Se publica el mayor estudio sobre alergias infantiles realizado hasta la fecha

El concepto de marcha alérgica o marcha atópica se conoce desde hace mucho tiempo y hace referencia a esos bebés que empiezan con dermatitis atópica y/o alergias alimentarias y con el paso del tiempo van desarrollando otras enfermedades alérgicas como asma y/o rinoconjuntivitis por alérgenos ambientales. 

Un estudio reciente realizado en EEUU con menores alérgicos hace una exhaustiva revisión de este tema tratando de buscar factores predisponentes y de riesgo para establecer patrones que permitan anticipar la posible evolución de estas condiciones.  

Alergias infantiles: ¿Qué provocan las alergias en los niños?

Las enfermedades alérgicas son las enfermedades crónicas más frecuentes en la infancia y una causa muy importante de deterioro de la calidad de vida, por lo que comprender su naturaleza, conocer los factores de riesgo y entender su evolución y posibles consecuencias a largo plazo es fundamental para contribuir a mejorar la salud infantil. 

 

 

En este trabajo los  investigadores hacen un seguimiento a 218.485 menores de 18 años durante 5 años enfocándose en 5 enfermedades alérgicas: dermatitis atópica o eczema, alergias alimentarias mediadas por IgE, asma, rinitis alérgica y esofagitis eosinofílica, una condición menos conocida que produce síntomas esofágicos, pero que está aumentando en frecuencia en los últimos años y ahora se sabe que se trata de un proceso alérgico no mediado por IgE.

Los investigadores encuentran que la edad media de inicio de estas enfermedades es de entre 4 meses y 3 años, aproximadamente. En concreto es de aproximadamente 4 meses para la dermatitis atópica, 13 meses para las alergias alimentarias, 13 meses para el asma, 26 meses para la rinitis alérgica y 35 meses para la esofagitis eosinofílica. 

¿Cuáles son las alergias más comunes en los niños?

Las causas más frecuentes de alergia alimentaria en este grupo de niños y niñas estadounidenses son el cacahuete, los huevos y los mariscos. Hay que recordar que los alimentos que ocasionan alergia con más frecuencia son los alimentos más consumidos en cada grupo de edad y que el tipo de alimento puede variar según las culturas.

Así pues, las alergias alimentarias más comunes en niños varían según cada país. Si este estudio se hubiera realizado en España probablemente los alimentos más frecuentemente implicados en las alergias alimentarias habrían sido la leche y los huevos, seguidos de lejos por frutos secos o pescado.

 

 

Sin embargo, el fenómeno de la marcha alérgica también se ve entre nuestros menores. Cuando un bebé presenta una dermatitis atópica o alergia a algún alimento, sea leche en los más pequeños, o huevo cuando ya han iniciado la alimentación complementaria, es esperable que, con el tiempo, muchos de ellos acaben desarrollando asma o rinitis alérgica. 

De hecho, otro estudio realizado también en EEUU y que incluye información de más de 363.000 menores alérgicos encuentra que entre un 7 y un 8% tiene alguna alergia alimentaria y de estos un 35% va a desarrollar asma. El riesgo aumenta en pacientes alérgicos a múltiples alimentos.

Algo similar sucede con la rinitis alérgica, ya que 1 de cada 3 pacientes con alergias alimentarias va a desarrollar una rinitis alérgica. Pero es que además los pacientes con asma suelen tener también rinitis.

Sin embargo, aunque estas enfermedades se encuentran claramente relacionadas entre sí en lo que se conoce como la marcha alérgica, con este tipo de estudios no se puede demostrar causalidad. A pesar de que sabemos que un bebé que comienza tan pronto como a los 4 meses de vida con una dermatitis atópica tiene un 35% de posibilidades de desarrollar asma o rinitis a lo largo de la infancia, no se puede decir que la dermatitis atópica sea la causa del asma o de la rinitis.

 

 

Solo podemos afirmar que dichas condiciones tienden a aparecer siguiendo un orden preciso. Primero la dermatitis atópica y/o la alergia alimentaria típicamente en el primer año de vida, el asma en edad preescolar y  la rinitis alérgica en la edad escolar.

Lo realmente interesante sería averiguar si es posible detener la marcha atópica, es decir, si una vez detectada la dermatitis atópica o la alergia alimentaria se puede hacer algo para evitar la progresión a las alergias respiratorias como el asma o la rinitis.

Actualmente no es posible detener esta progresión, pero se están haciendo avances importantes en este sentido con la aparición de tratamiento biológicos que intentan tratar estas condiciones desde la causa, mediante inmunomoduladores que actuarían sobre el origen, no del todo conocido aún, de estas enfermedades cada vez más frecuentes.

Si quieres más información o necesitas asesoramiento profesional, estaré encantada de atenderte en la Tribu CSC, donde además puedes consultar al resto de miembros de nuestro equipo de expertos en salud materno-infantil y crianza respetuosa.

 

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