¿Es conveniente dar melatonina para ayudar a dormir a los niños? Los seres humanos poseemos un reloj biológico que hace que las actividades que realizamos habitualmente sigan un ritmo más o menos estable que sirve…
Las siestas forman parte del día a día de los más peques y, además de descansar ellos, en muchas ocasiones supone un ratito para que papá y mamá descansen también. Sin embargo, es probable que te preguntes cuándo dejan de dormir siesta los niños. Lo analizamos.
Las necesidades de sueño van cambiando a lo largo de toda la vida, algo que es más apreciable en los bebés y niños. Cuando nacen, los bebés suelen pasarse gran parte del día (y de la noche) durmiendo y hacen de tres a cinco siestas de entre siete y nueve horas.
Alrededor de los cuatro meses, adquieren el ritmo circadiano pudiendo diferenciar el día de la noche y con un sueño cada vez más parecido al de los adultos. En torno a los seis/ocho meses suelen pasar a dos siestas al día, una por la mañana de una hora aproximadamente y otra después de comer de unas dos horas. Y sobre los 12-18 meses, gran parte de los niños prescinden de una de ellas, quedándose solo con una después de comer.
Pero, ¿a qué edad dejan de dormir siesta los niños?
¿Cuándo dejan de dormir la siesta los niños?
La realidad es que hay tanta variabilidad como sujetos. Cada niño es único, con unas particularidades y necesidades diferentes. Sin embargo, a grandes rasgos sí se puede decir que es entre los dos años y medio y los tres cuando dejan de dormir siesta los niños, según indica la psicóloga y especialista en sueño infantil de la Tribu CSC, Rafi López. De hecho, según la Asociación Española de Pediatría:
“Las siestas son habituales hasta lo 3-4 años. Pero, a partir de esa edad, algunos niños siguen durmiendo a media tarde sin que interfiera en su sueño nocturno”.
El motivo de que ocurra sobre esta edad es sencillo: en este momento gran parte de los peques inician el colegio y allí, salvo casos excepcionales, los niños no duermen (cosa que sí hacen en la escuela infantil).
Al ser un proceso, en ocasiones, algo forzado por la propia situación de iniciar el colegio, puede que los peques estén más irritables de lo normal. Si es tu caso, puedes optar por adelantar la hora de acostarlo para que pueda descansar las horas que necesita en este momento. De todas formas, siempre es recomendable hacerlo para compensar la pérdida de horas de sueño ya que, a los tres años, las siestas suelen ser de una hora y quizás aún la necesiten.
Lógicamente, que dejen de dormir siesta los niños y niñas no ocurre de un día para otro. Más bien es un proceso gradual: habrá días que no duerman y otros que sí que lo hagan. Sin embargo, si pasados los cinco años los niños aún muestran signos de necesitar dormir siesta, podría ser que el sueño no sea reparador por la noche, por lo que sería necesario consultar con el pediatra.
Pero esto no significa que no pueda ocurrir antes. Así, puede haber niños y niñas que prescindan de la siesta a los dos años y es completamente normal ya que las horas de sueño que cada persona necesita son diferentes. Es el caso, por ejemplo, de los niños de altas capacidades, que suelen perder la siesta muy pronto sin que sea motivo de preocupación.
¿Cómo saber si mi hijo ya no necesita siesta?
Observar al niño de día es clave para saber cómo son sus horas de sueño y su descanso. Si el niño o la niña es feliz, come bien y juega, indica que su descanso es reparador. Si por el contrario, encontramos a un niño o a una niña irritado, cansado y de mal humor, deberíamos pensar que no duerme lo suficiente o no descansa bien. Y esta norma es aplicable también para saber si mi hijo ya no necesita siesta.
Así, hay pequeños detalles a los que prestar atención:
- Tarda mucho en conciliar el sueño por la noche sin mostrar indicios de tener sueño.
- Está activo a la hora de la siesta. En lugar de estar tranquilo y dispuesto a dormir, muestra signos de actividad.
- No está irritado o de mal humor por no dormir siesta.
- Está irascible porque le obligas a dormir siesta, protesta, llora y se enfada.
En ningún caso debemos forzar a un niño a hacer la siesta ya que, con toda probabilidad, esto le pondrá más nervioso, dificultando conciliar el sueño. En su lugar, podemos favorecerla con un ambiente propicio para dormir con luz tenue o sonidos relajantes, por ejemplo.
Además, podemos observar qué hace durante una semana y, en base a eso, decidir. Así, si solo duerme siesta dos días, podría indicar que esta no es imprescindible en su descanso, por lo que podríamos dejar a su elección que durmiera el día que quiera.
¿Por qué es importante respetar las horas de siesta?
Durante el sueño, los niños y niñas además de descansar, consolidan la memoria, afianzan conocimientos e incluso crecen. Por ello, es fundamental que los bebés duerman no solo de noche, también de día. Atrás deben quedar viejas creencias como que si no duermen de día, más y mejor dormirán por la noche. Nada más lejos de la realidad. Un niño (y adulto) que llega cansado a la hora del sueño estará más irritable y le costará mucho más dormirse.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que aunque respetar los horarios entre las siestas es fundamental en los bebés y estas deben formar parte de su rutina diaria, a medida que crecen y el sueño evoluciona, es probable que duerman más horas seguidas de noche y, por tanto, necesiten dormir menos de día. Si quieres leer más sobre el sueño infantil, puedes hacerlo en el blog de Criar con Sentido Común.
Mi bebé siempre ha dormido bastante mal. Ahora le cuesta mucho conciliar el sueño pero ya tiene solo un par de despertares nocturnos, con 20 meses. Pero además, nos empieza a costar horrores que haga una siesta. Parece que si fuera por él no dormiría nunca….