Día Mundial de la Suegra: ¿Por qué tienen tan mala fama?

Artículo publicado el 26 Oct 2021 - Este artículo ha sido revisado y actualizado con fecha 26 octubre, 2022

Hoy, día 26 de octubre, se celebra el Día Mundial de la Suegra. Las suegras suelen tener muy mala prensa, como las madrastras, se presentan como las brujas del cuento. Como tantas otras figuras femeninas asociadas a lo maligno, desde la pecadora Eva que mordió la manzana hasta las sirenas que con sus cantos hacían naufragar a los marineros.

Día Mundial de la Suegra: Predisposiciones, estereotipos y rivalidad

Especialmente mala fama suele tener la suegra de la nuera. Es frecuente que se establezca una rivalidad insana entre ambas figuras. Yo tengo una teoría, sin ninguna base científica, que veo que en mi entorno suele cumplirse y que, para mí, tiene mucho sentido.

La relación de nuestra madre con nuestra abuela paterna, es decir, con su suegra, condiciona de alguna manera nuestra relación con nuestra propia suegra. Del mismo modo que la forma en que nuestros padres nos trataron marca la forma en que nos relacionamos con nuestros hijos. Igual que interiorizamos que así es como se trata a los niños y a las niñas en base a como nos trataron, aunque después podamos trabajar para cambiar ese aprendizaje. 

 

 

Si tu madre tiene una mala relación con su suegra, si habla mal de ella en tu presencia, si la percibe como una amenaza o un incordio… de alguna manera, en tu subconsciente queda que las suegras son malas y eso te predispone a tener una mala relación con la tuya. Sin embargo, si tu madre tiene una buena relación con tu abuela paterna, si entre las dos hay cariño y respeto, tu concepto de suegra no se verá “contaminado”, podrás conocer a tu suegra sin expectativas negativas que te predispongan a llevarte mal con ella. 

Con independencia de esto, por supuesto, habrá suegras maravillosas y horribles, como pasa con cualquier otro tipo de parentesco. Que tu madre se llevara bien con su suegra no va a impedir automáticamente que tú tengas discrepancias con la tuya. Cada persona es un mundo, las suegras y las nueras o yernos, también. Y, por lo tanto, las diferencias pueden dar lugar a conflictos, como en cualquier otra relación.

En mi caso, como en muchos otros de mi entorno, la teoría se cumple. Mi abuela paterna murió cuando yo tenía solo cuatro años, por lo que prácticamente no tengo recuerdos de ella; menos aún, de su relación con mi madre. Sin embargo, fue mi madre la que se encargó de mantener vivo su recuerdo en mí. Es cierto que, cuando las personas ya no están, se suele hablar bien de ellas; y que, en este caso, de mi abuela todo el mundo me cuenta cosas preciosas, no solo mi madre. Pero la forma en que ella hablaba de su suegra, con tanto amor, me marcó. 

 

 

En mi mente las suegras no eran las brujas del cuento, eran mujeres maravillosas a las que había que honrar y a las que había que dar su sitio como abuelas de nuestras hijas e hijos. Así que solo puedo dar gracias a mi madre por el doble regalo que me hizo. Regalarme una infancia en la que mi abuela estuvo muy presente a pesar de la ausencia física y brindarme la oportunidad de conocer a mi suegra con expectativas positivas sobre nuestra relación. Después, y no menos importante, se da la circunstancia de que mi suegra es una mujer encantadora que solo ha tenido gestos y detalles bonitos conmigo y con mis hijos, que son sus nietos. Y las dos hemos sabido cultivar una relación de cariño y respeto a lo largo de los años. 

Aviso a navegantes. No se lea esta teoría como una manera de responsabilizar a nuestras madres de los posibles conflictos con nuestras suegras. Bastante culpabilidad pesa ya sobre las espaldas de las mujeres, en general, y de las madres, en particular. Muchos de los conflictos que suelen surgir entre suegras y nueras tienen que ver con el salto generacional. Las abuelas suelen querer dar consejos, ayudar… Esto ha sido así siempre, sin embargo, hoy en día, muchas familias eligen criar de manera diferente a como lo hicieron en nuestra infancia y, a menudo, surgen conflictos por no saber gestionar esas diferencias por ambas partes. 

Es cierto que, tal y como vemos habitualmente en la Tribu CSC, en ocasiones, las diferencias serán insalvables y que a las suegras, como a los suegros, a las madres y a los padres o a cualquier otra persona, habrá que ponerles límites si se sobrepasan y dificultan nuestras vidas.

 

Día Mundial de la Suegra: Armonía familiar y conflictos

Aún así, si de entrada y de manera generalizada piensas que las suegras son un incordio, piensa que:

1. Tu suegra crio y educó, junto con su pareja si la había, a la persona que has escogido para compartir tu vida. Si las relaciones familiares no son disfuncionales es probable que tu pareja quiera mucho a su madre y sea una persona muy importante para él o ella, así que, solo por eso, merece la pena intentar llegar a puntos de encuentro y tener una buena relación. 
2. Si tienes hijos/as, tu suegra es su abuela. Eso no le da derecho a entrometerse en vuestras decisiones sobre la crianza ni a cuestionar vuestra labor como madre o padre; pero si tenéis o habéis tenido diferencias personales, eso tampoco debería interferir en la relación entre abuela y nietas/os. Crear momentos de disfrute en familia es uno de los mejores regalos que podemos hacer a nuestros/as hijos/as y las abuelas, como los abuelos, suelen formar parte de los mejores recuerdos de la infancia.
3. Si tienes hijos/as y eres mujer, algún día puede que tú también te conviertas en suegra, así que contribuir a erradicar la creencia de que las suegras son el demonio también puede repercutir, a largo plazo, en tu vida, de manera positiva. 

 

 

En algunos países, hoy, 26 de octubre, se celebra el Día Mundial de la Suegra con regalos de manera parecida a otras celebraciones como el Día de la Madre.

Así que ya sabes, si tienes una buena relación con tu suegra, puedes aprovechar el Día Mundial de la Suegra para agradecerle su papel en vuestras vidas y, si las relaciones no son muy fluidas, puede ser un buen día para intentar tender puentes que os ayuden a encontrar el equilibrio que os permita mantener una relación que sea, al menos, cordial y respetuosa, por el bien de la armonía familiar. 

 

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