Desde 1997 se celebra en Europa el Día Internacional de ir andando al colegio y, aprovechando la efeméride, en este post vamos a desgranar cuáles son las ventajas que tiene caminar (o usar la bicicleta,…
¿Cuándo puede ir un niño solo al cole? El curso pasado mi hijo mayor cumplió 12 años. Un día a la semana tenía una extraescolar de 13:00 a 14:00 mientras sus hermanos salían a las 13:00 h. Solo había dos opciones: recoger a sus hermanos y volver con ellos una hora después a recoger al mayor o dejar que este fuera solo a casa y así sus hermanos pequeños podían ir comiendo para volver al cole por la tarde. Así fue cómo empezó a volver solo del colegio a casa. Pero ¿qué factores influyeron en la decisión? Vamos a repasarlos.
¿Cuándo puede ir un niño solo al cole?
¿A qué edad pueden ir los niños solos por la calle? Es preciso valorar esto al preguntarnos a partir de que edad los niños pueden ir solos al cole. En primer lugar, hay que tener en cuenta la edad del niño.
Habitualmente, se estima que la edad óptima para que empiecen a ir solos al colegio son los 12 años, edad a la que los niños comienzan la educación secundaria. Probablemente, un niño sería capaz de volver solo del colegio a casa a partir de los 6 o 7 años. Si haces la prueba de ir preguntando a un peque de esta edad por dónde hay que ir, en qué calle hay que girar o qué semáforo hay que pasar, te lo dirá sin problemas. Sin embargo, para ir al colegio solo se necesita algo más que saber llegar. Por eso hay que esperar unos años para que el niño sea capaz de resolver los imprevistos que puedan surgir con solvencia.
Junto con la edad, debemos tener en cuenta la madurez del niño o la niña ya que, si nuestra hija o hijo es muy maduro, quizá pueda empezar a ir solo antes de los 12 años. Nadie como nosotros conoce a nuestros hijos para saber si están preparados. Si, por ejemplo, es impulsivo o despistado, quizá haya que esperar un poco más o acompañarle más detenidamente en el proceso. También puede que haya menores que aunque tengan 12 años no tengan sentido de la responsabilidad y sea mejor esperar un poco más.
Otra de las variables importantes es el entorno. Evidentemente, no es igual vivir en un pueblo pequeño que en una gran ciudad. De la misma manera, vivir cerca del colegio facilita la decisión de dejarles ir solos.
¿Cómo podemos ayudarles?
En primer lugar, aceptando que nuestros hijos e hijas crecen y es bueno para ellos que soltemos un poco de cuerda y empiecen a desenvolverse de manera autónoma.
Así que, aunque es normal que como progenitores vivamos esas primeras salidas independientes con nerviosismo e intranquilidad, es importante transmitirles seguridad y confianza. Si ellos perciben que confiamos en su capacidad para hacer las cosas solos, será más fácil que no vivan esa transición con miedo o recelo.
La mayoría de niños y niñas viven los primeros caminos al colegio solos como un gran hito que les introduce en el mundo de los adultos. Pero, no debemos olvidar que siguen siendo niños y es importante que les dotemos de herramientas y estrategias para que no haya problemas.
En primer lugar, lógicamente, hay que ensayar el recorrido. Es posible que lo hayan hecho mil veces con nosotros, pero eso no quiere decir que sean plenamente conscientes. Para ello, podemos hacer el recorrido verbalizando las calles por las que pasamos, fijándonos en los edificios más significativos y observando las partes potencialmente más peligrosas como los cruces sin semáforo o las calles con mucho tráfico.
Después podemos ir probando a dejarles hacer solos una parte del recorrido como, por ejemplo, despedirnos un par de calles antes de llegar o recogerles en una esquina cercana.
En algunas ocasiones, estos primeros pasos autónomos coinciden con su primer móvil. Es cierto que no me pareció buena idea que mi hijo tuviera un móvil a los 12 años, pero, a decir verdad, ahora me proporciona un extra de tranquilidad saber que lo lleva cuando va solo por si hay alguna emergencia.
Aunque es importante que lo vivan con naturalidad y calma, no menos importante es que podamos avisarles de los posibles peligros y darles estrategias.
Deben tener claro no hablar con desconocidos, ni subir a ningún coche que no hayamos autorizado. Habitualmente, a los 12 años, los niños y niñas suelen saber quiénes son sus personas de confianza, pero no debemos olvidar que, en la mayoría de los casos en los que una persona adulta se intenta llevar a un menor, no lo suelen hacer de forma brusca o violenta sino a través de engaños con los que se ganan su confianza. Así que, en este caso, mejor pecar de prudentes y enseñarles a no confiar en desconocidos y a pedir ayuda o gritar en caso de necesidad.
Muchas veces les decimos que si se pierden pregunten a un policía, pero lo cierto es que no hay policía en todas las calles así que van a necesitar un plan B. En mi caso, siempre les digo que pregunten a alguna familia con hijos o en alguna tienda. Si llevan móvil, pueden llamarnos y, describiendo lo que ven, podremos guiarles.
Una idea muy práctica es que se junten varios compañeros para ir juntos. Eso les aporta seguridad, aunque tiene algunas desventajas como que pueden entretenerse por el camino, cruzar en rojo, correr o ir jugando por la calle más fácilmente que cuando van solos.
Programa Caminos Escolares Seguros
Si me permitís una reflexión personal, a mí me gusta pensar que convertir las ciudades y pueblos en espacios seguros y amables para los niños y niñas es trabajo de todos y, por tanto, cada sector de la sociedad debe aportar su granito de arena. En este sentido hay algunas iniciativas de carácter público-privado como los Caminos Escolares Seguros que se han implementado en algunas ciudades que me parecen muy interesantes.
Se trata de que las escuelas, la policía, las familias y los barrios enteros colaboren en que el alumnado pueda ir al colegio de forma autónoma. Consiste en crear itinerarios adecuados, señalizarlos e involucrar a todos aquellos agentes que estén en el camino como policía, profesores, otras familias que aún lleven a sus hijos hasta el colegio o dueños de comercios del barrio que puedan estar atentos por si algún niño o niña necesita ayuda.
En resumen, que nuestros hijos puedan ir solos por la calle, bien sea para ir al colegio, hacer algún recado o salir con los amigos es una señal inequívoca de que están creciendo. Y, eso, aunque suponga tener que despedirnos de nuestros bebés, es una buena noticia.
Si tienes una duda más concreta, quieres más información o necesitas asesoramiento profesional, estaré encantada de atenderte en la Tribu CSC, donde además puedes consultar al resto de miembros de nuestro equipo de expertos en salud materno-infantil, educación positiva y crianza respetuosa.
Hola Elena, gracias por el post me ha parecido interesante. Sin embargo, me parece que tiene un sesgo cultural importante. Vivo en el sur de Alemania y aquí van todos los niños solos al colegio a partir de los 6 años. Desde las escuelas se fomenta explícitamente que así sea (y se fomentan también los caminos seguros)..
Un saludo
Ana