Artículo publicado el 2 Jun 2023 - Este artículo ha sido revisado y actualizado con fecha 14 noviembre, 2023
Los niños y niñas en España consumen más del doble del azúcar diario recomendado por la Organización Mundial de la Salud. Las dietas ricas en azúcares libres están relacionadas con mayor riesgo de obesidad y caries. Hoy hacemos una lista con productos infantiles con mucho azúcar que se deberían evitar.
Del 14 al 20 de noviembre se celebra la Semana de Concienciación sobre el Azúcar. La alimentación infantil equilibrada es fundamental para el desarrollo de nuestros hijos. En Criar con Sentido Común tenemos diversos cursos sobre alimentación infantil relacionados con este asunto (alimentación complementaria, menús saludables, etc.) y contamos con la dietista-nutricionista Rebeca Pastor para asesorar a las familias a través de la Tribu CSC.
No es baladí este esfuerzo porque desde hace décadas las organizaciones internacionales como la OMS vienen alertando de un verdadera epidemia que tiene consecuencias para la salud: el consumo excesivo de azúcar. Pero es posible ir haciendo cambios en la dieta de nuestros peques para reducir el consumo de azúcar progresivamente, hasta acostumbrarles.
Los azúcares libres son aquellos que incluyen monosacáridos y disacáridos añadidos a los alimentos por fabricantes, cocineros o incluso los consumidores. Pero no es solo el azúcar blanca que le echamos al café, sino también los azúcares presentes de forma natural en productos como la miel, los jarabes, los jugos de frutas y los concentrados de fruta.
Estos azúcares libres son distintos a los que se encuentran de manera intrínseca en las frutas y las verduras enteras frescas. Según la OMS, no hay pruebas de que el consumo de estos azúcares de frutas y verduras tengan efectos adversos para la salud. Los azúcares libres sí.
Por eso hay que limitar los productos infantiles con mucho azúcar. Porque tienen consecuencias para la salud de nuestros hijos (y la nuestra, dicho sea de paso). El consumo de azúcar libre se relaciona con una mayor obesidad infantil y también con la aparición de caries.
Un estudio reciente realizado por investigadores de la Universidad de Granada y publicado en la revista ‘Nutrients’ concluye que los niños y niñas de entre 7 y 12 años consumen una media de 55,7 gramos de azúcar al día. Más de 14 terrones de azúcar al día.
El análisis, en el que participaron 1.775 menores, determinó que los productos que más contribuyen a esa ingesta de azúcares añadidos son las galletas, el cacao en polvo, los yogures azucarados y los postres lácteos. Estos últimos tienen un valor nutricional considerable.
Pero ¿qué cantidad de azúcar debe comer un niño? La recomendación de la OMS sobre la ingesta de azúcar es que esta no supere el 10% de la dieta diaria de una persona (menores y adultos). La recomendación, de hecho, es reducirla al 5% porque eso tendría “beneficios” para la salud. Esa cantidad, por cierto, incluye TODA el azúcar. Es decir, la natural y la añadida (la que más habría que reducir).
Si tenemos en cuenta las recomendaciones de la Asociación Española de Pediatría sobre la ingestas de caloría diaria por edades, el resultado sería el siguiente:
Esas cantidades son el máximo que deberían consumir por edad. Así que sí, nuestros hijos toman más del doble del azúcar que necesitan. Y algunos, dependiendo de la edad, más del triple o incluso más.
Y ¿cuándo dar azúcar a los niños? Hay que recordar que los bebés menores de 12 meses no deben tomar sal ni azúcar. ¿Y qué ocurre a partir de los 12 meses? En el caso de la sal, entre 1 y 3 años podemos ofrecer unos 2 gramos de sal al día, lo que equivale a 0,8 gramos de sodio. A partir de entonces, lo mejor es optar por la moderación para ellos y nosotros. En cuanto al azúcar, los niños y niñas no lo necesitan. Los azúcares añadidos, a diferencia de los naturales propios de cada alimento, no tienen ningún valor nutricional y además no dan sensación de saciedad.
Para hacer esta lista de productos infantiles con mucho azúcar vamos a recurrir a sinazucar.org del fotógrafo y consultor Antonio Rodríguez Estrada. Desde hace unos años lleva este proyecto fotográfico para concienciar sobre el exceso de azúcar de muchos productos. La ecuación es fácil: la foto de un producto junto a la cantidad de azúcar en terrones.
Más de 10 millones de personas en todo el mundo ha visitado supágina web. Aquí una selección de algunos de los productos infantiles de consumo habitual con mucho azúcar que debemos evitar.
Una papilla Nestlé de 8 cereales (35g) contiene 9,2g de azúcar, lo que equivale a 2,3 terrones. Este azúcar es producto de la hidrolización de la harina, que convierte el almidón en azúcares simples. No se incluye la leche para la preparación de la papialla en este cálculo.
35 gramos de una papilla de 8 Cereales con Miel de la marca Blevit contiene 11,34g de azúcar, sin incluir la que contiene la leche para su preparación. Esa cantidad de azúcar equivale a 2,8 terrones. El azúcar proviene del proceso de hidrolización de la harina, que convierte el almidón en azúcares simples.
En este caso el analizado es de la marca Hipp con la etiqueta de “ecológico”. El potito es de manzana y plátano con galletas. Un recipiente de 250 gramos contiene 27,5 g de azúcares libres (más del doble de lo adecuado para bebés de 1 a 3 años). Equivale a 6,8 terrones de azúcar.
En este caso, tres galletas para bebé, es decir, 15,6g tienen 4g de azúcar (1 terrón). Aunque la cantidad es menor que los productos anteriores, el 24% de estas galletas de Almirón 6 cereales es azúcar.
El yogur analizado es Go-Láctero de Hacendado (90 gramos). Contiene 8,5g de azúcar, de los que la mitad es azúcar añadido. El total de azúcar equivale a 2,1 terrones.
Un yogur Nestle para bebés tiene 9gr de azúcar. Más de 2 terrones.
Una botellita de Danonino Bebedino contiene 13,4g de azúcar, equivalente a 3,4 terrones.
Etiquetado como “mis primeros zumos”, una botella de este zumo de manzana y uva (200 ml) contiene contiene 23,6g de azúcar libre (no añadido) equivalente a 5,9 terrones.
A los bebés menores de 12 meses no hay que darles infusiones. Aún así, hay marcas como Blevit que comercializan este tipo de productos. Para un niño de 8 años la dosis recomendada es de 40 gramos. Blevit sueño, por ejemplo, tiene 38g de azúcar, equivalente a 9,5 terrones; igual que Blevit digest.
Un vasito de este yogur contiene 8g de azúcares, equivalente a 2 terrones.
30 gramos de Mi primer Colacao contenía 10,5g de azúcar, es decir, casi 3 terrones. Este producto, afortunadamente, ya no se comercializa. Durante un tiempo estuvo patrocinado por la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP) pero este organismo retiró el patrocinio de productos alimenticios para bebés como podéis comprobar en este post.
El nombre de este producto es ya de por sí llamativo. Los niños y niñas no deben comer chocolates y menos un bebé o niño/a pequeño/a. 100 gramos de este producto equivalen en azúcar a nada más y nada menos que 17 terrones (69,5g).
Un brik pequeño (210ml) de tomate frito tiene 16 gramos de azúcar (4 terrones).
Una ración de 55g de Ketchup Heinz contienen 12g de azúcares, equivalente a 3 terrones.
Una lata de Trina Naranja (330ml) contiene 29,4g de azúcar, equivalente a 7,3 terrones.
Un total de 6,5 terrones de azúcar contiene una lata de Aquarius (330ml).
Un brik de batido tropical Hacendado (330ml) contiene 30,69g de azúcar, equivalente a 7,7 terrones.
Se trata de un zumo hecho de remolacha, manzana, zanahoria y fresa. Contiene 28 gramos de azúcares, lo que equivale a 7 terrones de azúcar en el cómputo del consumo los azúcares libres totales diarios. Según sinazucar.org, “los azúcares contenidos en el Veggie no son añadidos, sino naturalmente presentes en la materia prima. La OMS considera estos azúcares como azúcares libres y recomienda limitarlos“.
Un vaso de este yogur contiene 18g de azúcar, de los que 13 se corresponden con azúcar añadido y 5 de la lactosa. Equivale a 4,5 terrones.
Casi 7 terrones de azúcar.
Un yogur griego con cookies Hero SuperNanos (100g) contiene 14g de azúcares, equivalente a 3,5 terrones.
Un bote de Cola Cao tiene el 70% de azúcares.
El 75,7% de un bote de Nesquik es azúcar.
50gr de Frosties de Kellogg’s contienen 18gr de azúcar lo que equivale a 4,6 terrones.
50g de Chocapic contienen 14,5g de azúcar, equivalente a 3,6 terrones.
Un chocolate a la taza (250ml) contiene 43g de azúcar, equivalente a 10,75g terrones.
El 56% por cierto de la nocilla es azúcar.
8 galletas TostaRica tienen 11,3g de azúcar, equivalente a 2,8 terrones.
Otro clásico de productos infantiles con mucho azúcar son las galletas Príncipe. 4 de MaxiChoc contienen 33,6g de azúcares, equivalente a 8,4 terrones.
8 galletas Dinosaurus tienen 16,8g de azúcar, lo que equivale a 4,2 terrones.
8 galletas María contienen 12g de azúcar (3 terrones).
Consumir 8 galletas Chiquilín equivalen a comer 16gr de azúcar (4 terrones). Lo mismo que un Donut.
Comer 7 galletas Oreo Doble Crema supone ingerir 10,7 terrones de azúcar (42,7gr).
Un donut de chocolate contiene 16gr de azúcar, lo que equivale a 4 terrones.
El bizcocho analizado por la web es de la marca Mildred. Una porción de 50g de bizcocho contienen 17,5g de azúcar, equivalente a 4,4 terrones.
Comer 2 magdalenas (65g) equivalen a 19,5g de azúcar (4,9 terrones).
Como veis, la lista es larga y podríamos continuar… Sin embargo, la intención es hacer ver que en algunas ocasiones la percepción que tenemos las familias sobre el valor nutricional de distintos productos no se corresponden con el valor real.
Los investigadores del estudio de Granada citado antes, el que concluían que el consumo medio de azúcar en niños de entre 7 y 12 años era de 55,7 gramos de azúcar al día, creen que es necesario un ejercicio de concienciación. Y esa concienciación debe enfocarse en:
El consumo abusivo de azúcar tiene efectos en el desarrollo de los niños y niñas y en su salud. Algunos de ellos son:
¿Qué le pasa a los niños cuando comen mucho azúcar? Dolor de tripa, náuseas y/o vómitos y sed (beber mucho agua) son los síntomas más inmediatos de un consumo excesivo de azúcar. Pero además, el organismo nos manda señales para avisarnos de que nos estamos pasando con la ingesta de azúcar.
Una de ellas es que “el cuerpo pide más”. “Necesito algo dulce” es una frase muy habitual, y es que cuando ingerimos azúcar el páncreas segrega insulina, lo que permite que el azúcar penetre en las células y promueve la penetración de L-triptófano en el cerebro, un aminoácido usado en la producción de serotonina, un neurotransmisor que crea una sensación de bienestar.
Según una investigación publicada en ‘Neuroscience & Biobehavioral Reviews’, cuando se les da a las ratas acceso ilimitado al azúcar, estas presentan 4 signos de adicción: atracón, abstinencia, ansia y una posible puerta de entrada para otras sustancias. El estudio concluyó que el azúcar puede ser adictivo cuando se consume de forma compulsiva. Diferente es que cuando nos sentimos decaídos o desanimados, el cuerpo intente elevar esta “hormona de la felicidad” con una pequeña dosis de azúcar.
La sensación de fatiga o cansancio es una señal de falta de energía habitual cuando el consumo de azúcar es elevado. Es la forma que tiene nuestro cuerpo de alertarnos de que hay demasiado azúcar en la sangre. Aunque los alimentos con alto contenido de azúcar añadido aumentan rápidamente los niveles de azúcar en la sangre y de insulina, lo que lleva a un aumento de la energía temporal, esto es fugaz porque después cae en picado.
Lo primero, es empezar por ser nosotros el ejemplo de nuestros hijos. Somos las personas adultas quienes elegimos qué compramos. En este sentido, para limitar el consumo de azúcar en casa, lo mejor es no incluir los productos que lo contienen en la lista de la compra. De esta forma, los productos saludables predominarán en la alimentación tanto de niños como de adultos en casa, así ¡no tendremos que prohibir nada porque sencillamente no lo tendremos!
Tampoco es recomendable usar este tipo de alimentos azucarados como recompensa o premio si, por ejemplo, nuestros hijos se comen todo lo que les ponemos en el plato o acaban los deberes del colegio. Esto sólo generará mayor interés por el dulce (ya que este será asociado a un premio, que siempre es algo positivo) y lo pondrá en una mayor categoría que los alimentos saludables.
Los peques pueden consumir de forma esporádica sus dulces favoritos fuera de casa, en eventos especiales y ocasionales como fiestas, celebraciones o cumpleaños. Como un chocolate con churros el domingo por la mañana el día que visitamos a los abuelos, por ejemplo. O unas palomitas con refresco si vamos al cine.
Somos nosotros quiénes decidimos qué alimentos ofrecemos a nuestros hijos. Hay familias un más flexibles y otras más estrictas, pero como regla general el término medio (ni absolutamente nada ni tampoco todos los días) es lo que más fácilmente ayuda a inculcar hábitos alimenticios saludables en los niños.
La prevención de todas estas consecuencias negativas que el exceso de consumo de azúcar genera en la salud pasa por la moderación. Los alimentos que contienen de forma natural azúcar son un sustituto perfecto y generalmente también contienen fibra, vitaminas, minerales y agua. Como las frutas y algunas verduras, que además son alimentos que casi todos deberíamos consumir más.
Otros alimentos que suelen consumirse como alternativa al azúcar (aunque también contienen azúcar y se aconseja consumirlos de forma moderada) son la miel (dependiendo de la edad del peque), el sirope de arce, el agave, la panela, el sirope de arroz, los dátiles, el plátano… Como contienen también azúcar, no es recomendable abusar de ellos.
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