Bañarse tras una cesárea: ¿Es posible?

¿Es posible bañarse tras una cesárea? Es una de las dudas más habituales cuando llega el calor y las altas temperaturas y hemos tenido a nuestro bebé por cesárea. Y en caso de no poder hacer baños de inmersión en el puerperio inmediato, ¿cuándo podré hacerlo?

Dar a luz en verano tiene ventajas e inconvenientes. Y puede que entre estos últimos destaque el hecho de no poder bañarse en la playa o la piscina durante el puerperio. Pero nada más lejos de la realidad ya que, a pesar de que en España matronas y ginecólogos suelen recomendar no bañarse durante la cuarentena de forma generalizada, es una medida de precaución sin estudios científicos que lo avalen. 

Pero concretamente, ¿qué pasa en caso de que el parto haya sido por cesárea?

¿Cuándo me puedo bañar después de una cesárea?

Según explica la matrona de la Tribu CSC, Sara Caamaño, el mayor riesgo de realizar baños de inmersión tras una cesárea es una infección de la cicatriz o que la herida se ponga muy blanda. Por este motivo, se suelen desaconsejar, pero no significa que sean malos o que no sea posible bañarse tras una cesárea. De hecho, “es posible darse un baño normal de inmersión en la bañera de casa después de una cesárea” asegura la matrona de CSC. 

 

 

En el caso de la playa y las piscinas comunitarias, sí sería necesario esperar hasta que la herida externa haya cicatrizado, lo que suele tardar unos 10-15 días. En este último caso, “habría que esperar a que quiten las grapas o los puntos y la herida esté bien epitelizada y cerrada“, explica Caamaño. De hecho, la primera revisión con la matrona tras dar a luz suele producirse en torno a los 10 días y será ella o una enfermera quien valore la evolución de la herida y quite los puntos en caso de ser necesario. 

Eso sí, hay que tener en cuenta que aunque no hay nada que desaconseje bañarse tras una cesárea, el agua del mar “actuará” sobre la cicatriz, lo que puede provocar escozor. Además, es importante evitar la humedad en la zona, por lo que deberás cambiarte de bañador y secar bien la zona. También hay que prestar atención a la arena, para que no entre en contacto con la herida. 

¿A qué deberíamos estar atentas especialmente si decimos bañarnos días después de una cesárea? Como hemos dicho, el mayor riesgo es que se infecte la herida, por tanto, si la cicatriz se pone roja, supura o se abre algún punto, deberíamos acudir al médico para que la revisen. 

 

 

Ducharse tras una cesárea

¿Y es posible ducharse tras una cesárea? No solo es posible, sino que es necesario. De hecho, es probable que sea una de las cosas que más desees hacer después de dar a luz, además de estar con tu bebé. Ya sea parto vaginal o cesárea, podrás ducharte en cuanto pase el efecto de la epidural y puedas mantenerte de pie.

Si te preguntas cómo ducharse tras una cesárea, es recomendable que lo hagas con agua templada en lugar de agua caliente para evitar riesgos de desvanecimientos si tienes la tensión baja. Por ello, es importante también que estés acompañada por si te mareas para evitar caídas.  

No te preocupes si se moja la herida ya que, de hecho, debes mantener limpia la zona y lavar los puntos con delicadeza con agua y jabón. Al acabar, recuerda secar muy bien con pequeños toquecitos con gasas estériles, en lugar de arrastrarlas sobre la piel. 

Por tanto, a pesar de las recomendaciones sanitarias habituales, sería posible bañarse tras dar a luz ya que no hay estudios que justifiquen la prohibición de los baños de inmersión en el puerperio. Y también sería posible bañarse tras una cesárea siguiendo una serie de recomendaciones mínimas.     

 

 

También en caso de parto vaginal

La creencia de que es mejor no bañarse durante la cuarentena se debe a que durante el puerperio el útero evoluciona para volver a su tamaño, a la vez que el cuello uterino se cierra y los órganos vuelven poco a poco a su lugar, un proceso que tarda unos 40 días aproximadamente. Así, durante semanas el útero permanece “abierto” y la recomendación parte de la posibilidad de que pueda entrar agua y bacterias que puedan causar infecciones. 

Sin embargo, la posibilidad de que esto ocurra es remota. De hecho, tal y como explicamos en el post “¿Cuándo me puedo bañar en la piscina después de dar a luz?”, tras el parto el útero permanece contraído y la presión dirige los loquios hacia fuera, siendo realmente difícil que llegue agua al útero.

Por tanto, en caso de un parto vaginal, si el sangrado es normal y el útero está contraído, podríamos bañarnos en la bañera de casa, la piscina o la playa siguiendo ciertas precauciones. Así lo recomiendan diferentes organismos como la Royal College of Obstetricians and Gynaecologists o la Guía NICE, que, además, recomienda los baños de inmersión en el postparto inmediato para la retención urinaria, como método relajante, analgésico y óptimo para tratar la inflamación del periné y las hemorroides que pueden aparecer después del parto.

 

 

Por su parte, la Stanford Health Care recomienda especialmente los baños de inmersión en caso de episiotomía o desgarro: 

“Tomar baños de asiento o un baño caliente entre dos y tres veces al día aliviará las molestias de la micción y promoverá la cicatrización de los puntos“. 

Por tanto, no solo nos podemos bañar tras dar a luz en verano para hacer frente a las altas temperaturas, sino que además es aconsejable para aliviar determinadas molestias del postparto. Eso sí, hay que tener en cuenta que el postparto debe transcurrir con normalidad y, en caso de sangrado abundante, deberíamos esperar a que remitiera un poco, (especialmente en piscinas públicas por higiene al no poder usar tampones ni dispositivos intravaginales) lo que suele ocurrir pasados unos 15 días.