Cómo mantener la casa ordenada con niños

Aunque parezca una quimera, el orden y los niños no son incompatibles. Pero sí requiere cierto compromiso por parte de toda la familia. Nosotras y nosotros, los primeros. Hoy os damos algunas claves sobre cómo mantener la casa ordenada con niños.

Una de esas tareas que más se hacen cuesta arriba en una familia es mantener la casa ordenada con niños. En mi caso, somos familia numerosa y nos ha costado establecer ese orden deseado. Lo reconozco. Más de una vez he pensado “Ya está, lo tiro todo. No quiero nada”. Obviamente, mantener la casa ordenada con niños requiere esfuerzo y paciencia.

El caos genera malas vibraciones en casa

¿Por qué es importante tener orden en casa? Una de las principales razones es porque una casa desordenada nos pone de mal humor y genera muchas discusiones. Y en algunas ocasiones esas sensaciones negativas se trasladan a nuestros hijos, que las sufren y las repiten.

Es difícil relajarse en un ambiente desordenado y, además, puede ser la razón de no encontrar muchas cosas. Por otro lado, se desaprovechan los espacios e incluso puede ser peligroso (la de veces que hemos pisado o incluso nos hemos resbalado por algo que se ha quedado en el suelo).

 

 

Por el contrario, mantener la casa ordenado con niños nos dará paz y simplificará mucho nuestra vida. Nuestra casa será mucho más práctica y funcional y, además, una vez que lo integremos, tendremos que ordenar menos y tendremos más tiempo para disfrutar y jugar con nuestros hijos.

Cómo mantener la casa ordenada con niños

Lo primero que hay que hacer es establecernos unos objetivos. ¿Qué consideramos ordenado? ¿Qué nivel de orden necesitamos? Y vislumbrar cómo queremos que sea el orden y exista un equilibrio en casa. El sentido del orden es distinto según las familias y casi según la persona.

Una vez tengamos claro nuestro objetivo, la primera fase sería discriminar entre lo que nos es útil y queremos mantener y lo que es prescindible y podemos regalar/donar/tirar. En este sentido, podemos seguir la filosofía de la famosa Marie Kondo (nuestro curso se inspira en ella) y quedarnos solo con lo que realmente necesitamos y utilizamos.

Por ejemplo, la ropa. El criterio no debe ser me queda bien o no; sino, me lo pongo o no. Y con nuestros hijos, igual. Mi hija mayor me decía continuamente: “no tengo ropa”. En realidad, lo que quería decir es “no tengo ropa que me gusta”. ¿Qué hicimos? Sacamos toda su ropa del armario y ella misma fue seleccionando qué ropa le gustaba y se ponía y cuál no. Lo mismo se puede aplicar a los juguetes. Y algunas prendas pueden ser recicladas si aplica el Método Montessori.

 

 

A través de la Tribu CSC puedes conectar también con otras familias y con nuestro equipo de profesionales. Entre ellos/as se encuentra la terapeuta ocupacional pediátrica experta en desarrollo infantil Jessica Romero, quien os puede aconsejar sobre autonomía infantil, para conseguir involucrar a los peques en las tareas domésticas, según su edad, madurez y habilidades.

Una vez seleccionada la ropa que sí necesitamos y nos ponemos, el consejo es guardarla en vertical. Así se arruga menos y es más fácil encontrarla. Con la ropa que no queramos, la clasificamos y la donamos o regalamos. Y hay que hacerlo de inmediato, no dejar la bolsa de ropa usada de manera indefinida en la puerta de casa.

¿Qué hacer con los juguetes?

Seguramente la ropa no sea el principal problema en una casa con niños pequeños. La cantidad de juguetes y cómo estos van ocupando el espacio es más problemático. Es como si tuvieran vida propia. Te sientas en el sofá y encuentras una muñeca, una pelota o dos cartas de un juego de mesa cualquiera. Vas al baño y allí también hay algún muñeco o accesorio. ¡Y por el camino, vas pisando piezas de construcción esparcidas por el pasillo!

Al igual que con la ropa, también es necesario hacer un primer cribado. Sacar todos los juguetes y reunirlos (cuando digo todos, me refiero a TODOS). Una vez reunidos, hay que decidir cuáles se quedan y cuáles se tienen que marchar.

 

 

En este caso, y si los niños y niñas no son demasiado pequeños, es buena idea dejar que ellos decidan con qué quieren quedarse. Y nosotros lo supervisamos. El polvo puede ser una buena señal para decirnos los juguetes que menos utilizan.

Una vez hecho eso, lo mejor es separarlos por género: juguetes pequeños tipo construcción por un lado; muñecas por otro; juegos de mesa, etc. E ir colocándolos en cajas y estanterías con el orden que deseemos. Por ejemplo, los que más utilizan, a su alcance. Los más pequeños o más difíciles de recoger, más arriba, en cajas transparentes para que sepan qué son y nos los pidan cuando quieran jugar con ellos.

Y con los que sobren, los apartamos para donarlos, regalarlos o tirarlos. Al igual que con la ropa, deshacernos de ellos debería ser algo inmediato. ¡Qué no cojan polvo en la entrada de casa!

Mantener la casa ordenada con niños: Consejos útiles

Una vez esté todo ordenado y organizado, hay que ser constantes. Por ejemplo, Nuestra experta en desarrollo, Jessica Romero, sostiene que recoger los juguetes debe ser un rito unido a jugar. Es decir, si los peques van a jugar durante una o dos horas (o el tiempo que sea), dentro de ese periodo también haya unos minutos de recogida. Así, nuestros/as hijos/as asumirán que jugar también significa recoger al final.

En el momento de recoger debemos ayudarles haciendo que ese momento forme parte del juego. Podemos inventarnos una canción, o jugar a recoger todos los juguetes de un color  y luego de otro, etc. Ir nombrando el sitio donde va cada juguete también puede ayudar a mantener la casa ordenada con niños. Irán interiorizando dónde va cada cosa.

 

 

También es importante no obligarles o reñirles continuamente. Hay día que pueden estar muy cansados. Si vemos que no funciona, quizás es mejor dejarlo por ese día. Ser rígidos tampoco ayudará y será un fastidio para ello y para nosotras.

Otro aspecto importante es dar ejemplo. De nada va servir que le digamos a nuestros hijos e hijas que recojan si nosotros retrasamos también esa tarea. ¿Y cuál es el truco? Ir recogiendo sobre la marcha. Podemos ir recogiendo la cocina a medida que cocinamos; recoger la mesa tras cada comida; recoger y doblar la ropa y no dejarla en el cesto tras lavarla, etc.

Son pequeños gestos que pueden ayudar a mantener nuestra casa recogida y a la vez enseñar a los niños y niñas que es fácil hacerlo. Y ellos/as pueden ayudarnos. Los más peques pueden llevar una servilleta de vuelta al cajón de la cocina, y los más mayores llevar su plato después de terminar de comer. ¡Todos podemos y debemos colaborar en la medida de nuestras posibilidades!

Y, por último, paciencia y calma en todo el proceso. Piensa que al principio puede ser una tarea algo pesada, pero en el momento que toda la familia lo interiorice, irá sobre ruedas.