Aumenta en EEUU la cirugía para la pérdida de peso en niños: ¿Cuáles son los riesgos y beneficios?

Las cirugías para la pérdida de peso en menores están aumentando en EEUU. Entre 2020 y 2021 el número de intervenciones en niños y adolescentes de entre 10 y 19 años creció un 20%. Pero, ¿en qué consiste la cirugía bariátrica en niños y cuáles son sus riesgos y beneficios?

¿Cómo se llama la cirugía para bajar de peso?

La cirugía para perder peso se llama cirugía bariátrica. En EEUU las más comunes, según la Academia Americana de Pediatría (AAP), son la manga gástrica y el baipás gástrico. Ambas ayudan a las personas a reducir aproximadamente un 30% de su peso corporal y a no volver a subirlo.

La cirugía bariátrica en niños es una de las fórmulas para atajar la obesidad infantil que es, a día de hoy, un gran problema en muchos países. En España los datos muestran que los casos se han duplicado en dos décadas y somos el tercer país europeo con mayor prevalencia de sobrepeso y obesidad en niños. Como señala la pediatra de CSC, Gloria Colli:

“La obesidad infantil es un problema que preocupa también en España donde las cifras pueden llegar al 18% en niños y al 14% en niñas, y si no se actúa a tiempo, el 70% de los menores con obesidad serán adultos con obesidad con el consiguiente aumento del riesgo de complicaciones”.

 

 

En Estados Unidos la obesidad infantil afecta a 1 de cada 5 niños y adolescentes. Es decir, algo más de 14 millones de menores estadounidenses sufren esta enfermedad, según datos del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades.

Un estudio publicado en ‘JAMA Pediatrics’ en mayo demuestra que el número de cirugías para jóvenes con obesidad en EEUU ha aumentado considerablemente.

Aumento del 20% de las cirugías bariátricas en niños en EEUU

Según el estudio sobre la cirugía bariátrica llevado a cabo por la UTHealth Houston, el número de intervenciones de este tipo entre jóvenes de 10 a 19 años lleva aumentando desde 2016. Sin embargo, la tendencia está yendo a más.

Según las investigación, la cantidad de cirugías para perder peso entre jóvenes aumentó casi un 20% entre 2020 y 2021. Es un incremento que es más pronunciado entre las personas “de orígenes raciales y étnicos diversos”, según Sara Messiah, autora principal y profesora de Epidemiología en la Escuela de Salud Pública de UTHealth Houston.

 

 

Las diferencias raciales son importantes, explica la experta, “dadas las disparidades en los factores de riesgo de enfermedades cardiometabólicas que afectan de manera desproporcionada a estos grupos”.

En el estudio de cohorte, los investigadores recopilaron datos de 1,3 millones de participantes de entre 10 y 19 años y adultos mayores de 19 años del Programa de Acreditación y Mejora de la Calidad de Cirugía Metabólica y Bariátrica entre los años 2015 y 2021.

Los investigadores encontraron que en 2021, la realización de cirugía metabólica o bariátrica aumentó de 182 a 258 en jóvenes negros, de 179 a 273 procedimientos en jóvenes hispanos y de 459 a 518 procedimientos entre jóvenes blancos.

¿Cómo se puede combatir la obesidad infantil?

Precisamente este año la Academia Americana de Pediatría ha publicado nuevas pautas para el tratamiento de la obesidad, que recomienda cambios en el estilo de vida, así como cirugía y medicamentos para adolescentes.

Hay que tener en cuenta que en EEUU uno de los principales escollos para este tipo de cirugías bariátricas en niños es el acceso a seguros médicos que acepten este tratamiento para niños y niñas.

 

 

Ya en 2019 la AAP respaldó por primera vez “un mayor acceso a la cirugía para adolescentes. Nuestro análisis sugiere que estos canales de acceso se están utilizando, y con mayor frecuencia, incluso durante el pandemia de COVID-19″, concluye Sara Messiah.

En España algunas sociedades como la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) abogan por la prevención de la obesidad infantil a todos los niveles porque los tratamientos son complejos. No todos los menores con obesidad infantil deben ser sometidos a cirugías bariátricas. Solo se recomienda en los casos más graves.

¿Cuándo está indicada la cirugía bariátrica en niños?

Según la Academia Americana de Pediatría, la cirugía bariátrica en niños “es segura y eficaz”. Según esta institución, tradicionalmente se recomendaba a los niños con obesidad que “comieran menos y se movieran más”. Pero las investigaciones científicas han demostrado que se trata de una enfermedad que responde a distintos factores.

Es decir, que hay muchos menores que incluso llevando estilos de vida saludable y comiendo sano sufren obesidad y sus consecuencias. Sabiendo esto, cabe preguntarse ¿cuándo está indicada una cirugía para perder peso? ¿Cuál es el peso ideal para una cirugía bariátrica? La AAP establece dos requisitos principales:

• Cuando el menor tiene un IMC de 35 o más (o 120%) con complicaciones de salud adicionales debido a la obesidad.
• Pacientes con un IMC de 40 o más (o 140%), incluso si no tienen otras complicaciones de salud.

 

 

No obstante, antes de llegar a una cirugía bariátrica es necesario que los casos crónicos o graves de obesidad infantil sean sometidos a un abordaje multidisciplinar por los profesionales sanitarios adecuados. Además, como resalta Gloria Colli:

“Afortunadamente, la mayoría de los adolescentes no llegan a cumplir los criterios que se exigen para recurrir a la cirugía bariátrica, pero no se puede bajar la guardia en la prevención, detección e intervención precoz en los casos de sobrepeso y obesidad en la infancia para no tener que llegar a recurrir a estas técnicas“.

Si necesitáis asesoramiento o aclarar dudas, nuestra pediatra está disponible en la Tribu CSC, al igual que la dietista nutricionista Rebeca Pastor.

¿Qué riesgo tiene la cirugía bariátrica?

Cualquier intervención quirúrgica puede suponer riesgos y eso hay que tenerlo en cuenta y más cuando se refiere a menores. En cualquier caso, lo ideal es sopesar los riesgos de la cirugía misma en comparación con no someterse a ella.

La OMS indica que los niños y niñas obesos sufren dificultades respiratorias, mayor riesgo de fracturas e hipertensión y presentan marcadores tempranos de enfermedades cardiovasculares, resistencia a la insulina y efectos psicológicos.

 

 

A largo plazo puede provocar enfermedades cardiovasculares (principalmente las cardiopatías y los accidentes cerebrovasculares); diabetes; trastornos del aparato locomotor (en especial la osteoartritis, una enfermedad degenerativa de las articulaciones muy discapacitante), y algunos cánceres.

Aunque no hay límite de edad, al menos en Estados Unidos, lo cierto es que se suele recurrir a ella en los casos más graves de niños y niñas de 13 años en adelante. Según la AAP,

“No hay un límite de edad específico para la cirugía, sin embargo, la mayor cantidad de datos científicos que tenemos es sobre adolescentes de 13 años o más“.

Los adolescentes han de ser conscientes de los riesgos y beneficios

Unos de los aspectos importantes que destaca la AAP es que los adolescentes deben ser conscientes de los riesgos y beneficios de una cirugía bariátrica. La decisión debe ser de ellos, asesorados, eso sí, por el equipo médico y por nosotros como progenitores.

Hay que tener en cuenta que la adolescencia es una etapa de muchas fluctuaciones emocionales y que la obesidad es, en sí misma, un factor que afecta a la salud mental de quien la padece.

 

 

Así que los menores deben tener claro que el objetivo último es mejorar su calidad de vida a largo plazo. Pero que será necesario que sean conscientes de que el proceso de recuperación tras la cirugía puede ser largo y deberán cumplir con todas las recomendaciones médicas.

En España los menores de 16 años necesitan el consentimiento de sus padres para cualquier tratamiento o intervención, según la Ley del Paciente.

¿Qué pasa después de una cirugía bariátrica?

La cirugía bariátrica en niños no termina el día de la operación o tras el postoperatorio. El tiempo de recuperación tras la cirugía puede ser largo. Y quizás surjan dudas sobre qué no puede comer un paciente bariátrico y que sí.

Lo cierto es que, explican desde la Academia Americana de Pediatría, hay recomendaciones específicas de nutrición y actividad física que deben cumplirse después de la operación. Y eso requiere un compromiso por parte del adolescente.

 

 

Una operación de este tipo puede generar incertidumbre. Además, cada paciente puede reaccionar de distinta forma ante una intervención para perder peso.

¿Y por qué es mejor este tipo de operaciones en la adolescencia?

Según los pediatras estadounidenses, los resultados de la cirugía bariátrica en la adolescencia son “alentadores”. Y para apoyar esta afirmación citan dos estudios.

Por un lado, este estudio demuestra que el 95% de los adolescentes que tenían diabetes tipo 2 dejaron de tenerla después de someterse a una cirugía bariátrica. A alrededor del 80% se les normalizó la presión arterial alta. Las cifras indican que los índices de resultados son mejores que los documentados entre adultos.

 

 

En este otro estudio se estableció que, hasta 8 años después de la cirugía, los adolescentes en general reducen su peso corporal original en un 30%. Además, según la AAP, se producen otros “beneficios increíbles” para la salud, incluyendo una mayor sensación de bienestar e índices más bajo de depresión y exclusión, algo que afectaba a los pacientes menores antes de la cirugía bariátrica.

EEUU usa cirugía contra la obesidad infantil mientras España apuesta por la prevención

La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) resalta la relevancia de la prevención: “La prevención desempeña un papel muy importante a todos los niveles, tanto a nivel primario como una vez establecida la enfermedad, para prevenir sus complicaciones“, asegura la Dra. Ana de Hollanda, coordinadora del Área de Obesidad de la SEEN, quien hace hincapié en la relevancia de identificar posibles “brotes” de obesidad:

“La visión transversal de la prevención a lo largo de la vida de la persona es otro aspecto a tener en cuenta, por lo que actuar en los periodos críticos que se pueden asociar con un aumento de peso, como la gestación, la menopausia, el inicio de la actividad laboral, además de los procesos intercurrentes que disminuyen la movilidad, puede ser determinante en la prevención”, incide la doctora.

 

 

De Hollanda insiste en que las estrategias y las políticas de salud centradas en crear un ambiente que favorezca los hábitos saludables pueden tener un gran impacto en la salud de la población.

“El tratamiento es sumamente más complejo, la prevención con pequeños cambios en los niños y los adolescentes puede representar grandes cambios en el futuro. Evitar la obesidad infantil, incluso desde la concepción (en la gestación), puede tener una ratio 1:10 en coste/beneficio en resultados en salud, así como sociales y económicos. La prevención de la obesidad también es una cuestión de equidad socioeconómica“.

En este sentido, la doctora subraya que la obesidad aumenta el riesgo de desarrollar diversas enfermedades, sobre todo metabólicas, como la diabetes tipo 2, la esteatosis hepática, la dislipemia, la hipertensión arterial, así como mecánicas, entre las que se encuentran, la incontinencia urinaria, las lesiones articulares y, otras menos conocidas, como la infertilidad, la demencia o el cáncer.

“En la mayoría de ellas el riesgo es mayor conforme aumenta el grado de adiposidad. Las personas que sufren obesidad podrían tener una expectativa de vida menor de alrededor de 5 años y puede ser también causa de discapacidad, por lo que sus consecuencias muchas veces no pueden ser estimadas”, explica De Hollanda.

El tratamiento de la obesidad disminuye el riesgo de desarrollar todas estas complicaciones, por lo que la especialista defiende la labor de las instituciones como un factor esencial para luchar contra la obesidad.

 

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