Cuando tenemos que volver al trabajo y decidimos llevar a nuestro/a peque a la escuela infantil, lo hacemos porque consideramos que es nuestra mejor opción, y la que mejor se adapta a nuestras necesidades y…
Este post se publicó originalmente el 09/02/2022 y ha sido actualizado en fecha 04/10/2024
Después de cada periodo estival, toca volver al cole. Da igual si son vacaciones de verano o dos semanas en Navidad, la realidad es que, para muchos peques, cada vuelta a la escuela puede traer de nuevo los llantos y la necesidad de volver a adaptarse. Pero, ¿cuánto tiempo tardan en adaptarse a la escuela infantil?
Es complicado establecer un tiempo de adaptación. De hecho, es mejor no dar plazos ni fechas concretas para no añadir una preocupación extra, ya sea porque sus peques tardan mucho o poco. Al fin y al cabo, cada uno tiene su ritmo y depende de muchos factores. Por ello, establecer un tiempo concreto solo añade una presión extra e innecesaria sobre los progenitores.
¿Qué es y qué supone el periodo de adaptación del niño a la escuela infantil?
El periodo de adaptación es el tiempo en el que algunas escuelas flexibilizan horarios y rutinas para favorecer que los niños y niñas se habitúen a ella. Lo más habitual es que durante este periodo se suavicen los horarios, reduciendo el tiempo de permanencia en la escuela. ¿El problema? Que es durante un tiempo limitado, llegando a completar la jornada escolar en apenas unos días en muchos casos.
Ir a la escuela infantil conlleva toda una serie de cambios para un niño, que van más allá del hecho en sí mismo de “cumplir” con unas obligaciones escolares. Supone separarse de su figura de apego, ya sea su madre, su padre, sus abuelos o su cuidador habitual. Ya sea con pocos meses o con dos o tres años, es un cambio que no siempre se acompaña de forma respetuosa.
Dejar a un niño en un entorno desconocido a cargo de una persona que no ha visto nunca antes y sin saber cuándo van a recogerlo (ellos ni siquiera saben que volveremos más tarde), puede suponer que se pase llorando las “pocas horas” del periodo de adaptación de los primeros días de escuela, además pedir a sus padres que no lo lleven más.
Por ello, lo ideal, tal y como explica Silvia Guijarro, es que el menor pudiera entrar acompañado por una persona conocida para, juntos, conocer el espacio y a su educador para poder establecer el vínculo, tan necesario en este primer momento. Solo de esta forma, el menor se sentirá seguro. De lo contrario, más que periodos de adaptación, estaríamos hablando de “periodos de resignación”, en el que los más pequeños se resignan a la nueva situación hasta que acaban acostumbrándose a ella.
¿Cuánto tiempo tardan los niños y niñas en adaptarse a la escuela infantil?
Es prácticamente imposible generalizar ya que hay tantas respuestas como niños y cada uno necesitará un tiempo y unas medidas concretas. Habrá peques que entren felices el primer día casi sin mirar atrás, otros que empiezan bien y, al contrario de lo que pueda pensarse, vayan cada día a peor. Habrá quien juegue con el resto de los niños como si los conociera de siempre y quienes prefieran quedarse en un rincón alejado de todos. Pero, lo más habitual, es que los peques lo pasen mal desde el primer día.
Lógicamente, depende de muchos factores como el carácter de cada niño o su capacidad para adaptarse a una nueva situación. Por supuesto la edad juega un papel fundamental. Así, alrededor de los ocho meses, los bebés sufren la angustia por separación cuando toman consciencia de que son seres independientes de su madre (su padre, su abuelo…). Por ello, siempre, pero especialmente en este momento, el bebé necesita tener cerca a su figura principal de apego para sentirse seguro.
Iniciar la escuela infantil a esta edad puede ser algo más complicado sin un buen periodo de adaptación. El enfermero de pediatría, divulgador de crianza respetuosa y CEO de Criar con Sentido Común, Armando Bastida, sostiene que “un periodo de adaptación bien hecho con un peque de menos de dos años puede extenderse incluso hasta los tres meses”.
Así, el periodo de adaptación es completamente necesario, pero ajustado a las necesidades de cada niño, sin limitarse únicamente al tiempo de permanencia en la escuela. Solo así los pequeños querrán ir al colegio día tras día, donde van a aprender y a jugar; entenderán que es un lugar seguro y su profesor o profesora es una persona de confianza con la que establecerán un vínculo sano y que los recogeremos cada día cuando acabe la jornada escolar.
Como en otras muchas cosas, los periodos de adaptación de las escuelas infantiles dependen de la voluntad de cada escuela, además de las necesidades y recursos de cada familia. Porque no hay que olvidar que en España no es fácil conciliar y, si ambos progenitores trabajan, puede resultar complicado adaptar el horario laboral a la flexibilidad que requiere este proceso.
¿Cómo lograr que un niño se adapte a la escuela infantil?
Adaptarse a la escuela infantil no solo es cosa de los más peques y, de hecho, cuando son un poco más grandes, también les puede costar entrar al segundo ciclo de infantil. Por ello, hay algunas pautas a tener en cuenta para conseguir la adaptación del peque a la escuela infantil:
- Anticipar las relaciones y el entorno. Podemos ir al cole para que conozcan el camino y además se familiaricen con el espacio. Si además pueden quedar con algún compañero de clase, le aportará más seguridad para los primeros días.
- Jugar a ir al colegio. Los peques entienden mucho mejor las cosas a través del juego y el juego simbólico es clave en los primeros años. Así, podemos jugar a ir al cole con muñecos y ver cómo estos se quedan allí, juegan con otros muñecos, desayunan y después vamos a recogerlos.
- Cuentos. Los cuentos son un gran recurso para explicarles nuevas situaciones a los más pequeños. Podemos leer cuentos para prepararlos para el comienzo del cole.
- Flexibilidad. Es importante ser flexibles en el proceso, sobre todo, si se trata de escuchar sus propios ritmos.
- Objeto de apego. Hay muchas formas de “mantenernos conectados” a pesar de estar separados. Podemos ofrecerles que lleven consigo su objeto de apego (si lo tienen), su juguete favorito o algo que les haga sentirse conectados a nosotros como un corazón pintado en las manos (suyas y nuestras) para que lo toquen si nos echan de menos.
- Acompañar y validar emociones. El proceso de adaptación puede resultar, en ocasiones, complejo. Por ello, debemos acompañar a nuestros peques en sus emociones si se sienten más tristes o nerviosos de lo habitual.
Y sobre todo y lo más importante: no agobiarnos. La adaptación de los peques a la escuela no es un proceso fácil para ellos. De hecho, puede que se intensifiquen las rabietas y que los pequeños se muestren más dependientes e irascibles, además de aparecer retrocesos madurativos (volver a necesitar pañales si ya no los llevaba, querer volver a dormir con mamá y/o papá cuando ya no lo hacía, etc.).
Habrá quien apenas necesite un par de días, otros una semana y en algunas ocasiones se necesitarán meses. Por ello, los periodos de adaptación deben ser personalizados y flexibles, adaptados a las necesidades de cada peque.
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Buenas,
Las autoridades no quieren estan preparadas para esto, el ritmo de vida que nos obligan a tener hace que los periododos de adaptacion sean periodods de resignacion, no siempre es posible acompañar al niño, con el «Es normal que llore» se defienden, se puede ser respetuoso para acompañar a nuestros hijos para adaptarse lo mejor posible, pero debido a la pandemia de COVID-19 las pocas escuelas que permitian a los padres estar con sus hijos no permiten ni quedarse 5 minutos para que el padre pueda enseñar al niño lo bien que se lo va a pasar.
Repito, el ritmo de vida que nos impone la sociedad no nos permite ser respetuosos en el periodo de adaptacion.