Sana a tu niño interior: Las 5 heridas emocionales de la infancia que te hicieron y te hacen infeliz (y que pueden afectar a tu forma de crianza)

Te enseñamos a reconocer las 5 heridas emocionales de la infancia para sanarlas y evitar que las sufran nuestros hijos

Artículo publicado el 4 Mar 2020 - Este artículo ha sido revisado y actualizado con fecha 24 febrero, 2024

Nuestra infancia es tan importante que las experiencias vividas en ella determinan nuestra calidad de vida cuando somos adultos. La psicología nos señala 5 heridas emocionales de la infancia que dejan huella en la edad adulta. Conocerlas es fundamental para poder sanarlas y evitar que las sufran nuestros hijos.

¿Qué son las heridas emocionales de la infancia?

Las heridas emocionales de la infancia son una especie de lesión afectiva que nos impide llevar una existencia plena. Su huella es tan profunda que incluso nos dificulta las relaciones personales. También nos incapacita para afrontar los problemas con mayor soltura y resistencia.

Es frecuente que casi todos tengamos una o varias de ellas, más o menos profundas. Los signos de esas heridas psicológicas se evidencian de infinitos modos: ansiedad, depresión, fracaso en las relaciones afectivas, pensamientos obsesivos, mayor vulnerabilidad hacia determinados trastornos, problemas del sueño, actitud defensiva o agresiva, inseguridad, miedo, desconfianza…

 

Sana a tu niño interior: las 5 heridas emocionales de la infancia que te hicieron y te hacen infeliz

 

Los seres humanos aprendemos a interpretar el mundo que nos rodea en nuestros primeros años de vida. En nuestra particular interpretación de la realidad influye el entorno, la familia, el contexto socioeconómico y cultural, las experiencias vitales, nuestra forma de ser… Todos tenemos un pasado. Y aunque este ya no exista, las experiencias vividas en la infancia marcan nuestro carácter, dejando su huella en él.

¿Por qué surgen? ¿Cuál es su causa?

A veces estas heridas obedecen a un pasado infantil realmente traumático. Otras veces, en cambio, se deben a distorsiones en la interpretación de la realidad por parte del niño. Debemos recordar aquí que los niños son muy buenos captando impresiones y teniendo sensaciones, pero muy malos interpretándolas.

Los niños y niñas pequeños son aún personas inmaduras para comprender todo cuanto sucede a su alrededor. Por ejemplo: un niño puede sentir abandono cuando a pesar de que sus padres están con él en casa, nunca le prestan la debida atención o desatienden sus necesidades afectivas.

 

Sana a tu niño interior: las 5 heridas emocionales de la infancia que te hicieron y te hacen infeliz

 

Pero también puede interpretar como abandono el hecho de que le dejen con los abuelos para ir al hospital durante una temporada, cuando en realidad sus padres pretenden evitarle sufrimiento debido, por ejemplo, a una enfermedad en el seno de la familia.

¿Cómo se originan?

Las heridas emocionales de la infancia surgen por una o varias experiencias negativas (o interpretadas como tal) vividas en la niñez. Dichas experiencias dejan una huella (o herida) emocional que puede repercutir en nuestra salud afectiva cuando llegamos a la edad adulta.

Las heridas emocionales se originan en una edad temprana y a raíz de un suceso o experiencia traumática (o apreciación de la misma) acontecido de forma puntual o a lo largo del tiempo y de forma más o menos constante. Por ejemplo: el fallecimiento de un familiar, la depresión de uno de los progenitores, una crianza inadecuada, malos tratos, el nacimiento de un hermanito y los celos asociados a ello…

 

Sana a tu niño interior: las 5 heridas emocionales de la infancia que te hicieron y te hacen infeliz

 

A veces tan solo una sensación percibida, pero junto a una sensibilidad o susceptibilidad extremas basta para generar la herida en base a un malentendido o a una mala interpretación de la realidad. Y es que este tipo de heridas emocionales se dan en la primera etapa de la vida. En esos primeros años en los que el niño carece aún de un adecuado enfoque de la realidad, de estrategias personales para manejar y entender ciertas dimensiones o de una correcta gestión de las emociones.

De esta forma, es muy común que siempre acontezcan uno o varios de los 5 tipos de experiencias dolorosas o heridas emocionales de la infancia que más afectan al desarrollo y terminan dejando una impronta muy evidente en la personalidad. Conocerlas, saber cómo nace cada una de estas heridas emocionales y en qué consiste cada una es importante para poder evitarlas o sanarlas.

Las 5 heridas emocionales de la infancia

La infancia es una etapa vital que nos condiciona para el resto de nuestros días. Hay infancias relativamente felices, pero casi todos hemos vivido en alguna ocasión alguna situación que nos ha marcado y ha dejado su cicatriz en nuestra personalidad. Cada una de las 5 heridas emocionales deja su propio rastro característico y es fácil detectarlo si se sabe dónde mirar.

1. El miedo al abandono

Para quienes han experimentado abandono en su infancia, la soledad es su mayor enemigo. La falta de afecto, compañía, protección y cuidado les marcó tanto que se encuentran en constante vigilancia para no ser abandonados y sienten un temor extremo a quedarse solos.

Las personas marcadas con la herida del abandono muestran esa carencia afectiva en sus relaciones personales y afectivas. En muchas ocasiones sufrirán dependencia emocional e incluso tolerarán lo intolerable con tal de no quedarse solas. En otros casos, dependiendo de su personalidad, tomarán ellos la iniciativa de abandonar a los demás como mecanismo de protección, por temor a revivir la experiencia del abandono.

 

 

La herida del abandono se sana trabajando el miedo a la soledad. Esto se consigue pasando tiempo de calidad con nosotros mismos, realizando actividades que nos gustan y practicando el autocuidado. Identificar y saber gestionar el temor a ser rechazados es igualmente relevante. Para ello debemos derribar las barreras invisibles del contacto físico y emocional.
Es el niño interior, y no el adulto, quien teme que lo dejen. Por eso, hay que fortalecer su autoestima para evitar caer en el autosabotaje. Es necesario conectar con nuestro niño interior y abrazarle para que se sienta seguro y sea capaz, poco a poco, de disfrutar de sus momentos de soledad.
La forma de evitar la herida del abandono es compartir con nuestros hijos tiempo de calidad, dialogando a menudo con ellos, prestando atención consciente a sus demandas afectivas y practicando la escucha activa.

2. El miedo al rechazo

El miedo al rechazo es una de las heridas más profundas porque implica el rechazo hacia nuestros pensamientos, sentimientos y vivencias, el rechazo a nuestro amor e incluso a nuestra propia persona. Tiene su origen en experiencias de no aceptación por parte de los padres, familiares cercanos (abuelos, hermanos…) o iguales (amigos) a medida que el niño va creciendo.

Cuando un niño recibe señales de rechazo crece en su interior la semilla del autodesprecio. Piensa que no es digno de amar ni de ser amado y va interiorizando este sentimiento interpretando todo lo que le sucede a través del filtro de su herida. Así, llega un momento en que la más mínima crítica le originará sufrimiento y, para compensarlo, necesita el reconocimiento y la aprobación de lo demás.

 

Sana a tu niño interior: las 5 heridas emocionales de la infancia que te hicieron y te hacen infeliz

 

La herida del rechazo se sana empezando a valorarse y a reconocerse, obviando los mensajes que el crítico interno le envía. Para curar su cicatriz es saludable trabajar las inseguridades, ganar mayor confianza en nosotros mismos y comenzar, poco a poco, a sentirnos más capaces. Es necesario conocerse, respetarse y quererse a uno mismo.

Para prevenir esta herida, es importante que tratemos siempre con respeto a nuestros hijos y les infundamos seguridad en sí mismos y autonomía en la toma de decisiones. También es relevante enseñarles a recibir las críticas constructivas y descartar las destructivas, en base al amor propio.

3. La herida de la humillación

La herida de la humillación se abre cuando el niño siente que sus padres lo desaprueban y critican, afectando esto directamente a su autoestima. Sobre todo cuando lo ridiculizan. Dichos niños construyen una personalidad dependiente. Están dispuestos a hacer cualquier cosa por sentirse útiles y válidos, lo cual contribuye a alimentar más su herida, ya que su propio auto-reconocimiento depende de la imagen que de él tienen los demás.

Quien ha sufrido la humillación de pequeño tiene dificultades para expresarse como adulto, y es especialista en ridiculizarse a sí mismo. Se considera mucho más pequeño, menos importante y menos digno, valioso o capaz de lo que en realidad es. Son personas que tienden a olvidarse de sus propias necesidades para complacer a los demás y ganarse su cariño, aprobación y respeto.

 

Sana a tu niño interior: las 5 heridas emocionales de la infancia que te hicieron y te hacen infeliz

 

Esta herida se sana soltando la pesada carga que el humillado lleva en la espalda. Se consigue mediante el perdón hacia las personas que lo dañaron, haciendo las paces con el pasado para poder comenzar a valorarse como la persona que realmente es, aquella de la que solo él es responsable como adulto.

La crianza respetuosa, el trato empático y afectuoso y saber establecer límites con respeto evita que nuestros hijos sufran las consecuencias de la humillación durante su infancia y en la edad adulta.

4. La herida de la traición o el miedo a confiar

La herida de la traición surge cuando el niño se ha sentido traicionado por alguno de sus padres, que no ha cumplido una promesa. Esta situación, sobre todo si es repetitiva, generará sentimientos de aislamiento y desconfianza. En ocasiones, dichas emociones pueden transformarse en rencor (cuando se siente engañado por no haber recibido lo prometido) o en envidia (cuando el niño no se siente merecedor de lo prometido y otras personas sí lo tienen).

 

 

Esta herida emocional construye una personalidad fuerte, posesiva, desconfiada y controladora. Predomina en la persona la necesidad de control para no sentirse estafado. Son personas que dan mucha importancia a la fidelidad y a la lealtad, pero que suelen distorsionar ambos conceptos. Son posesivas en extremo, al punto de no respetar la libertad, el espacio ni los límites de los demás, no dejándoles a veces respirar.

Para sanar esta herida hay que trabajar la paciencia, la tolerancia, la confianza y la delegación de responsabilidades en los demás. Para evitársela a nuestros hijos, debemos no prometer en vano, mostrarnos coherentes en palabras y actos y cumplir siempre con las promesas que les hacemos.

5. La herida de la injusticia

La herida emocional de la injusticia se origina cuando los progenitores son fríos y rígidos, imponiendo una educación autoritaria y no respetuosa hacia los niños. La exigencia constante generará en ellos sentimientos de ineficacia, inutilidad… y la sensación de injusticia.

 

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Esta herida emocional genera adultos rígidos, que no son capaces de negociar ni de mantener diálogos con opiniones diversas. Les cuesta aceptar otros puntos de vista y formas de ser diferentes a las suyas. Dan mucha importancia a las creencias y a los valores, expresando sus opiniones y juicios morales como verdades absolutas y extremas. Sus intenciones suelen girar en torno a ganar poder e importancia, siendo fanáticos del orden y el perfeccionismo.

La forma de curar esta herida es trabajar la rigidez mental, cultivando la flexibilidad, la tolerancia y la confianza hacia los demás. Se previene desde la infancia trabajando en los niños el respeto por la diversidad y la tolerancia, practicando la crianza respetuosa, la empatía, la expresión de sentimientos y el intercambio de opiniones e ideas.

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23 comentarios en "Sana a tu niño interior: Las 5 heridas emocionales de la infancia que te hicieron y te hacen infeliz (y que pueden afectar a tu forma de crianza)"

  1. Un niño de 18 meses que no descansa de noche porque llora dos horas para conciliar el sueño…despertando en intervalos cada dos o tres horas….podría llegar a afectar su psiquis o crear un trauma? Cómo se le podría ayudar?

  2. A mi mamá se la cojían delante mío, ella gemía y hacia lo suyo sin importar que yo estuviera ahí. Era invisible. Yo con 6 años de edad, sentía miedo y confusión. También sentía asco. Tenía pavor de que mi papá se diera cuenta y me regañara, aunque no entiendo por qué. No era mi culpa. Yo no pedía estar ahí. Yo era el pretexto para poder salir con su amante.

    Esto sucedió con más de dos amantes, porque cada tanto tiempo se conseguía uno nuevo. Todo lo veía yo. Mi papá, como siempre trabajando.

    Hoy soy mamá de un bebito de 1 año. He recibido el apoyo incondicional de mi madre y aún así no logro perdonarla. Hoy siento que no la quiero, no la respeto, no sé cómo sanar, lo intento pero no puedo.

    Tengo miedo de que esto pueda afectar la vida y la salud emocional de mi bebé.

    No sé cómo perdonarla.

    • Necesitas hacer constelaciones familiares para poder resolver el desorden en el arbol familiaresto no solo te ayudara a ti sino a tu bebe .

      • Hola! Conoces algun lugar donde hagan constelaciones?

        • Como no te han respondido daré mi granito de arena. Puedes buscar en el lugar donde resides terapias PNL, tiene la tecnología de terapia mas avanzada respecto a sanar una herida o algo por el estilo mas rápido y eficaz. A pesar de la reputación que ronda por internet la realidad es que es totalmente recomendable y la he probado. Puedes buscar una Coach en Google cercana a tu ubicación o escuela de PNL es lo que mas te puede ayudar sin tomar tanto tiempo como en las terapias convencionales. Un gusto!

  3. ¡Hola!, llevo años arrastrando una sensación de no valer para nada, en cambio, una parte de mi, sabe que sí vale y que lo que se propone lo consigue. Se valorar rasgos de mi persona que son positivos. ¿Los negativos?: me hundo yo sola, soy mi peor enemiga. Por lo que leo me identifico con la herida del rechazo y el abandono. Estoy muy interesada en tratarlo. Tengo 34 años, sin estabilidad, ni laboral, ni de relaciones interpersonales. Viajo por trabajo, huyo de mi lugar de origen. Se acercan las Navidades y deseo estar lejos e incomunicada, parcialmente, de mi “familia”, familia biológica. No se qué se siente cuando te aman. He amado y sé que uno siente deseo de que el otro ser esté bien, su presencia es un regalo, etc. Pero… ¿quién me ama a mi?, me cuestiono. Normalmente las relaciones que tengo son sexuales, algún que otro cariño pero cero intimidad. ¿Deseo intimidad?, con todo mi ser. Yo quiero sanar. Y ¡Lo conseguiré! pero se que lo conseguiré con ayuda.

    ¡Muchas gracias por tu lectura!

    cálidos saludos

  4. Odio a mi madre anciana. Luego de divorciarme a mis 62 años. He tenido que hacerme cargo de ella que tiene 90 y una salud precaria. Vivo con ella porque en verdad no puede vivir sola. Con la pandemia se ha agudizado aún más el asunto. Cada vez depende más de mi. Estoy harta! Tengo un hermano que El Niño de oro para ella. Pero vive fuera del país haciendo su vida. Me siento atrapada. Este no era mi plan. Quiero mi libertad y no tener que estar al pendiente de cuanto peo se le atora. Tengo mucho resentimiento hacia ella por tantos traumas de mi niñez, Golpes , abuso físico, me ridiculizaba delante de todos, no reconocía mis talentos y me tenía siempre a menos, me insultaba y decía siempre que no servía para nada. Y ahora de adulta , resulta que sirvo para todo y que sin mí ella estaría muerta… Ja! Esta angustia me corroe por dentro. No puedo expresar lo que siento, por el qué dirán, mi familia , mi hermano, los vecinos. Estoy deprimida casi todo el tiempo. Lloro por las noches. Es horrible. Siento que no tengo salida. Hice ” técnica de tapping por un tiempo, Aún así solo fue un alivio temporero.

    • Hola Lina. Ni tú eres la niña frágil y vulnerable de la que tú madre abusaba, ni tú madre será la misma. Tienes derecho a tu vida, al menos momentos para ti. Intenta hablar con tu hermano para ver si las vacaciones se puede relevar a ti, o si puede contribuir económicamente para poder contratar a alguien que te eche una mano y tener tiempo para ti. Pedir ayuda social. Cualquier idea qu te descargar será bienvenida.

      Si pudieras hacer terapia para sanar esas heridas, estaría muy bien.

      Tu no tienes la culpa de que tú madre no tuviera recursos o no supiera tratarte mejor. Nadie merece ser maltratado. Lo siento mucho. Solo ella era la responsable de su violencia, no tú.

      Espero que encuentres la manera de lograr una convivencia lo mejor para ambas. Un abrazo enorme 😘

  5. Me encanto mucho este escrito creo que tiene todo muy completo, me gustaria saber que hacer cuando reconozco que tengo todas estas heridas ¿ cual es el comienzo para sanar ?

  6. A qué edad un adolescente puede tomar el curso para sanar las heridas de la infancia?

  7. ¿Por qué aún no se reconoce OFICIALMENTE la cicatriz de la infancia del abuso sexual? Algunos terapeutas si la reconocen, pero hay muchos que aún no. Y son pocos los profesionales de la salud mental que dan crédito a esta. Creo que es de las que más se tendría que poner atención ya que es algo más común de lo que nos gustaría admitir y aparte las consecuencias de esta cicatriz en la vida de las victimas son las más destructivas y es la que mayor repercusión negativa tiene a gran escala en cuestión poblacional relativamente hablando.

  8. Hola, no se cómo me siento, solo tengo 15 años y quiero terminar con todo esto, odio sentirme así
    Odio que las personas me abandonen, quiero que mis padres entiendan como me siento, simplemente se fijan en lo material y no en lo emocional, llevo dos años estando mal conmigo misma.
    Le tengo miedo al abandono, rechazo y a mí futuro
    ¿Que será de mi?
    ¿Cumplire mis metas?
    ¿En vdd estoy haciendo las cosas bien?
    Tengo muchas cosas en mente, no me dejan en paz, solo quiero dejar de sobrepensar.
    Solo quiero estar bien, quiero tener amigos quiero que me entiendan mis padres que me apoyen, que estén conmigo.
    ¿Pido mucho?
    Me siento sola, aún que tengo “amigos”
    Quiero tener una vida social.
    Quiero dejar de tener miedo, miedo ha que me hagan daño de nuevo, de confiar de las personas.
    Extraño ha mi Niña interior.
    No se que será de mi.
    Solo quiero dejar de ser yo, quiero ser la chica “perfecta”
    Quiero solo irme….

    • Hola Yoselyn, te leo lo primero que me sale es abrazarte fuerte y decirte que esto pasará. Es muy duro sentirse sola y dolida de de las decepciones.
      Aunque tus padres estén más centrados en lo material, intenta decirles que te gustaría recibir ayuda, que te sientes que caes en un pozo del que no sabes salir sola. Toda la personas necesitamos ayuda de otras. No tienes que pasar por esto sola. Pide ayuda.
      Háblalo con alguna amiga, profesora, alguien que sientas que puedes confiar y que se lo diga a tus padres si no te atreves tú.
      Puede que lo veas difícil ahora, pero con ayuda se puede salir de esa oscuridad en la que te encuentras. Abraza a tu niña interior. Está asustada y perdida y te necesita. Igual que tú necesitas que te abracen a ti.
      No sé de donde eres, En España hay un teléfono de ayuda a los menores. Donde os escuchan sin juicios. y ayudan a buscar la manera de acompañarte lo mejor posible, el teléfono es este. 116111
      Si no eres de España, busca en tu zona, seguro que algo parecido, es probable que exista algo parecido al “Teléfono de la Esperanza”.
      Por favor, no dejes de pedir ayuda.
      Un abrazo enorme.

  9. Hola buen artículo llegué a leerlo porque se me atravesó un pensamiento de mi etapa adulta y lo cuento siento que es una manera de drenar (me movió emocionalmente) cuando una de mis sobrinas estaba niña vino a visitarnos un amigo con su esposa e hija y les gustó una manualidad que tenía de adorno antes de irse se las regale mi sobrina lloro mucho por eso y yo en ese momento no tome en cuenta su tristeza allí hubo injusticia, hoy sin querer vino ese recuerdo que me atrapó los sentimientos, gracias a este artículo me siento mejor porque me da estrategias en lo adelante respetar el diálogo infantil.

  10. Hola
    Este año, un mes antes de empezar las clases, nació mi 4to hijo. Y mi hija más grande, de 8 años, tuvo un retroceso muy grande en la escuela, al punto de que me recomendaron un psicopedagogo. La opinión del profesional (como me imaginaba), fue que el problema de la niña es psicológico y no de aprendizaje, ya que el año pasado termino con excelentes notas y este año no podía “reaprender” lo visto el año pasado.
    Yo creo que es mi culpa. Es mi hija mayor y no sé por qué siempre estoy exigiéndole lo imposible… Nada me viene bien de lo que hace y siempre tengo algo para criticar. Esto lo hago sin darme cuenta, cuando me siento a pensarlo, quiero cambiarlo, pero verdaderamente no sé cómo.
    El resultado, ella es una niña muy buena, pero es muy muy insegura de ella misma. Tiene muy bajo autoestima y prácticamente cero tolerancia al fracaso.
    Es que con 8 años está prefiriendo no copiar en la escuela por miedo a equivocarse.
    Yo sé que estamos todos dañados. El abandono que yo siento de parte de mi madre, mi madre siempre lo sintió de su madre, que siempre lo sintió de su madre… Pero es que yo no tengo razón para rechazarla, simplemente me sale naturalmente y no sé cómo cambiarlo. Pero quiero poder hacer algo porque me gustaría arreglarlo antes de que sea tarde, como con mi mamá y conmigo… Gracias.

    • Hola Juana,

      habría que estudiar cuáles son las raíces de lo que comentas, y tratar de sanarlas para que puedas entregarte a tu maternidad sin la herencia que arrastras.
      Te aconsejo que busques un/a terapeuta con quien puedas trabajar esto y cortar esa transmisión, que parece seguir pasando de madre a hija generación tras generación. Para que deje de llegarle a tu hija, y tu hija, cuando sea madre, no lo traspase a su hija.

      Mucho ánimo. Un abrazo!

  11. Yo fuí abusada por mi padre biólogico desde los 9 años hasta los 14 años o más. Ha sido un trauma para mí aún al Sol de hoy a los 35 años.
    Cuando yo nací ya mi papa tenía 54 años, murió a mis 25 años, ya cumpliendo él sus 80. Al parecer la vejez le dió con padecer de pedofilia incestuosa. Porque otros escándalos de abuso sexual por parte de padres biológicos noto que ha sido por parte de hombres de la tercera edad.
    Soy fanática de la psicología, autoanalisis, biodecodificación, etc, y me ha ayudado a ver que mi forma de vivir no es un azar, se corresponde con heridas del pasado.

    Bueno desde los 28 años he decidido priorizarme a mí misma, porque seguía siendo un maltrato, estar fingiendo amor que NO siento hacia mi madre, que luego de criarme tratándome como animal, malíssimo, con odio, maldiciéndome a cada paso, ahora me halaga. Estoy segura que es sólo por intereses económicos.

    Volví a repasar mis horribles recuerdos para confirmarme de nuevo que la ausencia de vínculo con mi madre es culpa de ella, y recorrí esos recuerdos uno por uno con mi mente de adulta, por primera vez logré recordar esas cosas sin esa perspectiva de niña traumada y sorpresa! Como adulta ví lo que cualquiera podría ver, mi madre siempre supo lo que estaba pasando con mi papa. Supongo que su inmensa cobardía la obligó a hacerse de la vista gorda.

    Al Sol de hoy se lo reprocho, y me dice “Yo creo que tú te estas volviendo loca”. “Eso tú te lo soñaste”. “Si yo lo hubiera sabido, lo hubiera botado de la casa”. Eso que se lo diga a quien no sepa lo cobarde y aspirante a nada, que es.

    Yo la he perdonado desde lo espiritual y energético, sabiendo que es una persona bruta, y que fue criada con violencia. Aunque desde el ego y la lógica no tiene sentido un perdón en este caso, pero me esfuerzo por no llevar dentro de mi ninguna rabia que me moleste.

    Yo tenía una dependencia afectiva muy fuerte que me hizo sentir en un hoyo emocional. Me pasó que a mis 21 años dí con un psicópata, agresivo pasivo, que me aplicó todas las mañas psicopáticas, y 11 años despues fue cuando pude reconocerlo, aunque lo veía, no lo aceptaba. No hay peor ciego que quien no quiere ver.

    Fue a todo dar conmigo por unos 3 meses, luego pasó a la prueba de resistencia o ver qué tanto me enganché y de ahí a la recompensa intermitente hasta que yo lo mandé a la m*****. Triangulación con regalos “escondidos” en su casa, que jamás entregó a su “amiga” (inexistente) que yo sepa que no son para mí, para que me ponga celosa. Unos lentes de leopardo, en exacto, yo no uso lentes, y de leopardo para que sepa que son para una mujer, eso es triangulación, hablarme de sus experiencias con otras, extraordinarias, para que yo sepa que no soy la mejor, etc.

    Su indiferencia y el hecho de que me harté de mí misma, de tanto rogar, de sentirme necesitada, harta de que él me saque a patadas de su casa y de jurarme a mí misma no volver, y volver de nuevo, me llevó a tocar fondo.

    No sabía qué me pasaba, sólo sabía que necesitaba ayuda, así que pedí ayuda a Dios y me escuchó de inmediato, de ahí reforcé mi fe en Jesús. De alguna manera pude caer en cuenta, en teoría, de qué me pasaba. Aprendí a verme a mí misma como alguien a quien debo priorizar, preferir, cuidar. Y entonces sabia que lo habia amado a él de una manera insana. Traté de amarlo de una mejor manera, pero entonces ví que él no podía amar a nadie, porque no se amaba a sí mismo.

    Ya yo lo había dejado varias veces, ya fuera porque él me dejara primero o porque yo me enojara, pero esta vez lo hice diferente.

    Mi yo adulta lo dejó, estaba más que convencida. Pero la decición de mi yo adulta no era suficiente. Faltaba mi niña interior, que me había hecho regresar con la cola entre las piernas mil veces. Así que ya habiendolo dejado desde mi yo adulta, y bajo el mismo techo, lo miraba y hablaba yo con mi niña interior y le decia todo lo que se me ocurrió para que mi niña interior renunciara a él.
    Dos libros que me ayudaron mucho fueron “Como Romper Con Su Adiccion a una Persona” HOWARD M. HALPERN y “Amores Que Matan” – Patricia Faur, así como los videos de Walter Riso, que me hizo reflexionar acerca de que él decía con exactitud lo que me pasaba a mí, yo estaba enamorada de un recuerdo, no del enfermo, frío, desgraciado, egoísta, con síndrome de Peter Pan (real), con miedo al compromiso que tenía en frente.
    Aun no paso la prueba de fuego, debes estar 2 años sin pareja y sin compañero sexual ni nada de nada, tú y tu niña interior. Desde el psicopata he tenido otras parejas, pero al menos ya sé lo que es sano y lo que no y cuando no es sano, me marcho.

  12. Yo se que tengo montón de heridas de infancia y ahora que soy madre de una niña está volviendo todo… estoy haciendo un gran esfuerzo para romper el ciclo y creo que lo estoy haciendo bastante bien con mi niña, pero el problema es que yo sigo triste y deprimida al punto que estoy llorando porque siempre que vamos al parque mi niña de 22 meses busca a otros niños para jugar y siempre la rechazan (no sé por qué) hoy noté en su carita que ya se empieza a dar cuenta de que la rechazan y se me parte el
    Corazón… no la quiero llevar más al parque y tengo mucha ansiedad de mandarle a la escuela, estoy realmente mal y estoy segura que es por el rechazo que viví de niña… no quiero que le pase a mi hija y no quiero transmitirle inseguridades… no sé qué hacer, hace un ratito me miró a los ojos y me abrazó diciéndome algo en su idioma de bebé, creo que vio la tristeza en mis ojos.

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