Los buzones para bebés o “baby boxes”, una alternativa que puede salvar vidas

Hace unas semanas un bebé recién nacido fue depositado en un buzón para bebés o baby box en Amberes (Bélgica). La noticia la dio el alcalde, Bart De Wever, en su perfil instagram. Este tipo de buzones existen desde hace al menos dos décadas y no solo en Europa. También hay en Estados Unidos, en Asia o en Australia.

En ellos, una mujer puede dejar a su bebé anónimamente cuando ha decidido renunciar a él o no puede hacerse cargo de su cuidado. Los recién nacidos son recogidos por personal de emergencias (por ejemplo, los bomberos en Norteamérica). Yo reconozco que no tenía ni idea de que existía pero, aunque es una cuestión que genera debate, para mí es una forma de salvar la vida a un bebé.

Una realidad que nos cuesta creer

Los buzones para bebés son la variante actual de los tornos de los conventos en España. ¿Por qué nos resulta chocante? Yo creo que está muy relacionado con la sociedad en la que vivimos, en la que la imagen que proyectamos está tal edulcorada por las redes sociales. Hoy en día todos somos felices, siempre sonriendo, todo es ideal y los problemas les afectan a los otros, o a las otras, como en este caso.

 

 

Así que en nuestro mundo ideal de consumismo, culto a la belleza y a la felicidad, aparece una noticia con la que nos damos de bruces con la realidad. Y la rechazamos o nos sorprende mucho. Tengo tres niñas y para mí son lo mejor de mi vida. Pero que lo sean para mí, no significa que todas las mujeres sientan lo mismo con respecto a tener un hijo.

Que tú o yo no te plantees renunciar a tu bebé no significa que otra persona no se vea en la circunstancia de tener que hacerlo. No me atrevo a cuestionar en ningún momento y menos a juzgar la decisión de otra mujer, siempre y cuando no ponga en riesgo o haga daño a nadie.

Me llama la atención, por otro lado, que un político decida hacerse una foto con un bebé y exponerlo en las redes sociales, aunque se le pixelice la carita. Es una muestra más de cómo a gran parte de la sociedad se les vende la idea del “final feliz” porque así asumimos mejor las cosas. Aunque lo que me molesta personalmente es que un responsable público haga eso.

Da la sensación de que en este mundo todo es vendible, a todo se le puede sacar rédito, hasta un bebé que nada más nacer vive una situación tan complicada. Por no hablar de cómo la mayoría de titulares hablan de los buzones “para abandonar bebés”, estigmatizando aún más una situación tan desesperada.

 

 

 

 

 

 

 

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En cualquier caso y en lo que me quiero centrar es en la idea de salvaguardar la vida del bebé. De vez en cuando nos sorprende la noticia del hallazgo de un bebé abandonado en la calle, en un contenedor o en cualquier punto poco seguro. A veces ese bebé aparece fallecido. Y eso es intolerable. Por fortuna no es algo muy habitual pero con que solo aparezca uno ya es una tragedia. Y me planteo qué ha ocurrido para que quien da a luz solo vea esa solución. Abandonar un bebé en la calle es un delito, renunciar a él legalmente no.

Protocolos para la renuncia a un hijo en España

En España existen protocolos para que una mujer pueda renunciar al bebé cuando nace. Por lo general el primer paso lo ha de dar estando embarazada, puede contactar con los servicios sociales para informar de su intención de hacerlo. Estos dan aviso a los servicios de protección de la infancia de las comunidades autónomas para que sea tutelado y protegido cuando nazca.

La entrega del bebé se hace justo después del parto. En el hospital se harán cargo de él, aunque la madre tendrá derecho a visitarlo mientras esté allí. La madre tiene que firmar la documentación de renuncia de la potestad del menor. Esta persona tiene un mes y medio de reflexión en el que puede dar marcha atrás en la decisión de entregar a su bebé, según recoge el Convenio Europeo de Adopción ratificado por España. Y es algo de lo que se informa a la familia de acogida. La decisión final la toma una autoridad judicial o administrativa.

 

 

Pero no todas las mujeres conocen que existen estos trámites o se atreven a enfrentarse a un funcionario/a y sentirse juzgadas. La casuística de embarazos no deseados es muy amplia y puede ir desde un imprevisto o accidente a casos más graves como violaciones, pasando por menores y mujeres en situación de exclusión social, etc. En España existe el aborto libre y legal hasta las 14 semanas (22 en determinados casos). Pero no todas las mujeres que no quieren tener un bebé optan por una IVE (interrupción voluntaria del embarazo). 

Ambas opciones, una IVE o renunciar al bebé, son muy duras y pueden provocar mucha ansiedad y dolor. Así que, si se opta por seguir adelante con el embarazo, ofrecer una alternativa como esta de los baby boxes o buzones para bebés me parece una buena opción. Hay que tener en cuenta que existen infinidad de estigmas que acosan a las mujeres y que no desear un hijo puede provocar rechazo por parte del entorno y vergüenza. Así que muchas personas viven este episodio con miedo y en soledad. Muchas lo ocultan. Ninguna mujer quiere vivir una situación así, ninguna.

¿Cómo funcionan los buzones para bebés?

Estos buzones para bebés están impulsados principalmente por las ONG. En Bélgica hay dos organizaciones que los han puesto en marcha la asociación Moeders voor Moeders (Madres para madres) que colocó una hace 20 años en Amberes y la ONG Corvia que es la propulsora en Bruselas. La intención, según explica en su web, es permitir a las madres en riesgo “dejar a sus recién nacidos de manera segura” y no dejarlos en “lugares públicos y peligrosos”. Está disponible a cualquier hora y todos los días.

En cuanto la madre deja al bebé en un nido “acogedor” una persona de la ONG lo recoge, una vez que la primera ha cerrado la ventana. Esta queda bloqueada y solo se accede al bebé por dentro. Personal sanitario examinará el estado de salud del bebé. En el nido donde se deposita al recién nacido hay un sobre y una pieza única de un rompecabezas, por si la madre, en el futuro, quiere identificar a su hijo.

 

 

En Estados Unidos existe la ley de refugio seguro desde hace más de 20 años. Gracias a ella no se castiga renunciar al bebé si este se deja en un sitio seguro (como un hospital o similar). Como último recurso, aparecieron los buzones para bebés que están repartidos en distintos estados. Son una iniciativa de la ONG Safe Haven Baby Boxes, que tiene repartidos 24 en diversas ciudades norteamericanas.

En este caso, la persona puede depositar al menor en el buzón para bebés está dotado de reguladores de temperatura y diferentes sensores que avisan de que se ha depositado a un bebé en ella. En cuanto el recién nacido es depositado allí, se activa una alarma silenciosa. Esta alerta a los servicios de emergencia que atienden al bebé en cinco minutos. Una de esas cajas está en el cuartel de bomberos del estado de Indiana. 

 

 

Las baby boxes crean controversia

El buzón para bebés de Bruselas se encontró en sus inicios con el rechazo del Ayuntamiento. Tras tres años de batalla legal con el consistorio belga, la ONG Corvia la pudo sacar adelante. En Amberes no hubo ese problema porque la organización avisó con un semana de antelación la Fiscalía de la colocación de unos de estos buzones para bebés. Curiosamente dos mujeres que entregaron a sus bebés allí se arrepintieron a los dos días y volvieron a por ellos.

También en España hay oposición a esta idea. Por ejemplo, en este artículo el jefe del Servicio de adopción nacional e internacional de la Comunidad de Madrid, se opone porque cree que se fomentarían los “partos clandestinos” con riesgos para la salud de la madre y el niño. Desde la Fundación Madrina sí creen que es urgente habilitarlos porque en una situación así es clave “actuar” y “garantizar” la supervivencia del bebé.

 

 

Yo, particularmente, me quedo con esta segunda opinión. Los buzones para bebés podrían permitir a la madre dejar con garantías de salud al bebé, asegurando su anonimato y facilitando la seguridad del menor.

Renunciar a un bebé suele ser una situación límite y desesperada. Al menos hay que darles un espacio de confianza. No se las va a juzgar, ni a preguntar, solo ayudar. Y sobre todo se da una alternativa de vida al bebé, que no pidió venir al mundo pero que se merece ser feliz y tener una familia, como todos.