La OMS alerta de que 1 de cada 6 personas en el mundo sufre infertilidad

La Organización Mundial de la Salud alerta de que el 17,5% de las personas adultas sufre problemas de esterilidad en todo el mundo, y urge a una mayor atención y financiación de los tratamientos y técnicas de reproducción asistida para que estos estén al alcance de todos.

En muchos casos, las personas que padecen infertilidad no son conscientes de ello o tardan años en saberlo. No obstante, la infertilidad, unida a la tendencia cada vez mayor de retrasar la maternidad/paternidad, es un problema serio que lleva preocupando seriamente a nuestras sociedades desde hace décadas. También a la comunidad científica, cuyas investigaciones son cada vez más alarmantes.

Ahora, un nuevo estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS), publicado este martes, pone de manifiesto un problema global de esterilidad, resaltando que el 17,5% de las personas adultas en el mundo sufre este problema. Es decir, aproximadamente 1 de cada 6 personas.

El informe presentado aporta datos sobre la prevalencia mundial y regional de la esterilidad mediante el análisis de todos los estudios pertinentes efectuados entre 1990 y 2021 y teniendo en cuenta los diversos los métodos de estimación utilizados.

 

 

En la búsqueda realizada se encontraron 12.241 estudios de todo el mundo que podían ser incluidos en el análisis. Finalmente, se seleccionaron 133 estudios de los que se obtuvieron datos pertinentes para calcular estimaciones conjuntas de la prevalencia de la esterilidad a lo largo de la vida y durante períodos determinados.

La OMS advierte del problema global de la infertilidad y pide tratamientos asequibles para todos

“Resulta urgente aumentar el acceso a una atención de la esterilidad asequible y de calidad para quienes la necesitan”, incide el organismo. Y es que, de acuerdo con sus nuevas estimaciones, se trata de un importante problema de salud pública en todos los países y todas las partes del mundo, ya que la prevalencia de la esterilidad varía poco de una región a otra y las tasas son similares en los países de ingresos altos, medianos y bajos.

“El informe revela una verdad incontestable: la esterilidad no hace distinciones. La enorme proporción de afectados evidencia la necesidad de ampliar el acceso a los tratamientos y de incluir la esterilidad en las políticas y los estudios sobre salud, de modo que las personas que lo deseen dispongan de vías seguras, eficaces y asequibles para tener hijos”, señala el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS.

No en vano, la esterilidad es un trastorno del aparato reproductor (masculino o femenino) considerado como la incapacidad para lograr el embarazo tras 12 meses o más de relaciones sexuales regulares sin protección. Puede causar mucha angustia, estigmatización y dificultades económicas y afectar al bienestar mental y psicosocial de las personas, además de tener un importante impacto socioeconómico.

 

 

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Falta financiación: Las técnicas de reproducción asistida son caras y poco accesibles

La OMS denuncia que, a pesar de la magnitud del problema, las soluciones disponibles para prevenirlo, diagnosticarlo y tratarlo (como las técnicas de reproducción asistida, entre ellas la fecundación in vitro) continúan sin recibir suficiente financiación y resultan poco accesibles para muchas personas debido a su “elevado costo, el estigma social y su escasa disponibilidad”.

Según los investigadores de la Organización Mundial de la Salud, en la mayoría de los países, son los propios afectados quienes, en gran medida, pagan estos tratamientos, que suelen ser muy costosos. Los habitantes de los países más pobres gastan una proporción relativa de sus ingresos en terapias contra la esterilidad superior a la de los países más ricos. A menudo, “estos gastos exorbitantes impiden que las personas se sometan a dichos tratamientos o las empujan a la pobreza“.

“Millones de personas afrontan gastos catastróficos para tratar su esterilidad, lo que hace de esta cuestión un importante problema de equidad y, con demasiada frecuencia, una trampa que empuja a la pobreza. La mejora de las políticas y la financiación públicas facilitaría considerablemente el acceso a los tratamientos y puede proteger a los hogares más desfavorecidos para que no caigan en la pobreza”, ha manifestado la Dra. Pascale Allotey, Directora del Departamento de Salud Sexual y Reproductiva e Investigaciones Conexas de la OMS (del que depende el Programa Especial de Investigaciones, Desarrollo y Formación de Investigadores sobre Reproducción Humana de las Naciones Unidas).

 

 

Aunque el nuevo informe aporta pruebas concluyentes de la elevada prevalencia mundial de la esterilidad, pone también de relieve la persistente falta de datos en muchos países y en algunas regiones. En el documento se pide a los países que proporcionen más datos sobre la esterilidad, desglosados por edad y por causa, para ayudar a cuantificar el problema, determinar quién necesita atención y saber cómo se pueden reducir los riesgos.

Nuevo estudio sobre los costes de los tratamientos de infertilidad

Además de esta investigación, en un nuevo estudio financiado por el Programa Especial de Investigaciones, Desarrollo y Formación de Investigadores sobre Reproducción Humana, con el apoyo de la OMS, y publicado en la revista ‘Human Reproduction Open’ se analizan los costes asociados a los tratamientos contra la esterilidad en países de ingresos medianos y bajos.

El objetivo era averiguar cuáles son los costes directos de la tecnología de reproducción asistida y cómo de asequible es esta para los pacientes en países de ingresos bajos y medios, ya que, según los autores del estudio:

“Ningún estudio en los países de ingresos bajos y medianos ha comparado previamente los costos médicos de la tecnología de reproducción asistida entre países en términos de dólares internacionales o ha correlacionado los costos médicos con indicadores económicos, mecanismos de financiamiento y regulaciones de políticas. Las revisiones sistemáticas anteriores sobre los costos se han limitado a los países de ingresos altos, mientras que las de los países de ingresos bajos y medios solo se han centrado en los análisis descriptivos de estos costos”

En sus conclusiones, los investigadores destacan que los costes médicos directos que pagan los pacientes por el tratamiento de la infertilidad son significativamente más altos que el ingreso promedio anual y el PIB per cápita, lo que desvela “la inasequibilidad y el riesgo de gastos catastróficos para quienes los necesitan”.