero no es necesario reposo absoluto, a no ser que sea un esguince grave, que en ese caso le dolerá y no lo podrá apoyar”.

Tampoco hay que vendarlo, a no ser que “el dolor impida al niño/a apoyar el pie en el suelo o si le hace caminar de manera diferente a lo habitual”.

Así que, para esguinces de tobillo en niños que sean leves, solo es necesario un reposo relativo y disminuir la actividad física. De hecho, “es bueno para la regeneración” que haya “cierto movimiento y tensión” para que el ligamento se recupere “de manera adecuada”.

La duración de la lesión dependerá de la gravedad, pero, en líneas generales -explica nuestra experta-, suele durar entre dos y cuatro semanas.

¿Se puede prevenir?

“Para prevenir los esguinces de tobillo en niños es importante tener una musculatura fuerte y buena propiocepción. Esto se consigue caminando descalzo y haciendo ejercicios que estimulen el equilibrio y la fuerza de la articulación y del cuerpo en general”, aconseja la fisioterapeuta de Criar Con Sentido Común, Marta Saeta.

Además, es recomendable que antes de hacer ejercicio los menores calienten los músculos y estiren los ligamentos. Por otro lado, es necesario extremar las precauciones si caminan o realizan alguna actividad en terreno desigual. Y, por último, se recomienda el uso de calzado adecuado para cada actividad.

 

 

El esguince de tobillo es frecuente y, aunque depende de la gravedad, el pie suele recuperarse bien. Pero si hay un desgarro completo de los ligamentos, el tobillo puede volverse frágil y con el tiempo esa inestabilidad puede afectar a los huesos y cartílagos.

“Una rotura completa es infrecuente, pero puede ser necesaria una intervención quirúrgica, tanto en niños como en adultos. Pero si el esguince es leve, con tratamiento de fisioterapia y ejercicios los niños se suelen recuperar sin ninguna secuela”, finaliza la fisioterapeuta Marta Saeta.