Astillas, pinchos, cristales o pelos de animales: ¿Qué hago si mi peque se clava “algo” en el pie?

En verano es habitual que los niños anden descalzos o lleven el pie al aire, pero ¿qué hacer si tienes algo clavado en el pie?

Aunque las sandalias de dedo y las chanclas no son calzado recomendado para peques, lo cierto es que en verano hace calor y la piel de los pies de los peques está más expuesta y queda desprotegida frente a agresiones externas: bacterias, hongos, golpes, heridas y “cuerpos extraños”.

Y aunque parece una cuestión sin importancia, y muy a menudo es tratado con remedios caseros (como las tradicionales pinzas de depilar), lo cierto es que los podólogos reciben a muchos pacientes que sufren molestias o dolor causados por elementos extraños clavados en los pies.

Los “cuerpos extraños” más habituales

Cuando se nos clava “algo” en el pie, lo más habitual es que se trate de objetos punzantes que se quedan clavados en la piel, generalmente en las plantas del pie. Los que más habitualmente que se encuentran los podólogos en sus consultas, según estos especialistas son:

• Pequeñas astillas.
• Espinas o pinchos (por ejemplo, hojas de pino o de cactus).
• Cristales.
• Pelos de animal.

 

 

Además, los expertos inciden en que en verano es cuando más se dan estos casos porque los peques -y nosotros- pasamos más tiempo descalzos, y cuando utilizamos calzado este suele ser abierto y no protege completamente el pie.

A veces es el propio peque el que nos dice “mamá/papá, tengo un pincho en la planta del pie”. Pero cuando los niños son muy pequeños, pueden mostrarse más irritados, evitar apoyar el pie o no utilizarlo de forma funcional al caminar sin ser capaces de explicarnos qué les sucede.

En el caso de bebés y niños pequeños, se recomienda explorar los pies de los peques habitualmente, durante el baño diario o, al menos, varias veces a lo largo de la semana.

¿Cómo saber si tengo algo clavado en el pie?

Hay ocasiones en las que sentimos una sensación de tener algo clavado en el pie que nos causa molestia al caminar. Esto puede hacernos pensar que nos hemos cortado o pinchado con algo. Pero, ¿cómo quitar una astilla que no se ve? Para saber si esa espina, pincho o cristal sigue dentro de la piel, los podólogos recomiendan comprobar:

• Si se produce un dolor al tocar la zona, aunque no pueda verse.
• Si en la zona hay enrojecimiento, inflamación, infección o sangrado.
• Si la molestia es persistente.

 

 

En caso de padecer estos síntomas se recomienda acudir al podólogo. Si tienes dudas y necesitas asesoramiento profesional, en la Tribu CSC puedes consultar online a nuestro equipo de expertos/as en salud materno-infantil. Entre ellos/as se encuentra la pediatra Gloria Colli, y la podóloga infantil Belinda Basilio.

Qué no debemos hacer: Intentar extraer el cuerpo extraño en casa

Si bien es cierto que en la mayoría de los casos este tipo de lesiones suelen ser muy pequeñas y por lo general no suelen revestir ninguna gravedad, intentar tratarlas en casa puede complicar las cosas. Por eso, los podólogos subrayan todo lo que NO debemos si algo se clava en los pies de nuestros peques (¡o en los propios!):

• No presionar la zona. Así lo único que podemos conseguir es que el cuerpo extraño se hunda mucho más en la piel.
• Nunca se debe intentar extraer el cuerpo extraño con las uñas de las manos. De esta forma es muy complicado tener éxito y, en cambio, la probabilidad de erosionar más la zona es alta.
• No intentar extraerlo con las típicas pinzas de depilar. Incluso aunque consigamos a atrapar con ellas el “cuerpo extraño”, al hacerlo podemos partir la astilla, el pelo o el cristal; lo que complicará aún más su extracción posterior por parte de un profesional sanitario.

Pero, ¿cómo quitar astillas que no salen a la superficie? O ¿cómo sacar un pelo clavado en el pie? Los expertos insisten en que este tipo de lesiones no se deben manipular en casa, ya que se corre el riesgo de agravar el problema con posibles infecciones, heridas y/o úlceras.

 

 

Tampoco es conveniente utilizar por nuestra cuenta y riesgo una pomada para sacar astillas o pensar que las astillas salen solas.

¿Qué pasa si una astilla se queda enterrada?

Nos arriesgamos a tener una infección peligrosa. Y es que astillas de madera, pelos de animales o púas, pinchos y espinas vegetales son materiales naturales y, como tales, pueden ser portadores de bacterias y hongos. El riesgo, en este caso, es mucho menor para pedazos de vidrio, plástico o metal.

El staphylococcus, por ejemplo, es una infección común relacionada con astillas. Para detectarlo, hemos de estar atentos a rayas visibles en la piel, fiebre o escalofríos.

Las maderas y las espinas, además, también tienen aceites naturales en ellas. El sistema inmune lo ve como una amenaza e inflama la piel a su alrededor.

 

 

También nos exponemos a padecer tétano, una enfermedad grave causada por Clostridium tetani, otra bacteria peligrosa. Este puede causar opresión en la mandíbula, rigidez muscular y fiebre.

Así que la regla de oro si nos clavamos algo en el pie es lavar y desinfectar bien la zona y acudir al podólogo cuanto antes. ¡Nuestro sistema inmune nos lo agradecerá!

Entonces, ¿qué hacer si tienes algo clavado en el pie?

En caso de padecer los síntomas característicos de este tipo de lesiones, se recomienda acudir al podólogo, el especialista que en estos casos dispone de la iluminación, los conocimientos y los instrumentales necesarios para la extracción del cuerpo extraño, sea este de la naturaleza que sea. De esta forma, nos aseguraremos de que la extracción se realiza correctamente, sin dañar los tejidos colindantes.

No debemos infravalorar el riesgo de este tipo de lesiones. De hecho, en ocasiones la extracción de una astilla o un fragmento pequeño de cristal es tan complicada que incluso el especialista necesita necesita recurrir a una ecografía de la zona o una radiografía convencional.

 

 

Incluso en algunos casos, una vez extraído el objeto punzante, el podólogo puede prescribir algún tratamiento farmacológico (si es necesario, como en los casos en los que hay infección) y recomendar realizar un control de la lesión.

Atención diabéticos: Especial cuidado

En el caso de personas o niños con diabetes, se debe prestar especial cuidado y atención a este tipo de lesiones, ya que en muchas ocasiones se pueden pinchar con algún cuerpo extraño y no tener la sensibilidad suficiente para detectarlo o sentir el dolor que puede provocar, incluso aunque no sean conscientes de esa carencia. Asimismo, los pacientes diabéticos presentan, además, muchas dificultades para cicatrizar y pueden generar úlceras.

Por todo ello, se recomienda los diabéticos que en verano vayan calzados la mayoría del tiempo y que sólo vayan descalzos en momentos muy puntuales (al salir de la piscina, por ejemplo, deberían calzarse lo antes posible) y en entornos que consideren seguros para sus pies (deberían evitar, por ejemplo, andar descalzos por el jardín).

 

 

Asimismo, deben de explorarse la planta de los pies a diario y, ante la más mínima sospecha de tener algo clavado o sufrir alguna laceración en la planta del pie, acudir a un podólogo para que le realice una exploración y, si es necesario, extracción, cura y control.